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- MEMORANDO -

590. Aquella Semana Santa.

 

Se acercan las vacaciones de “Semana Santa” y muchos de ustedes irán a ver sus procesiones, otros a la playa o al campo y algunos volveremos a nuestros pueblos de origen para ver a al familia y recordar viejos tiempos. Pero en cualquier lugar al que usted viaje, o no, encontrará mas o menos lo mismo: bares y restaurantes abiertos, cines, teatros, además de las procesiones típicas de cada lugar. Normal ¿verdad? Ahora sí, pero durante mucho tiempo la cosa no fue tal.

 

En tiempos del mandato del férreo ferrolano la promiscuidad entre la Iglesia Católica y el Estado español era lo mas normal del mundo. El cura del pueblo era capaz de firmar un certificado de “buen cristiano” que era mandato para el cabo del puesto de la guardia civil. ¡Ay! de ti si te firmaba algo diciendo que “no asiste regularmente a la iglesia”. El pasaporte no lo conseguías ni loco.

Esa unión tan estrecha hacía que lo que para la Iglesia era creencia para el estado se convertía en norma legal o casi legal. El matrimonio canónico válido civilmente, bautizos obligatorios al principio etc, etc. Y con este panorama llegaba la Semana Santa que es para la Iglesia ocasión de rememorar la pasión de su líder, Jesus, y por tanto época de penitencia y recogimiento para sus creyentes. Pero dada la intima relación entre las dos entidades todo el pais se volvía penitente y oscuro tirando a negro durante esos días, sobre todo a partir del miércoles.

Los cines cerraban, pero cerraban de cerrar a cal y canto. Por supuesto las películas exhibidas en esas fechas eran todas de corto religioso o con alguna notación bíblica: La Biblia, Ben Hur, Quo Vadis, La Historia mas grande jamás contada y algunas mas de esa índole. Los estrenos se reservaban para el sábado o el domingo de resurrección, ahora mismo no logro recordarlo.

Los bares y restaurantes cerraban tambien, aunque en el sur siempre los he visto recibiendo a los parroquianos, al menos eso ocurría en Cádiz, donde la heladería “los Italianos” hacía su agosto en pleno marzo abriendo sus puertas. Pero era complicado comer carne, muy complicado hasta llegados los 70. Eso del ayuno y del no comer carne durante el jueves y viernes santo estaba muy arraigado.

 

En las casas lo de no comer carne se llevaba a rajatabla. Al menos en mi tierra podíamos comer pescado fresco, pero en otros lugares la dieta se reducía al bacalao cocinado de diversas formas. Platos típicos de esas épocas, y de ahora también, garbanzos con bacalao, habas esparragás, tagarninas con huevo y las imprescindibles torrijas de postre.

La radio y la televisión se limitaban a emitir los informativos, llamados “el parte” y el telediario respectivamente, y a infinitas sesiones de oficios, procesiones en directo, via crucis y retransmisiones desde Roma donde el Papa de turno hacía lo mismo que los curas de ahora, pero con mas boato.

Y eso si vivías en una ciudad. Si lo hacías en un pueblo la cosa se ponía mas cruda. San José del Valle 1973. Llegan por allí 6 chavales con sus mochilas para acampar y ver a las mozas, si fuera posible, por aquello de que éramos de ciudad y tal. El pueblo nos recibió con una magnifica muestra de música sacra que se oía en todo el término municipal. El cura, o el alcalde o los dos, habían distribuido megafonía estratégica para que nadie pudiera librarse de las bandas de cornetas y tambores. Lo de las mozas, mejor ni les cuento. Hasta el sábado ni manitas siquiera. Ahora el sábado se trasformaban. Era muy curioso.

Eran tiempos muy oscuros, con miedo a todo y a todos. En eso hemos avanzado mucho. Menos mal.

© Alfonso Merelo 2010

 

8 comentarios

RSMCoca -

Nicolas, les saldrá la vena fallera... :-D

Manuel Nicolás -

Y además compartimos con los americanos a los que se visten de blanco con capirotes y tienen pasión por las cruces. Aunque también es cierto que los americanos son más coloridos y las queman.

Mario Moreno Cortina -

Una recomendación de música religiosa americana:

http://www.youtube.com/watch?v=uslytyVrWFw

Subid el volumen y si no os emociona, haceos mirar lo vuestro.

Mario Moreno Cortina -

Cojones, es que en este país la gente es incapaz de quedarse calladita un minuto seguido.

Yo comprendo a mi madre, que le tiene aversión a las procesiones por todo lo que cuenta Alfonso en su artículo. Pero como no le gustan, no va. O el pobre Ángel, que se cambia de casa cuando comienza el "carnaval de los curas" (A. Thorkent dixit). Pero si vas, estás a lo que estás.

Yo veo la tradición estética y musical de la semana santa como el godspel negro en USA (que también me gusta mucho), algo profundamente popular y lleno de arte, muy nuestro, algo que no tienen ni los gabachos ni los noruegos ni la madre que los parió a todos. Un respeto, joder.

Manuel Nicolás -

Si te entiendo perfectamente lo que quieres decir, Mario. Hemos pasado del palo al ramo de flores.
He estado recientemente en varias semanas santas de Málaga y aquello es un "sin Dios".
Estoy contigo en que a las procesiones, quien quiera asistir, debe de mostrar un mínimo de respeto.

Mario Moreno Cortina -

Pues Nico, no sé si prohibir hablar, pero yo me he pillado en las procesiones cada cabreo de cojones... A mí me encanta verlas (debe ser que la sangre andaluza me tira más que mi ateísmo) y me parece una jodida falta de respeto la gente que va a charlar por los codos y molestar con las camaritas y la pollarda de los móviles y amarga el espíritu del acto.

Y no me refiero a los críos, que estoy contigo que para un niño de 11 años puede ser demasiado: sino a tíos y tías con pelos allí mismo charla que te charla y echandose unas risas al paso de la imagen. En Valdemoro ví una en la que no se callaron ni cuando cantaba una saeta alguna abuela.

Me cago en to la madre que los parió a todos, que para un espectaculo gratuito que hay en este mundo te lo joden todos los años.

Ale, ya me he desahogado.

Habiendo bares, no comprendo que la gente vaya a dar a la sinhueso a las procesiones.

AMS -

¿Vino con 11 años? Que avanzado era usted amigo Manuel, y vinagre quee todo hay que decirlo :).
En Cádiz era típico ir de sagrarios. 1er bache una copa, segundo 2 hasta el siete en que terminábamos con siete copas. Esos los mas valientes.. los demás nos rendíamos al 3º o cuarto como mucho :) (Bache es bar en gaditano)

Manuel Nicolás -

Pues yo recuerdo la semana santa en Valladolid. La procesión del viernes tenía unos pasos magníficos, pero había un problema: no se podía hablar en las 4 horas que duraba la procesión. Un auténtico martirio chino para un crío de 11 años. Y de la prohibición de comer carne, no hablo, que me parece la chorrada más grande después de las mil millones de naves de Carlos Jesús.
Sin embargo, los viernes santos me ponía ciego a gachas migas (sin chorizo) y con vino que daban en Fuensaldaña.