Blogia
- MEMORANDO -

Cronicas marcianas

Cronicas marcianas

Este es el segundo artículo que este año está nominado para los premios ignotus. Fue publicado en diciembre de 2005 en Vortice en línea y es un estudio sobre la famosa novela de Ray Bradbury. De los dos no sabría por cual decantarme. Juzguen ustedes.

Crónicas marcianas

Los hombres de la Tierra llegaron a Marte. Llegaron porque tenían miedo o porque no lo tenían, porque eran felices o desdichados, porque se sentían como los Peregrinos, o porque no se sentían como los Peregrinos.
Ray Bradbury. Crónicas Marcianas

Marte es el planeta guerrero, compañero de viajes de la Tierra a través del sistema solar, siempre observado, siempre soñado y siempre presente a lo largo de la historia. Para Roma, Marte era en su origen el dios de la fertilidad pero el contacto con la cultura griega dotó a éste de las características del dios olímpico Ares y, desde ese momento, Marte fue belicoso; dios de la guerra y de los guerreros.
El planeta que lleva su nombre heredó estas características y, en tiempos mas modernos, de él vinieron innumerables invasiones, tanto literarias como fílmicas, que convirtieron a nuestro vecino rojo en frecuente fuente de sobresaltos.
Marte está ahora mas de moda que nunca; las misiones exploradoras se multiplican con el envío de sondas robot para, tal vez, planificar un futuro vuelo tripulado a ese astro ocre que tanto parece atraer a nuestra cultura. Las sondas Patfhinder, Mars Odyssey, Spirit, Opportunity o la europea Mars Expres, son algunos de las variados intento de los terrestres por conocer, o darse a conocer, a nuestro vecino del espacio.
Parece un inmejorable momento para escribir sobre un gran clásico literario del género de la ciencia ficción que precisamente trata y se desarrolla en Marte.
La idea para escribir este artículo surge a raíz de mi asistencia en la primavera de 2003 a unas jornadas denominadas Clásicos de la ciencia ficción, que tuvieron lugar en Cádiz en el marco de la feria del libro de ese año. En esas jornadas cuatro conferenciantes expusieron sus impresiones sobre cuatro grandes novelas del género. Los títulos elegidos fueron: Dune, 1984, Solaris y 2001 una odisea espacial. Los conferenciantes fueron, respectivamente, Rafael Marín, Juan Manuel Santiago, Alberto Cairo y Julián Díez. Esas cuatro novelas constituyen un buen ejemplo de grandes obras que perduran a través de la historia de la literatura fantástica. Por supuesto hay algunas más que pueden ser consideradas clásicos de imprescindible lectura y que no pudieron ser diseccionadas en esas jornadas.
En este artículo se pretende hacer algo parecido, pero fundamentalmente recuperar esta obra que, además de ser conocida por todos los aficionados, resulta una las imprescindibles en cualquier lista de clásicos “de obligatoria lectura” dentro del género de la ciencia-ficción, pero que puede ser perfectamente leída por cualquier persona a la que le interese la literatura.
Existió un proyecto en la HispaCon de 2004, Gadir2K4, por el que se intentó hacer un homenaje-desagravio hacia Crónicas Marcianas, cuyo nombre se ha venido tomando en vano y banalizando en un programa nocturno de gran éxito popular. Motivos de agenda hizo imposible este acto y fue una pena.
Así que tomo el relevo intentando dar un poco de luz a lo que es Crónicas Marcianas prescindiendo, esta vez, de Izaguirres, Sardás o Raholas .

El autor

Raymond Douglas Bradbury (Ray Bradbury) es uno de los autores clásicos de la ciencia ficción norteamericana. Para cualquier aficionado su nombre es conocido y es seguro que, preguntado cualquier lector de ciencia ficción por los escritores más renombrados, el nombre de Bradbury aparecerá en boca de la mayoría.
Nació en Waukegan, estado de Illinois, USA, en 1920. Desde pequeño se vio atraído por la literatura, primero como lector, y después como colaborador en emisoras de radio, donde prestaba su voz narrando cuentos para niños. Según sus propias afirmaciones, escribió su primer relato a la edad de 12 años. Este relato consistía en una continuación de las novelas marcianas de Edgar Rice Burroughs, que incluso fueron dedicadas por el “pequeño” escritor al autor del imborrable Tarzán.
En 1934 su familia se traslada a Los Ángeles, donde descubre su otra pasión: el cine, probablemente impresionado por el ambiente hollywoodense. Termina el bachillerato en 1938 y, debido a la situación económica familiar, no puede acudir a la Universidad, por lo que empieza a trabajar como vendedor de periódicos. Estos condicionantes permiten afirmar que su formación literaria puede considerarse completamente autodidacta.
Publica sus primeros relatos en 1938 (en un fanzine propio) y su primer trabajo literario remunerado se publica en 1941 en la revista Super Sciencie Histories. Esta primera historia tiene como tituló Péndulo. A partir de 1943 vive de lo que escribe (quién pudiera), recibiendo el premio a la mejor novela norteamericana en 1945 por The Big Black and White Game.
Bradbury marca para muchos estudiosos la mayoría de edad y la consolidación como género de la ciencia ficción norteamericana, mayoría de edad que coincide con la expansión del género en el resto del mundo. Es una de las personalidades indiscutibles que trasciende los encorsetamientos del género y que no es desdeñado por la crítica ajena al mundillo de la ciencia ficción. Es un autor reconocido en los ámbitos mas generales de la literatura y como bien escribe Pablo Cappanna (1)«... es una auténtica personalidad poética que canaliza todos los temas de autores anteriores en función de una sensibilidad muy personal y una actitud de rebeldía ante el american way of life ».
Uno de los motivos para que fuera, y sea, considerado y reconocido fuera del círculo “sectario” de la ciencia ficción fue su habilidad u oportunidad para publicar al margen de las revistas de género. Desde el principio, casi siempre, sus obras fueron editadas en revistas de gran tirada, las denominadas slick-paper magazines. Esto hizo que pudiera acceder a público no especializado que extendió su obra y que le hizo recibir reconocimiento fuera del género.
Según él mismo, no entiende nada de ciencia y sus relatos son entonces básicamente fantasía, y por tanto no dependen del conocimiento científico. Últimamente mantiene posturas políticas, y de criterio, que le alejan de lo que pudo ser su pensamiento en los tiempos de escritura de Crónicas Marcianas. Sus posicionamientos políticos le acercan mas a la idea ultra conservadora de la era Bush Jr. que a la “rebeldía” manifestada en sus obras de los cincuenta y sesenta. Sigue utilizando una máquina de escribir porque: «una computadora es básicamente una máquina de escribir, y no necesito otra. Con la que tengo me alcanza» (2).
También cultivó, y cultiva, casi todos los registros de la literatura. Ha creado obras de teatro, novelas, poesía y ha sido también guionista de cine, teniendo en su haber el guión, junto a John Huston, de la famosa Moby Dick que dirigió el mismo Huston.
Su amplia producción literaria se basa sobre todo en los relatos o cuentos cortos, aunque también escribe novela. Entre éstas últimas la mas conocida es Fahrenheit 451, publicada en 1953 y que fue llevada al cine por François Truffaut en 1966.
Entre los múltiples premiso recibidos el mas reciente es la National Medal of Art (Medalla Nacional del Arte) que recibió en el despacho oval de Casa Blanca y de manos del presidente George W. Bush, honor mas que dudoso, ya que estoy prácticamente seguro que el citado presidente no sabía ni quien era Bradbury.

La Novela

Que mejor comienzo para hablar de la novela que recordar las palabras del maestro Jorge Luis Borges que en una edición española, que puede encontrase en Círculo de Lectores o en Minotauro, escribiera como prólogo a Las Crónicas Marcianas de 1955:

«¿Qué ha hecho este hombre de Illinois, me pregunto al cerrar las páginas de su libro, para que episodios de la conquista de otro planeta me pueblen de terror y de soledad? ¿Cómo pueden tocarme estas fantasías, y de una manera tan íntima? Toda literatura (me atrevo a contestar) es simbólica; hay pocas diferencias fundamentales y es indiferente que un escritor, para trasmitirlas, recurra a lo fantástico o a lo real, a Macbeth o a Raskolnikov, a la invasión de Bélgica en agosto de 1914 o a una invasión de Marte. ¿Qué importa la novela, o la novelería de sciencie-ficcition? En este libro de apariencia fantasmal, Bradbury ha puesto sus largos domingos vacíos, su tedio americano, su soledad, como las puso Sinclair Lewis en Main Street ».

Lo expresado por Borges refleja perfectamente lo que el lector siente cuando lee este libro. Porque este libro trata de sentimientos, de soledades, de la Humanidad en definitiva. No trata de explicar teorías científicas, ni extrapolar inventos al futuro; se trata de condensar lo que en el espíritu humano está siempre presente: los odios, los rencores, la aventura, la imaginación, el amor o los sentimientos. Sin embargo, y pese a lo que pueda parecer en un principio, es pura ciencia ficción porque estos sentimientos, estas sensaciones, funcionan sólo porque se producen en un entorno extraño y ajeno al normal. La situación límite en la que se ven envueltos los personajes no sería posible, ni creíble, en otro decorado diferente. Marte es, por tanto, el motor que separa a Crónicas Marcianas del entorno mas general de la fantasía. Lo que escribe Bradbury no es extrapolable a un mundo mágico y ni tan siquiera al mundo real, ya que usa conceptos que pertenecen en exclusiva a la ciencia ficción.
Veamos que argumentos pueden apoyar esta última afirmación.
Primeramente la situación del escenario corresponde a un lugar ajeno pero que resulta cercano y próximo. Marte es un planeta que resulta muy conocido, que es relativamente amigable, y que, en teoría, podría sustentar aproximadamente la vida terrestre. El entorno es, por tanto, plenamente identificable con el concepto de astro habitado que había, y hay, en el mundo de la ciencia ficción, no tanto en el de la ciencia pura. Este entorno marciano procura una identificación con lo que conocemos, y sobre todo con lo que se soñaba acerca de Marte; amplios canales, desiertos de arena y marcianos.
También podemos observar como se produce una retroalimentación entre Marte y la Tierra. La Tierra exporta jóvenes, Marte aporta viejos. Una cultura milenaria se enfrenta a una cultura joven. El resultado es inevitablemente la aniquilación de la cultura mas anciana, aunque en este caso no sea intencionadamente. Para que esto suceda, Bradbury retoma la idea de Wells y condena a sus marcianos a la misma forma de extinción que ya se desarrolló en La guerra de los mundos.
Como tercer punto podríamos indicar que sólo se puede concebir Crónicas a tenor de la tecnología terrestre referida a los viajes espaciales. Son los terrestres los que visitan Marte. Son los terrestres los que, mediante su tecnología, consiguen establecerse como colonos en Marte. Son los terrestres los que trasportan algunas de las formas de pensamiento de nuestra sociedad al planeta rojo, amen de la forma de vida American Way of Life.
Otro motivo fundamental es la guerra. La guerra fría y el temor a que se produzca una guerra real está omnipresente en todo el relato. La extrapolación de esa guerra a un entorno extraplanetario es uno de los leiv motiv de toda la historia. Subyace en todos los relatos ese terror a una guerra global y a su inevitabilidad. El pesimismo se apodera del relato a través de todos los personajes y situaciones.
Además hay un increíble ambiente nostálgico que impregna todas las páginas. A excepción del relato final, vemos claramente cómo los colonos del nuevo mundo, los terrestres anclados en Marte, añoran su patria. Esta nostalgia se acentúa por la posibilidad de mirar al cielo para ver su planeta. De hecho, los terrestres retornarán a su patria al ver como ésta se consume.
No existe una épica espacial de space opera ya que los personajes son simples ciudadanos que se ven abocados a partir hacia otras tierras. Incluso los aguerridos cosmonautas no comparten los modos de héroe estereotipados que la ciencia ficción ha usado infinidad de veces. Son, en definitiva, mucho mas humanos que los cosmonautas de 2001, por poner un ejemplo.
La novela es un magnífico ejemplo de lo que puede dar de si la ciencia ficción sin que la ciencia esté apenas presente, salvo como herramienta lejana para crear el escenario. Sin viajes espaciales no hay Crónicas Marcianas, como tampoco las hay sin el bagaje de autores que describieron un imaginario y fabuloso Marte compatible con la vida humana.
Pero formalmente, Crónicas Marcianas no es una novela; es una antología, una recopilación de relatos escritos a lo largo de varios años y publicados en diferentes revistas del género, lo que los anglosajones denominan fix-up (3). Como libro recopilatorio fue publicado por primera vez en 1950 por la editorial Doubleday, y a partir de ese año, Crónicas Marcianas, ha visto numerosos ediciones en todo el mundo y en numerosísimos idiomas.
Los relatos que se encuentran en la novela se muestran en una secuencia cronológica, que, como ya se ha dicho, no se corresponde a sus fechas de escritura. Curiosamente el cuento que cierra la obra, El picnic de un millón de años, es el primero de los que se escribieron cuando, suponemos, ni siquiera se había planteado el realizar una serie referida a Marte. Este relato se publicó en Planet Stories en 1946. Posteriormente en 1947,48, y 49 se publicarían diversos relatos como Noche de verano, Los hombres de la Tierra, La tercera expedicón, Aunque siga brillando la Luna o El marciano. En 1950 se escriben los demás relatos, suponemos que con la idea ya de eitarlos como novela mediante ese fix-up.
La recopilación, novela ya, presenta como cabecera de cada uno de los relatos el año en que el autor sitúa la acción, desde enero de 1999 a octubre de 2026. Por supuesto, se reitera que esta clasificación no se corresponde a la fecha de publicación original de los cuentos que lo componen.
Aunque los relatos se pueden leer independientemente, mantienen una homogeneidad que realmente forma un corpus común. El planeta Marte esta omnipresente incluso en los relatos que no discurren en el planeta.
Crónicas Marcianas, en la ya famosa primera edición de Doubleday, constó de 26 relatos, comenzando el libro por El verano del cohete y finalizando por el ya mencionado El picnic de un millón de años. En la edición española de Circulo de Lectores y de Minotauro falta el relato titulado The shore, que fue incluido en la edición original de Doubleday.


La Historia

Crónicas Marcianas comienza con un relato corto, apenas una página, titulado El verano del cohete. En este pequeño relato Bradbury nos introduce de una manera suave en la trama de la obra. Con una mínima relación con el resto, como introducción, muestra al lector una descripción del despegue de un cohete absolutamente alejada de la que pudiéramos estar acostumbrados. Sí, el despegue de una nave es fuego y calor, pero para Bradbury ese infierno produce un suave verano en pleno invierno de Ohio. El cohete trae la alegría, trae el verano, es decir el final del invierno del frió, de la tristeza y, metafóricamente, lleva al lector hacia una nueva estación, un nuevo amanecer que se simboliza en Marte, es planeta soñado.
Marte se convierte ya en el escenario para casi todos los restantes relatos, porque Crónicas Marcianas trata, además de otras muchas cosas, de la conquista de un nuevo mundo, y, como en toda conquista, de las relaciones entre los conquistadores y los conquistados. Los conquistadores se trasformarán en colonos y asistiremos a las difíciles relaciones con la metrópoli que los ha enviado a vivir en el nuevo planeta. Una conquista que es exclusivizante. El futuro cercano que concibe Bradbury está en poder exclusivamente de la todopoderosa Norteamérica. Son los WASP norteamericanos los que tienen los medios, la disposición y la tecnología para iniciar la exploración de nuestro vecino. Los demás pueblos del mundo no tiene cabida en las historias de Bradbury. Incluso cuando se habla de los “marcianos”, éstos parecen trasuntos de los nativos indios norteamericanos. Por tanto no encontramos una vez mas con la idea de que sólo los norteamericanos son capaces de conquistar otros mundos. Cosa que en los años 50 parecería factible pero que acabó con el lanzamiento del Sputnik 1 por parte de los soviéticos. Jacques Sadoul dice: « ... es poética y reaccionaria... Poética en cuanto al estilo, al encanto un poco anticuado de las ideas, a la desilusión secreta de los personajes. Reaccionaria, pues todo el relato, como, por otra parte, la mayor parte de las demás obras de Bradbury. Está vuelto hacia la nostalgia del pasado, hacia el retorno a las formas de vida del pasado siglo –XIX- y marcado por el miedo a la técnica y el odio a la ciencia».
La novela se puede dividir en tres partes fundamentales: Los exploradores (el primer contacto con la civilización marciana), La conquista (la adaptación al nuevo mundo) y La emancipación (la ruptura con la Tierra). Bradbury, no podemos saber si planificadamente, sigue los esquemas de cualquier colonización centrándose en esos tres grandes periodos

Primera parte: Los Exploradores

Esta primera parte que he titulado Los exploradores, se configura a partir de los relatos titulados Ylla, Noche de verano, Los Hombres de la Tierra, El contribuyente, La tercera expedición y Aunque siga brillando la luna.
Vamos a asistir a la llegada de los conquistadores de la Tierra al planeta Marte. Los marcianos, una raza antigua con grandes poderes mentales, entre los que se cuenta la telepatía van a verse relegados por la joven raza terrestre. Todos estos relatos, salvo el último, nos hacen ver el intento desesperado de los marcianos por defenderse de la invasión, venciendo en pírricas batallas y siendo a su vez vencidos por los mismos enemigos que ya se describieran en la Guerra de los Mundos, en este caso la destrucción marciana se concreta en una enfermedad desaparecida en nuestro mundo; la viruela. La enfermedad usada por el autor nos retrotrae a un episodio similar ocurrido con la población americana en tiempos de la conquista española. Este recurso, el paralelismo con la conquista española de América, será usado mas de una vez a lo largo de los relatos.
Los cuentos que componen esta primera parte son variados en temática e intenciones; es plausible decir que son los que contienen mas elementos de ciencia ficción de todo el conjunto.
En el primero de estos relatos, Yllia, los celos parecen conformar un idioma universal. Un extraterrestre es capaz de sentir celos de algo que ni siquiera pertenece a su entorno. La xenofobia añadida y el elemento “romántico” femenino conforman un bello relato que recrea las desgraciadas, y estúpidas, coincidencias de comportamiento machista que al parecer se producen en cualquier rincón del cosmos.
El anterior cuento enlaza con Noche de verano en el que los habitantes de Marte barruntan su propia extinción. Se establece un paralelismo entre los augures mayas, incas o aztecas que, ante la llegada de los “dioses” blancos y barbudos, pronosticaban el fin de su civilización. Los marcianos son conscientes, apenas, de lo que se les avecina: una vez mas los hombres blancos van a arrasar tierras extrañas y imponer “su civilización” arrasando lo que se interponga. Volvemos a encontrar un referente a la conquista española, o a cualquier otra conquista.
Cuando los terrestres llegan a Marte son recibidos con indiferencia. Los componentes de la segunda expedición, Los hombres de la Tierra, ven que sus esfuerzos por entablar un diálogo con los marcianos resultan infructuosos. De facto, esa imposibilidad se vuelve cruel cuando son tratados como lunáticos. Los marcianos, incapaces de asimilar la realidad de una invasión, consideran a sus visitantes unos ilustres chiflados y como tales son tratados en un centro para locos marcianos. Los locos marcianos, debidos a sus poderes mentales, son capaces de dar forma real a sus alucinaciones. Pronto se verá que la postura es equívoca y errónea. En realidad la civilización marciana tomará conciencia de la invasión y tratará a los hombres de la tercera expedición en consecuencia.
Trasladándonos a la Tierra El contribuyente narra la obsesión de un americano medio por viajar a Marte. Bradbury describe el estereotipo de “contribuyente” que paga impuestos y exige que el Estado le devuelva su aportación. Resulta lógico suponer que el Estado simplemente lo encarcelará.
La Tercera expedición es uno de los relatos mas brillantes de toda la novela. En el se cuenta la llegada de una nueva nave espacial expedicionaria al planeta rojo Fracasadas las dos primeras expediciones, ésta es mucho mas numerosa; al mando el capitán John Black, que encontrará, junto con sus hombres, una extraña ciudad cuyas calles, tiendas, casas y configuración es exactamente igual a la que recuerda el capitán de su ciudad natal. Este relato es también una historia de terror donde se conjugan los deseos de los terrestres, creer que están el “cielo” cristiano - el relato también se tituló Mars is Heaven-, con la racionalidad del capitán Black que descubrirá la trama de engaños que han producido los marcianos con sus poderes psíquicos (4).
Termina esta primera parte con el relato titulado Aunque siga brillando la luna. La cuarta expedición de la Tierra llega a Marte encontrando ya un mundo muerto. Los visitantes descubren que las expediciones anteriores han desencadenado la extinción de los marcianos mediante la importación de la viruela. De la civilización marciana sólo quedan sus logros en forma de bellísimas ciudades. Este cuento rememora la historia que Fray Bartolomé de las Casas narrara, en su famoso manifiesto “Brevísima relación de la destrucción de las Indias”, criticando la conquista española de América. Efectivamente; uno de los expedicionarios no comparte las maneras de algunos de sus compañeros hacia Marte y sus vestigios. Su actitud es la de un defensor a ultranza de la civilización marciana, lo que supone un reconocimiento del respeto debido a otras etnias y culturas. Parece que estos planteamientos remiten a actitudes actuales pese a haber trascurrido mas de cuarenta años. El enfrentamiento se producirá con el intento de mediación del capitán de la nave que se ve forzado a tomar decisiones, lógicas, pero teóricamente injustas.

Segunda parte: Los conquistadores

Esta segunda parte es la mas extensa ya que comprende 12 relatos. Éstos son los siguientes: Los colonos, La mañana verde, Las langostas, Encuentro nocturno, The shore -no publicada en la edición española-, Intermedio, Los músicos, Un camino a través del aire, La elección de los nombres,Usher II, Los viejos, y El marciano.

La Tierra comienza y culmina la colonización del nuevo planeta. Los colonos portan su cultura y trasladan la forma de vida terrestre, norteamericana, al cuarto planeta. Bradbury se basa en la conquista del oeste norteamericano extrapolando la misma al entorno marciano. Estos colonos tienen las mismas necesidades que los de antaño: tiendas, bares, ciudades, chicas, comida y todo lo que nos ha sido mostrado, indudablemente deformándolo, en el cine de Hollywood.
Los colonos es un pequeño cuento de enlace entre la primera y la segunda parte, si es que se pueden separar siguiendo mi criterio. Contiene el espléndido párrafo que abre el artículo y sirve para que el autor muestre cómo se produce el éxodo de norteamericanos, no lo olvidemos, y como resulta una constante en cualquiera de las colonizaciones habidas hasta ahora se invita a los “parásitos” sociales a emigrar «HAY TRABAJO PARA USTED EN EL CIELO. ¡VISITE MARTE!». Contemplamos una crítica hacia esa sociedad que prefiere mandar hacia la emigración a sus parados, problemáticos socialmente hablando, que procurarles un empleo reactivando la economía, situación que es actualmente, y han pasado 50 años, plenamente vigente.
La mañana verde es el relato ecológico por antonomasia de la novela. La terraformación de un planeta contemplada desde un punto de vista poético. El protagonista, uno de los tripulantes supervivientes de la cuarta expedición –Driscoll-, pretende crear un bosque en Marte importando semillas de la Tierra, adaptar, en definitiva, los nuevos territorios a la vida común de los terrestres. Lo ubérrimo del terreno marciano permitirá una eclosión inusitada de la vegetación. Bradbury casi se limita a recoger una leyenda norteamericana, la de Paul Bunyan, que sembró los Estados Unidos abriendo terrenos para el cultivo.
En Las langostas, un relato de los mas cortos, se compara la colonización con una plaga de langostas. Los hombres llegaron de lejos y arrasaron todo lo que encontraron. La humanidad queda retratada como una plaga dañina esta vez trasportando todo su mal hacer a los territorios vírgenes de otro planeta.
Marte conserva aún muchos secretos que Thomas Gómez descubrirá en su Encuentro nocturno. Vemos, una vez mas, un arquetipo recurrente en la ciencia ficción: el primer contacto. Esta vez, por medio de un viaje interdimensional o temporal un terrestre y un marciano de antaño se encuentran en la llanura marciana y se cuentan sus problemas. Es un encuentro suave, sin sobresaltos, cada uno admirando al otro. Un encuentro entre civilizaciones distantes miles de años que se entienden.
Intermedio y Los músicos son dos pequeños relatos que hablan de la aportación de la tierra en forma de construcciones de madera, los músicos, y un terrible relato en el que los niños terrestres juegan al macabro juego de hacer música con los hueso de los marcianos como si de xilófonos se tratara. Imaginen las costillas de un esqueleto golpeándose como si fueran un instrumento musical. Terrible relato en el que la falta de respeto y la irresponsabilidad innata del carácter infantil se mezcla con la ingenuidad que supone el no tener ideas preconcebidas.
Un camino a través del aire se esfuerza en ver la realidad de la USA profunda del sur y con su increíble racismo incluso en pleno siglo XX. Contrasta la especulación sobre los derechos humanos y el avance tecnológico que supone la conquista de otro mundo. Los americanos del sur no puede concebir que “sus” negros puedan ni siquiera emanciparse. Y esta emancipación se produce al huir estos a Marte, puesto que la sumisión y la “esclavitud” de sentirse inferiores y tratados de mala manara se hace insufrible para ellos. Marte se trasforma pues en un castigo paro los amos amen de una liberación para los negros. Terrible e insano relato.
La elección de los nombres es un relato de transición. Una vez que Marte ha sido colonizado, llegan a él los burócratas. Parece imposible librase de ellos incluso a millones de kilómetros y con ellos llegan las leyes. Un territorio de frontera se vuelve “civilizado” al incorporar la ley. Pero la ley del viejo mundo, no la nueva que debería haberse desarrollado al tratarse de nuevas gentes y de nuevas perspectiva. Por supuesto algunos se rebelarán ante la situación. El enlace se produce directamente con uno de los mas logrados cuentos de las Crónicas: Usher II. El mismo nombre hace referencia al homenaje que Bradbury hace a Edgar Allan Poe. Resulta también interesante rastrear cómo este cuento presenta las premisas básicas de la posterior novela Fahrenheit 451, que se publicaría en tres partes en Playboy. La ola de conservadurismo y papanatismo norteamericana, que se desarrolla en la Tierra, llega a Marte y con ella la quema de los libros en clara reminiscencia nazi. Aunque el rebelde, como Montag, surgirá para castigar y paliar el desaguisado.
La colonización está por terminar pero falta algo, y ese algo son Los viejos. En otro cortísimo relato los viejos de la Tierra llegan a Marte para hacer lo que hacen los viejos: observar, mirar y sobre todo esperar la muerte.
Esta segunda parte culmina con el relato El marciano en el que los sentimientos de los terrestres se ven reflejados en el último superviviente que es un multiforme capaz de leer el pensamiento. La tragedia consiste precisamente en que por querer cumplir los deseos de los que ahora son sus paisanos, pierde su identidad a causa de los mismo. La moraleja parece indicar que no se debe uno dar a los demás del todo, porque se descuida entonces la propia vida. Un cristianismo al revés.

Tercera Parte: La emancipación

Toda colonización tiene su punto de no retorno, y este se produce cuando los colonos dejan de tener sus raíces en la metrópoli, o la metrópoli deja de interesarse en sus colonias.
En Crónicas Marcianas a partir del relato La tienda de equipajes esta falta de interés en los asuntos terrestres se hace patente, aunque mas que emancipación casi se trata de un retornar al origen ya que la colonia tiene poco que ofrecer o nada.
La primer etapa representa la exploración y descubrimiento de nuevas maravillas, alegría en definitiva. La segunda parte es el asentamiento y la adaptación – la calma. Y esta tercera parte es la nostalgia y la mayoría de edad y el crecimiento al final.
En La tienda de equipajes se desarrolla como una imagen del retorno de los exiliados europeos en EEUU después de la II Guerra Mundial. La situación es casi idéntica, salvo que la Tierra está en este caso al borde de la guerra, como se verá posteriormente.
Fuera de temporada conjuga dos situaciones resueltas de manera irregular. Primero porque rompe la continuidad de lo que Bradbury ha venido contado acerca de los marcianos. Los fix-up tiene ese problema. Y esta falta de continuidad se aprecia por la aparición, no se sabe de donde, de muchos marcianos. Estos marcianos tienen por misión castigar realmente a todo el género humano que ha venido a apoderarse del planeta. Cosa que se hace en la persona de Sam Parkill, de la cuarta expedición, que intenta hacer negocio con los hipotéticos viajeros que se van a instalar en Marte. El regalo que estos marcianos le hacen realmente está envenado ya que su disfrute va ser imposible.
La tienda de equipajes tiene una continuación directa en Los observadores. Sencillamente miramos a través de los pocos que quedan en Marte la petición de la Tierra opera que sus hijos vuelvan. El planeta se muere y quiere que toso estén con él en ese momento. Y sus hijos vuelven. El negocio de los equipajes cumple sus objetivos en una solo noche.
Si el libro contiene múltiples referencias a situaciones análogas en los Estados Unidos, Los pueblos silenciosos hace una extraña interpretación sexista de las relaciones de pareja. Es uno de los cuentos mas reaccionarios del libro, basado o reescrito a partir del relato Night Call. Simplemente parece estar en contradicción con la poética del resto de los relatos. ¿Cual fue el motivo para incluirlo aquí? Lo desconocemos, pero resulta muy curiosos.
Los largos años refleja supuestamente la idea que tiene el autor sobre las relaciones familiares. Lo que vemos es una familia “típica” americana en la que la esposa y los niños se dedican a hacer la vida feliz al marido. La llegada del capitán Black, procedente de un viaje a Júpiter, cambiará la vida de todos. En realidad parece que el objetivo es perpetuar una forma de vida, muy convencional y de los 50, a través del tiempo y con ayuda de la ciencia. Cuento, que pese a su carga retrógrada, resulta excepcionalmente emotivo.
La robótica está presente en Vendrán lluvias suaves mediante una casa automatizada, que pese a que sus dueños la han abandonado, se mantiene fiel a su programación hasta su caída. Probablemente es la misma casa de Usher II que al final resulta destruida remedando el título del relato de Poe.
La novela termina con el que es uno de los mejores relatos de la misma: El picnic de un millón de años. Como ya sabemos fue el primero de los relatos que compondrían Crónica Marcianas. En realidad casi se trata de un resumen final de lo que contiene la novela. Los terrestres llegan, después de la destrucción de su mundo, para intentar construir una vida diferente. Ya nos son exploradores, ni colonos, son sólo supervivientes. Toda la poesía y literatura de Bradbury se plasma en este emocionante cuento. Son los sentimientos los que aflora: la soledad, la alegría de los niños, el amor de los padres hacia ellos y la nostalgia del viejo mundo reforzada por la ilusión de crear algo nuevo. Algo alejado de lo que llevo al viejo planeta a su destrucción. El final del cuento refleja en breves palabras todo el sentimiento del relato:

«Los marcianos estaban allí, en el canal, reflejados en el agua: Timothy y Michael y Robert y papá y mamá. Los marcianos les devolvieron una larga, larga mirada silenciosa desde el agua ondulada...»

Conclusión.
Probablemente haya obras que sean mas de ciencia ficción que estas Crónicas, que contengan mas elementos científicos o que estén basadas en fundamentos sólidos científicos. Nada de eso está en Crónicas Marcianas. Nos encontramos ante una novela que en la forma y en el fondo es casi redonda. La forma es absolutamente deliciosa, y el fondo, las ideas, pese a ser en algunos caso no originales, están expresadas de tal manera, que se hacen nueva, frescas.
Muchas novelas se hacen vieja en escasos años. Crónicas no. Crónicas perdura a lo largo de su ya larga vida. Se puede leer sin que chirríen su premisas anticientíficas. Éstas no son necesarias porque sólo sirven como adorno a lo que se cuenta. Y lo que se cuenta son sentimientos, el espíritu humano y sus relaciones con el medio. Los amores, los desamores, la política; los deseos humanos en definitiva.
Eso es Crónicas Marcinas.
Sólo eso, y es as que suficiente.


Apéndice
División de los relatos y fechas de publicación.

1 Rocket Summer - El verano del cohete. Sin relación directa con el resto de la obra. 1947

1ª Parte. Los exploradores
2 Ylla 1950
3 The summer night- Noche de verano 1949
4 The earth men- Los Hombres de la Tierra 1948
5 The taxpayer- El Contribuyente 1950
6 The third Expedition (Mars is Heaven) - La tercera expedicón. 1948
7 And the Moon be still as bright - Aunque siga brillando la Luna 1948

2ª Parte. La conquista
8 The settlers- Los colonos 1950
9 The green morning - La mañana verde 1950
10 The locusts- Las langostas 1950
11 Night meeting- Encuentro nocturno 1950
12 The shore. (No publicada en la edición española) 1950
13 Interim – Intermedio 1947
14 The musicians- Los músicos 1950
15 Way in themMiddle of the air- Un camino a traves del aire. 1950
16 The naming of names- La elección de los nombres 1949
17 Usher II - Usher II . 1950
18 The old ones - Los viejos. 1950
19 The martian - El marciano. 1949

3ª Parte. La emancipación
20 The luggage store - La tienda de equipajes. 1950
21 The off season - Fuera de temporada. 1948
22 The watchers - Los observadores 1950
23 The silent towns - Los pueblos silenciosos. 1949
24 The long years - Los largos años. 1948
25 There will come soft rains - Vendran lluvias suaves. 1950
26 The million-year picnic - El picnic de un millón de años. 1946


(1) CAPPANA, PABLO. El sentido de la ciencia ficción. Columba. Buenas Aires 1966
(2) De la entrevista de Gabriel Lerman. http://www.mural.com/cultura/articulo/369587/
(3) Es el equivalente a una novela, construida al publicar conjuntamente una serie de relatos aparecidos por separado. (Jacobo Cruces y Francisco J. Suñer en http://www.ciencia-ficcion.com/glosario/
(4) Respecto a la Tercera expedición hay que recordar la adaptación radiofónica que realizara para RNE, allá por los años 70, Narciso Ibáñez Serrador dentro de la serie Historias para imaginar. Esta serie se emitía los domingos por la noche. En esta ocasión, el personaje del Capitán Black fue interpretado magníficamente por el recientemente fallecido Narciso Ibáñez Menta, cuya impresionante voz realzaba el texto de Bardbury.


© Alfonso Merelo 2005-2006

12 comentarios

andrea -

el libro esta re bueno!!!!!!!!!!!!!!!!

melina silva -

me queda una duda sobre ¿q pretende este género? es muy bueno y completo el artículo.

VANINA -

ESTÁ MUY BUENO EL ANÁLISIS Y COMENTARIO DE LA OBRA!!!

rocio -

bueno esta bueno el libro

es entretenido
a mi me mandaron buscar informacion sobre este libro ..y cuando lo leii taba piolaa

ajja
nd me voy

chauu

Anónimo -

En el artículo se dice lo siguiente: "Pero formalmente, Crónicas Marcianas no es una novela; es una antología, una recopilación de relatos escritos a lo largo de varios años y publicados en diferentes revistas del género, lo que los anglosajones denominan fix-up"
Son cuentos recopilados en forma de novela que guardan una unidad argumental

lu -

yo tengo una duda, eson cuentos o es una novela???? aqui en el artículo figura como novela, pero yo creo que eso es erróneo

AMS -

¿Qué es una mierda? ¿El libro, el artículo?
Hay señor, cuanta ignorancia

fede -

una mierda

droguitha -

aki no salen los personajes poh

vanesa -

TONTOSTONTOSTONTOSTONTOS
TONTOSTONTOSTONTOSTONTOSTONTOS
TONTOS

AMS -

Mi edición es la de Circulo de Lectores, que es la misma que la Minotauro.
El relato que me hablas creo que es La mancha, cuyo autor es Juan José Plans creo. Y no la encuentro en Historias para no dormir ni en Historias para imaginar, las de radio. Tal vez fuera en emitida en Mañana puede ser verdad. Recuerdo que esta historia nos la leyó un profesor en clase de literatura hace la pila de año, y dejó el final para otro día. Que suspense :). Se editó en la revista Historias para no dormir, que nosotros conseguíamos de propaganda porque unos laboratorios se la mandaban a los médicos, y mi clase estaba plagada de hijos de médicos. Estaba llena de anuncios de pomadas, pastillas y cosas así, y entre ellas algunos relatos:)

Manuel Nicolás -

Si de algo sirve mi voto, yo voto por este. Hasta me han entrado ganas de volver a leerme, por enésima vez, Crónicas Marcianas. Yo tengo la edición de minotauro. Lo que no me acuerdo es donde está en mi caótica y pequeña casa.

Y a propósito de no recordar algo. Aunque no tiene nada que ver con lo anterior, estoy desesperado y no sé a quien consultar, así que te ha tocado.
Hace miles de años, cuando la televisión era en blanco y negro, vi, cuando niño, la obra de teatro o recreación española (los actores lo eran) del relato siguiente:
Una familia normal regresa de sus vacaciones a su casa. Una de las ventanas está rota y encuentran un pequeño meteorito. Dicho meteorito suelta algo que en principio es una pequeña mancha negra, que se va reproduciendo por toda la casa. La mancha se hace inmensa y se termina extendiendo a la angustiada familia. El desesperado padre ve como todos sus miembros son “absorbidos” por la mancha negra y le termina, creo, pegando fuego a la casa.
Mis recuerdos sobre esto terminan aquí. No puedo recordar ningún otro dato. ¿Sabes de lo que te estoy hablando? ¿te suena de algo? ¿es algún relato? ¿cuándo se adaptó para la televisión? ¿es parte de Las Historias para No Dormir de Chicho Ibáñez Serrador?
Por favor, ínclito erudito andaluz, sácame de las tinieblas.

Un saludo:
Manuel