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- MEMORANDO -

348. La culpa es tuya

Ayer se conoció una sentencia de la Audiencia de Sevilla en la que se condenaba a una mujer a pagar 14.000 euros por una agresión de su hijo a otro compañero en el instituto.

El “niño”, de 14 años el angelito, rompió dos dientes a su compañero y otras lesiones hace ya 5 años en un instituto de Castilleja de la Cuesta.

La sentencia refleja que fue “la tolerancia de la madre la que llevó al hijo a motivar el brutal comportamiento”.

Es seguro que la educación de este salvaje no fue todo lo buena que se debiera pero ¿dónde está la responsabilidad individual del sujeto? Porque la sentencia parece decir que el pobre “bestia” no tuvo mas remedio que actuar como actuó debido a su nefasta educación. Eso quiere decir que su responsabilidad no existe y es de otros, en este caso de la madre. ¿A qué se le ha condenado al “animal”? porque eso no se refleja en ninguna noticia. Sólo se habla de que el Tribunal de menores ya condenó al “niñato”, aunque se obvía a qué pena.

El código civil, en su artículo 1903, recoge la responsabilidad civil extracontractual de los padres con respecto a los ilícitos cometidos por los hijos. Parece lógico que alguien sea responsable de los perjuicios cometidos, en este caso al tratarse de menores sometidos a custodia, esa responsabilidad recae sobre los padres. Hasta ahí nada que objetar. El problema que yo veo en la sentencia no es la “condena” a la madre por daños, en realidad es al hijo aunque lo asuma la madre, el problema es que la sentencia viene a decir que la culpa no es del “animal” sino de su mala educación. La sentencia, que podía simplemente haber sido técnica, se permite el lujo de hacer considerandos morales hacia el tipo de educación recibido por la “mala bestia” sin tener en cuenta que la responsabilidad última pertenece al individuo. Con esto se está dando la imagen de que siempre otro tiene la culpa de nuestros actos. O es la sociedad, o es el entorno, o son los padres, o son las compañías (malas) o es la televisión que forja la violencia. Nunca se habla de la responsabilidad individual y de la asunción de responsabilidades por nuestros actos.

Es preocupante el tipo de comportamiento de muchos jóvenes últimamente. Parece que todo valiera para ellos actualmente. Se comportan de forma caprichosa, hasta unos niveles enfermizos, y su nivel de tolerancia al sufrimiento parece nulo. No soportan el mas mínimo contratiempo.

Muchos padres parece que envuelven a sus queridos “monstruos” en campos de fuerza protectores para que el niñito no sufra el menor contratiempo. El vivir en uno de los países punteros de occidente produce esos efectos colaterales, ya que los niños y jóvenes tienen la vida resuelta, o casi, porque la mayoría de los padres pueden concederles prácticamente todo lo que piden. En este entorno ideal y hedonista, el esfuerzo no existe, la responsabilidad, pareces ser, tampoco. Es un mundo ideal donde nada falta y se exige todo. Pero los padres también tendríamos que tener en cuenta que si tenemos unas obligaciones hacia los hijos estos las tiene hacia los padres, y estas últimas parecen siempre diluirse en nada. Por tanto tenemos una exigencia de todos los derechos y la ausencia de cualquier contrapartida responsable.

La teoría tan en boga hace unos años en el campo de la psicología y la educación de que no se puede traumatizar al niño negándole cosas o torciendo su voluntad es la mas nefasta que se ha podido “implantar” en la sociedad desde hace mucho. Al niño hay que educarlo dando y negando lo que es razonable. El niño, y su evolución, es egoísta por definición. Ese egoísmo, el creerse centro del universo, debe ser atenuado mediante una educación responsable que premie lo que se considera bueno y castigue lo malo. No es de recibo que jamás se castigue a nadie por nada, todo vale al pronunciar la terrible frase” si es que son niños”.

El problema viene cundo el niño, o adolescente, tropieza con una sociedad competitiva y que le niega cosas a las que se cree con derecho. Llega la frustración que es canalizada en muchos casos hacia la violencia mas extrema. Se le pega a profesores, a compañeros o se viola a compañeras sin tener conciencia de que eso no se puede hacer. Pero si la educación es laxa, que no lo dudo, lo que no se puede hacer es culpar al responsable de esa educación porque se está premiando al agresor diciéndole que él no tiene la culpa, que la tiene X. No. Tiene que castigarse al agresor pues solo él es el culpable en último extremo de sus actos. De no hacerse así ¿por qué condenar al hijo penalmente? Que vaya a la cárcel el padre o madre directamente para que el hijito irresponsable pueda seguir haciendo sus cositas.

Mal vamos si no asumimos nuestros errores y se los pasamos a otros. Y peor iremos si la sociedad santifica esos errores elevándolos a categoría de leyes a todas luces injustas.

© Alfonso Merelo 2008

2 comentarios

AMS -

Creo que no me he explicado bien. Es evidente que la indemnización hay que pagarla y que le responsable es el tutor legal del menor. Eso no se discute. Lo que se discute, yo discuto, es que la sentencia le adjudique la culpa a la madre diciendo que fue su actitud la que llevó al niño a cometer esa barbaridad. Siendo además un tribunal civil, no se que rayos hace juzgando moralmente a alguien. Y sobre todo ¿sólo la madre es culpable? ¿Al niño no se le dice nada?
Eso es lo que me molesta.

V. -

Hombre, alguien tiene que pagar la indemnización al agredido, y aunque a lo mejor meterle los 14.000 a la madre, responsable nunca sabremos hasta qué punto, es pasarse tres pueblos, pues alguna parte de la suma total sí me parece bien que se cargue a la familia. Y el resto, el estado; que para eso me atraca todos los años con lo de la declaración (ya viene, ya viene...)