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- MEMORANDO -

2013-12 Y tu… ¿deshaucias o escrachas, chati?

 

Remedando al maestro Forges, parece el “escrache” se ha hecho muy popular últimamente en este País. Y… ¿Qué es esto del escrache? Me dirán ustedes clavando su pupila azul en mi ¿einnn? Pues en realidad es solo dar el coñazo en su vivienda, lugar de trabajo o la calle misma a una persona concreta y por algún motivo concreto. Inventado en Argentina para “señalar” a los torturadores argentinos amnistiados por el patilludo Menem, se ha generalizado aquí para exigir a los políticos que modifiquen las leyes que regulan los desahucios y las hipotecas. Algunos miembros de las plataformas de afectados se reúnen en los portales, restaurantes o en cualquier lugar que esté el político de turno, para pedirle que les oigan, que les tengan en cuenta o simplemente para protestar por las políticas que se están siguiendo. ¿Es molesto? Mucho. ¿Es legal? También, aunque se está tratando de que no lo sea por todos los medios habidos y por haber.

Es curioso pensar que la discusión que se está dando entre los diversos opinadores tertulieros sólo se basa en lo malo o bueno –de estos pocos- de esta acción, del hecho en sí, olvidando el motivo. El motivo es el hartazgo, la impotencia, la vesania de unos políticos que no velan por los intereses de sus ciudadanos, sino de un colectivo minoritario, y a los que no hay otra manera de hacerles llegar las necesidades vitales de sus votantes. Porque una vez que han sido elegidos su contacto con la realidad de sus paisanos y se sitúan en una suerte de olimpo particular, ajenos al bien y al mal. No señores, ustedes fueron elegidos para satisfacer el interés público no para satisfacer el interés privado de unos pocos en detrimento de todos los demás. Y, puesto que no son capaces de dar respuestas a las necesidades de la gente, y ni siquiera escucharlas cuando les plantean los problemas, el único recurso que queda es el manifestarles de viva voz y en directo lo que opinamos y lo que queremos que hagan. Es así de claro.

Hablan de que es un acoso, de que es intolerable que se ejerza esa presión sobre ellos, que sus hijos no tienen por qué aguantar ese acoso. Y todos se protegen, no crean. Desde el centrismo del PSOE hasta la extrema derecha del PP han hecho una piña para autodefenderse. Hasta Felipe González Márquez –quien te ha visto y quién te ve- declara que pobrecitos los niños que ven como a su padre le acosan. Seguramente igual de pobrecitos que los que soportaron que el llamado  “cobrador del frac” siguiera a otros padres con niños por causa de las deudas, cosa que legalizó su gobierno, por cierto, y que parece que no era acoso para usted. Supongo que debe ser porque ahora los acosados son de los suyos y antes eran solo de la chusma obrera, esa que sólo le sirven para que cada cuatro años voten a los suyos.  

Debo concluir que si  el escrache molesta tanto a los políticos es que es bueno. Es indudable. Va contra su tranquilidad, contra sus interés particulares, ergo va a favor de la tranquilidad de muchos y de los intereses generales. Que no les gusta, pues que pena me dan. Pero como eso va en el sueldo, pues supongo que les toca aguantarse. Si ya sé que dentro de poco echaran a las calles los perros de la guerra pero en ese caso ya veremos lo que pasa. No pretendan dar por saco a todos y que encima ni siquiera tengamos la posibilidad de protestar. Y den gracias que las protestas sean sólo verbales porque lo mismo sobrepasan el límite y entonces no quiero ni pensar lo que podría pasar. Arreglen el desaguisado mientras puedan. No pidan al pueblo que Qu’ils mangent de la brioche porque no tiene pan, que eso puede hacer perder la cabeza a más de uno. Si no lo entienden, lo que es muy probable dado su nivel, repasen los libros de historia e incluso pueden visitar la Wikipedia, que no es la mejor fuente de datos, pero para esto seguro que les da una idea aproximada.  

 

© Alfonso Merelo 2013

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