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- MEMORANDO -

609. Viena. ¡Que bonita!

 

Ya hemos vuelto de nuestra estancia en Viena, la capital de Austria. Ha sido un viaje mas que interesante con muchas cosas que recordar y que contar. La Europa central es una gran región que trascurre en torno a ese río tan impresionante como es el Danubio. Alemania, Hungría, Chequia o la misma Austria, giran en torno este río que, casi, las une ahora y que las unió en le pasado.

 

Austria mantiene con orgullo su pasado imperial, cuando dominaban parte del mundo como sucesores del imperio romano -los emperadores recibían el nombre de Emperadores del Sacro Imperio-.Viena conserva cientos de exponentes de ese pasado “glorioso” en forma de edificios y recuerdos.

 

Vamos a repasar, con sus fotos y todo, lo que ha sido este veraniego viaje,

 

Para llegar a Viena se puede hacer mediante tren, avión o barco si tenemos en cuenta la navegabilidad del Danubio. Pero si no se dispone de demasiado tiempo lo mejor es el avión. Un vuelo Madrd Viena rondará, en Iberia, los 500 euros mas o menos, dependiendo de cuando y cómo se compre el billete. Supongo que habrá compañías de bajo coste con esa línea, pero este año ha tocado la nacional, para hacer patri o porque soy muy vago para ir buscando otros vuelos. En tres horas se planta uno en el arepuerto internacional y de allí a la capital son 16 minutos en el CAT, City Airport Train, que cuesta 18 euros ida y vuelta con ésta abierta. Se pueden comprar los billetes en la oficina de información del aeropuerto o en expendedoras automáticas en varios idiomas. Ojo con las maletas porque la recepción de las mismas está muy lejos de los puertos de llegada, si bien no tanto como en el infernal aeropuerto de Bruselas. El CAT te deja en el centro de la ciudad, concretamente en la Wienne Mitte Banhoff, cerca de la iglesia Votiva y con un Ubanh (Metro) al ladito mismo.

 

Pues ya que estamos en la capital austriaca, lo mejor es ir al hotel, porque quedarse en la calle, que se pude oiga, es muy incómodo para gente en edad provecta como yo. El hotel de este año ha sido el Das Triest, un 5 estrellas galardonado con un premio al diseño. El hotel es bueno, los empleados amables, la habitación muy confortable pero yo no le daría la categoría de 5 estrellas, sobre todo por algunas carencias como el bidet en la habitación o un buffete de desayuno algo escaso, en variedad que no en cantidad. Los he visto mucho mejores en otros hoteles de inferior categoría (el del Paso del Arte en Madrid es absolutamente espectacular sin ir mas lejos). El hotel tiene un buen restaurante, gimnasio y fitnnes y, como plus ya exigible e imprescindibel para le viajero, internet de alta velocidad totalmente libre. Que aprendan de una puñetera vez los hoteles españoles, o de cadenas españolas, que el acceso a internet ya no es un lujo sino casi un derecho. Por otra parte, si usted no se lleva portatil, tiene la posibilidad de conectarse a la red a traves de un apple tv que permite el acceso a la televisión satélite e internet. Incomprenisblemente la tv se veía con una definición mas que regular y on un solo canal en español que era, encima, de una iglesia evangélica o así, TBN, creo que se llamaba. En resumen, el hotel Das Triest es un muy buen hotel, situado en una zona tranquila a cinco minutos de la 'Opera andando. Yo le daría una categoría de 4 estrellas y media, si se pudiera.

 

Como ya digo, a cinco minutos del hotel nos encontramos con la Karlplatz y el palacio de la Ópera, y a continuación la calle guiri por excelencia KäutnerStrsse. Esta calle está repleta de terrazas y cafetrías de todo tipo, predominado las trattorias que son legíón en, al parecer, toda Austria. Por esa calle se llega a la Catedral en la JohannesPlatz. La catedral se puede visitar y el subir a las torres, donde hay una vista magnífica cuesta 4,50 euros. Se sube en ascensor, sino de qué iba yo a decirlo. Despuñes de mi experiencia en la torre del castillo de Praga, ni de coña me subo yo a pata otra.

 

Para ver viena, lo mejor, o por lo menos a nosotrso nos resultó muy cómodo, es comprar la Wien Card de tres días. Cuesta 18 euros y permite usar todo el trasporte publico de la ciudad, tranvía, metro y autobus, durante las 72 horas después de su activación. Además con la tarjeta tienes un 10% en prácticamente todas las entradas de museos y palacios. Así que, armado con las tarjetas de marras nos armamos de valor y al metro, que es como todos los metros, salvo que huele mal. Sí, ¡el metro vienes huele a caca de caballo! No lo entiendo. He viajado en metrso de muchos países y en unos olía mejor que en otros, pero nunca había olido una uniformidad pestífera igual. Será el desinfectante que usas o yo que se, pero huele fatal.

 

En Viena hay que ir a visitar “Sisiteces”. Los palacios imperiales en los que vivió la realeza imperial austriaca y que son, desde luego, impresionantes, sobre todo por enormes mas que por bonitos porque ese tipo de arquitectura colosalista y recargada no me gusta demasiado, aunque es una opinón personal. Conviene visitar el palacio de Schömbrun, el U3 te lleva directamente, Se visita con audioguía todas las estancias imperiales del palacio y las grandes salas de banquetes y todas esas cosas que tenían a su disposición los emperadores. ¡Que bien vivían los jodíos! La visita se debe de acompañar de una vistia a los jardines que son interesntes y tienen sombra. En nuestra estancia hemos pasado mucho calor, debido a la humedad sin duda. En el palacio, en un lateral, hay un restaurante que te da un curso rápido de cómo se hace un apfel strudel, pero yo ya se como se hace y no pagúe los 4,50 euros que valía el evento, pero para los curiosos en la gastronomía puede resultar interesante.

 

De vuelta al centro se puede ver la iglesia Vocativa que contruyó Francisco José I con motivo de haber sobrevivido a un atentado. Las dos torres las pagó la ciudad de Viena todo sea dicho. Es decir ¡que me construyan una iglesia pero la pagas tú! Pues estupendo. Nuestro recorrirdo puede terminar en Rathaus,el ayuntamiento nuevo de la ciudad porque es digno de ver y además, a su espalda, se encuntra un espacio escénico que todos los veranos se produce en la ciudad. Este año estaba dedicado a la ópera en el cine. Además, detrás del espacio escénico, tenemos una feria gastronómica en la que confluyen comidas, y bebidas, de varios países incluyendo austría Mexico, Australia, EEUU, Italia, Japón o Cuba son las represntadas por allí. Es como un gran buffete donde, por un precio aceptable, se puede variar de comidas y bebidas, aunque la cerveza -Heller von Vass- es la reina. Tomamos allí un buen vino blanco de la tierra, parecido a los afrutados del Condado de Huelva, pero mucho mas caro: 5 euros la copa. Pero merece la pena ir por allí. Los films se proyectan por la noche, a partir de las 20,30, y en este caso pudimos ver una aadaptación de Carmen, en una versión grabada en la Ópera vienesa. Estaba previsto emitir la película de Zefirelli protagonizada pro Placido Domingo, pero no se por qué nos proyectaron esa. Algún problema con la copia,, sin duda. Pues allí se sienta uno, tomando sus cervezas y/o mojitos, que también hubo y frnacmente buenos, y disfruta de la música de Bizet. Otros años han sido conciertos y otras actividades. No se lo pierdan si vienen en verano.

 

Entre otros monumentos a visitar, no estaría de mas hacer una prada en la escuela española de equitación, pero en verano está cerrrada y no hay espectáculos. Allí mismo està el palacio de Holbutz, en pleno centro, con todas las parafernalias imperiales. Allí han acumulado todas las vajillas de oro, plata, cobre o porcelana de las que disponían la familia imperial. Un lujo impresinante, la mayor de las veces de un hortera imposible. También veremos la vida de Sisi, convertida en heroína por las películas de Romy Schneider, con todos sus padecimientos y sub bulimía sin diagnosticar porque no se conocía el síndrome. Debería habérsele llamado “El síndrome Sisi”. La impresión es la de una mujer con graves problemas psíquicos y con una autoestima bajñisma pese a ser lamas bella de las reinas de la época. Por último ve3remos los aposentos imperiales que son impresionantes de apreciar por toda la historia que entrañan. Allí se firmó la paz de Viena por la que se dió fin a la Gran Guerra y se repartió Europa entre las grandes potencias. Un trozo de la historia que te impresiona e impregna.

 

No puede faltar una visita al Museum Quartier, línea U3 con parada en museumquartier o en Volksteather. Allí está el MOMAK, museo de arte moderno que escede en muhco a mis gustos, salvo alguna sala. Quiero decir que llamar arte a pegar varias cajas de cartón de embalajes variados es, desde mi punto de vista, una tomadura de pelo de gran calibre. Pero hay algunas salas, la dedicada a la “ciencia” y la entrada con infinitos espejos y formas, que son realmente recomendables. El encanto del museum quartier está en su ambiente y sus terrazas donde te puedes tomar una copa, meter los pies en agua en el pqeuño estanque o tumbarte en las escultura-tumbonas. Por la mañana tumbonas y por la noche copas en los baretos. Nos gustó mucho, la verdad. Y, hablando de bares en el Gürtel, que es el espacio formado por el metro de la línea 4, se han habilitado muchos pubs y bares usando los bajos del metro, entre la vía elevada y el suelo. El primero fue el Chelsea, propiedad de un jugador alemán de fútbol, y después se han indo instalando una serie de locales que ofrecen copas hasta la madrugada. Bajarse en la parada de Thaliastrasse.

 

No podemos prescindir de ver la ópera. Indudablemente es grandiosa, con el escenario mas grande de Europa. Pro allí han pasado los mas grandes cantantes, directores y coreógrafos del mundo, y las mejores orquestas. En el museo se puede contemplar una exposición referida a todos los directores de la entidad desde su fundación. El palacio es espectacular, pero el de Budapest es mucho mas lujoso. Así es normal que FJ1 (ya le he cogido confianza) sólo fuera una vez a Budapest. Se cabreó tanto por lo conseguido por los húngaros que nunca volvió. ¡Envidioso!

 

Hay muchos mas palacios y mueso, pero en siete días no da tiempo a todo. Prosigamos con otras cosas que hay que ver, o que recomendamos ver según nuestros gustos.

 

Si cogemos la U4, podemos llegar al Gasometer. Esto es un conjunto de depósitos de gas, 4, que han sido reconvertidos en apartamento y en un gran centro comercial. Como centro comercial es de los normales, pero como arquitectura reciclada es digno de verse. Allí cerca se rodó una película de James Bond de la etapa de Roger Moore. Si no recue3rdo mal fue “Solo para sus ojos”, en la que Bond tiraba a Blofeld a una chimenea. Pues allí está esa chimenea. Para friquis bondianos.

 

Naturalmente hay que perderse por las calles de la ciudad buscando esos lugares bonitos que no vienen en las guías. Hay pasajes comerciales, cafés, plazas y calles que serán sin duda del gusto del viajero. No se puede dejar de ver el café Central, donde se fraguó parte de la política del siglo XX. Es digno de verse y tomar allí algo, una copa, una refresco, un café con tarta o comer o cenar allí. Viena ofrece una cocina amplia en horario y en lugares y escas en calidad salvo en la repostería que puede considerarse de lujo. No es que la cocina sea mal en calidad, es que no hay prácticamente una cocina autóctona mas allá de unos cuantos platos. Pero voy a recomendar un par de lugares que pueden ser visitados. Un de ellos el “mueso del gulasch”. Llamándose así lo que está claro es que lo que se come allí es gulasch, que entre otras cosas es un plato de procedencia húngara. Probamos dos diferentes y puedo recomendarlo sin problemas. Se come un buen guiso de carne. Curiosamente no adminten tarjetas de crédito como en muchos otros lugares como restaurantes y tiendas. Es lago que me resultó muy extraño. El segundo lugar para comer es una taberna llamada “Los doce apóstoles”. Está muy cerca de la catedral y situada en una antigua “cava” subterránea. Te atienden bien, no es cara y comes carne y col hervida muy bien preparada. Pedimos el “plato de la casa 12 apóstoles” que lleva lonchas de bacon de un dedo de gruesas, chuletas de sajonia, patatas rellenas de jamón, col, salchichas y morcilla. Lo único “normal” fueron las salchichas que eran frankfurt de bote o paquete. Lo demás bastante bueno, destacando el sabor del bacon y de las morcillas. Por 20 euros se pone uno como el Quico. Además te dan la murga un violinista y un acordeonista que tocan bien, pero piden dinero como la tuna de Empresariales. Es sitio para guiris pero es curioso sobre todo por ver las “cavas”. Para comer comida internacional, pizzas y rollitos, se la pueden servir en cualquier sitio, además de la milanesa que es el plato nacional por lo visto. Te la sirven con una ensalada de patata, nuestras papas aliñas, que desde luego están muy conseguidas.

 

Un paseo pro el Danubio parece imprescindible. Se efectúa en dos horas y se ve la ciudad desde otra perspectiva. Se entra en los canales a través de exclusas ye el viaje es idela para parejas gays y militares sin graduación.

 

Esto ha sido un resumen de nuestra estancia en Viena. Si el cambio climático se consolida, las van a pasaran canutas porque no están preparados para el calor. El aire acondicionado brilla por su ausencia tanto en muchos transportes como en la mayoría de los locales, cafés y restaurantes, Una ciudad impresionante, pero que me ha dejado una sensación de que no era lo que yo me esperaba. Aún así, volveré algún día, aunque sólo sea por ver una ópera en el palacio pero tendrá que ser en invierno pues en verano no hay temporada y se pasa mucho calor.

 

© Allfonso Merelo 2010

 

 



5 comentarios

Manuel Nicolás -

Pues recuerdos al Palacio da Pena. El circuito del que le hablo puede hacerse en viaje programado y/o por su cuenta y riesgo. Si no le mola el ir con parejitas de casados ni con jubiletas exigentes, efectivamente prescinda usted de la programación y vaya directamente a Constantinopla, que mola un huevo.

AMS -

Pero eso es un circuito de esos que preparan las agencias de viajes ¿no
? A mi es que me gusta mas ir por libre. Mi plan es Estambul de momento. Pero todavía no he planificado nada concreto. De momento en septiembre nos vamos a Sintra un par de días. Que el mes de octubre es muy movido, Sevilla, Burjassot y Córdoba. Todo trabajo, joer ya :)

Manuel Nicolás -

Si tiene tiempo (y dinero) le recomiendo encarecidamente el circuito La Capadocia-Anatolia-Éfeso-Estambul. Muy cansado pero espectacular.

AMS -

Pues cuente usted, que es uno de mis destinos futuribles.

Manuel Nicolás -

Me alegro, maese firloyo que haya usted departido con los austro-húngaros.
Yo por mi parte he viajado a los dominios de la otra parte de la triple entente, el imperio otomano y me gustado mucho.