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- MEMORANDO -

Ciencia ficción

FREDERIK POHL EL MAESTRO DE LO EXÓTICO.

FREDERIK POHL EL MAESTRO DE LO EXÓTICO.

 

                        You can’t really predict the future.

All you can do is invent it.

F. Pohl

UNA INTRODUCCIÓN HOMENAJE.

 

He de reconocer que algunas de las obras de Frederik Pohl se encuentran entre mis favoritas y que es de los pocos autores que he releído varias veces, encontrando siempre algo nuevo en sus obras. Por eso este artículo-homenaje está elaborado desde mi óptica de considerar al autor como uno de los grandes maestros de la ciencia ficción. Conocí por primera vez su obra a través de un libro que cayó en mis manos en los lejanos años 70. No era otro que Mercaderes del Espacio en la edición primera en España que publicaba la editorial Minotauro, dirigida en aquella época por Francisco Porrúa. Bien es verdad que no era una novela escrita exclusivamente por él, ya que contaba con la colaboración de C.M. Korblunth, pero me impresiono por lo que ya dejaba intuir de su estupenda caracterización de personajes y de escenarios que, aunque en aquella época parecían lejanos, eran muy plausibles. Y fíjense donde hemos llegado en este momento en la que ese escenario no es sólo cercanamente plausible sino que se ha hecho realidad absoluta, aunque me permitirán que volvamos a retomar el tema más adelante.

 

Voy a tratar de reflejar mi visión de uno de los grandes maestros de la ciencia ficción. Un visionario, descubridor de caracteres humanos más que creíbles y creador de escenarios atractivos y absorbentes.

 

UNA PEQUEÑA BIOGRAFÍA.

 

Nación en Brooklyn, New York, en 1919 y falleció el pasado 2 de septiembre de 2013. Su padre era comerciante y este hecho obligó a la familia a trasladarse  frecuentemente de residencia. Es de suponer que esta circunstancia lastró su instrucción educativa ya que no pudo, o no tuvo la oportunidad, de terminar sus estudios secundarios. Como homenaje de su instituto en Brooklin

 

Desde su infancia fue un lector compulsivo y ya a una temprana edad escribía en fanzines que él mismo producía y distribuía. Fue uno de los más activos iniciadores del denominado fandom y formó parte, o estuvo muy cerca, del grupo denominado Los futurianos. Según su propia autobiografía este grupo se formó en torno a Hugo Gernsback y la denominada Brooklyn Science Fiction League. En este grupo participaron entre otros Asimov, Blish,  Korblunth, Donald A. Wollheim, Damon Knigth o Judith Merril. Estos futurianos mantenían unas posturas políticas muy progresistas y, de hecho, el propio Pohl llegó a pertenecer a las juventudes comunistas. La adscripción ideológica de Pohl le llevó a tener enfrentamientos con otros miembros del fandom neoyorquino.

 

Participó en el escenario europeo de la segunda guerra mundial concretamente en Italia en las fuerzas aéreas. Se casó 5 veces y fruto de estos matrimonios nacieron 4 hijos. Curiosamente algunos de sus matrimonios fueron con mujeres fuertemente unidas a la ciencia ficción ya fuera como futurianas o cómo ensayistas y críticas.

 

EL AGENTE LITERARIO Y EL EDITOR.   

 

La aventura literaria de Frederik Pohl comenzó con sus primeros relatos publicados en sus propios fanzines. Pero a la temprana edad de 19 años ya era editor de las revistas Astonishing Stories y Super Science Stories. Posteriormente sería editor de las revistas IF y Galaxy y lanzaría una serie de antologías de relatos tituladas genéricamente Star Science Fiction. En ellas comenzaron algunos escritores tan famosos posteriormente como James Blish o Larry Niven. Como editor de libros, en Bantam Books,  tuvo la oportunidad de publicar a Samuel R. Delaney y su serie Dhalgren o a Joanna Russ y su novela El hombre hembra. Escritores muy conocidos fueron apoyados inicialmente por Pohl un verdadero descubridor de talentos en la literatura de ciencia ficción. Continuó en el mundo de la edición hasta el año 1993, una carrera impresionantemente longeva para un verdadero amante de la literatura de anticipación. Tanto es así que en 2009, a la edad de 89 años, tuvo el atrevimiento, y la fuerza, de crear un blog titulado The Way the Future Blogs, que ganaría un premio Hugo.

 

Si su papel como editor fue muy fructífero no lo fue menos en su faceta de agente literario. Representó, en diversos tiempos, a escritores tan importantes como Isaac Asimov –del que sería el único agente pues Asimov se representaría a sí mismo hasta su muerte (según él mismo debido a su tacañería)-, Algis Budrys, Hal Clement, Fritz Leiber o John Wyndham. Hay que alabar el importante ojo clínico de Pohl para poder ver el potencial de sus representados, ya que todos ellos han dejado huella, más o menos profunda, en la historia de la ciencia ficción. Pese a esta gran panoplia de autores, se dice que representó en un momento u otro a la mitad de todos los escritores de ciencia ficción norteamericanos, las ganancias de la agencia no fueron lo que deberían haber sid y en la década de los 50 tuvo que abandonarla.

 

EL ESCRITOR Y SU OBRA

 

A medida que Pohl se internaba en el mundo de la edición comenzó, aprovechando precisamente esa posición, a publicar relatos en las revistas al principio con pseudónimo y posteriormente, a partir de los años 50, con su nombre real. Este periodo de  relatos cortos, en el que casi todos los escritores de ciencia ficción que han sido se han fogueado, dio paso a la autoria de novelas. El primer éxito de Pohl viene de la mano de su amigo, y también futuriano, C. M. Kornbluth, y se titula Mercaderes del Espacio. La novela fue publicada originalmente en 3 partes en la revista Galaxy Sciencie Fictión en el año 1952 aunque con el título Gravy Planet.

 

La novela basa su argumento en las disputas comerciales de dos mega corporaciones de publicidad y productos de todas clases, empezando por los alimentos. Estas empresas gobiernan el mundo por encima de las  naciones y, por supuesto, de los gobiernos que son meros títeres de ellas. Cuando vemos los movimientos de globalización existentes, las multinacionales que están en todos los países y los movimientos conjuntados de la economía en el mundo, no se pude dejar de pensar en cuan proféticos  fueron  los dos autores.

 

La historia está protagonizada por Mitchell Courtenay, un alto ejecutivo publicitario de la sociedad Schocken, que tiene como marca de sus productos Astromejor Verdadero. Courtenay es el encargado de realizar la campaña publicitaria para la colonización del planeta Venus, que recientemente ha sido terraformado. Este ambicioso proyecto le llevará al enfrentamiento con la sociedad Tauton, rival de Schocken. Lo que comienza en un enfrentamiento comercial, se verá convertido en una lucha por el poder absoluto. El que gane esta batalla, ganará la guerra y el planeta Venus.

 

Su título es engañoso porque ese espacio del título no es el espacio sideral sino el espacio vital. Se denuncia el poder omnímodo del capitalismo mas salvaje que, usando la democracia como mera excusa, simplemente desprecia el factor humano, salvo en un sentido: el poder de dominar a todos y a todo. Es el consumidor puro y duro sin ningún derecho salvo el de trabajar para consumir. ¿Les suena esta idea de algo? ¿Les ha ocurrido o les ocurre algo por el estilo? Si esto no es una predicción mas que acertada del estado actual de la economía, no conozco ninguna otra que se haya, siquiera, acercado lo que se describe en esta novela.

 

Mas adelante, en el año 54, colabora con otro escritor famoso, Jack Wiliamson, con una serie de corte aventurero submarino protagonizada por el personaje de Jim Eden. En 1955 el dúo con Kornbluth vuelve a funcionar y se concreta en la novela Gladiator at  Law, también publicada en Galaxy en forma de serial. Por lo que se permanece inédita en castellano. A partir de ese momento, Pohl se prodiga tanto en colaboración como en solitario escribiendo tanto novelas como cuentos y relatos.

 

Su siguiente gran éxito, y gran novela es Homo Plus, publicada en The Magazine of Fantasy and Science Fiction en tres partes en 1976. La novela recoge las experiencias de un militar y científico, Roger Torraway, que participa en el experimento homoplus para mejorar al ser humano. La finalidad de este experimento no es otro que utilizar a ese hombre mejorado, con técnicas biónicas que lo convertirán en un cyborg, en la conquista de Marte. La novela hace una reflexión profunda sobre lo que significa ser humano.  Somos lo que somos porque nuestra configuración anatómica nos condiciona. Pero si esta cambia ¿no cambiará nuestra percepción de nuestra naturaleza? Esa es la premisa que explora el gran maestro en una de sus mejores novelas. Son  particularmente terroríficas algunas de las trasformaciones que padece el pobre Torraway, cambios que sus predecesores en el experimento no consiguieron superar.

 

Quizá su novela cumbre pueda ser Pórtico. El autor reconoció que era la obra que más le convencía, que era lo mejor que había escrito. Pórtico es una novela que ha de estar entre las grandes de todos los tiempos en cuanto a ciencia ficción se refiere. Pohl, muy hábilmente, crea una novela de extraterrestres sin extraterrestres. No sabemos quienes son, como son y que hacen o quieren. Sólo se les conoce por su tecnología, por unas naves estelares que nadie entiende y que son usadas por los humanos aún a riesgo de morir en el intento. Pórtico es una estación espacial, un puerto, creado por la civilización Hechee. En él se encuentran cientos de naves preparadas para viajar más rápido que la luz. Y en ellas se embarcan los llamados prospectores que buscan descubrimientos y objetos de esa civilización en los saltos de búsqueda. El riesgo de estos saltos es tan grande que los tripulantes muchas veces vuelven muertos o ni siquiera vuelven. Robinette Broadhead, el personaje protagonista, fue un prospector que en uno de sus viajes consiguió una gran fortuna por sus descubrimientos. En una retrospectiva de su vida, a través de un deliciosos personaje psicólogo robótico, iremos viendo como es Pórtico, la vida de sus habitantes y las peligrosas misiones de sus naves. Esta revisión psicológica viene dada por el remordimiento de haberse convertido en millonario a consecuencia de haber perdido a su novia en un agujero negro.

 

La novela es una revisión profunda de la psicología de una persona normal, que se convierte en un héroe por error. Ese peso de la púrpura es muy difícil de soportar y Robin no es inmune a él. Pero no es sólo esas circunstancias personales las que hacen a la novela una de las grandes. Porque es precisamente la imposibilidad de la compresión de una tecnología diferente la que hace que el lector reflexione sobre las pocas posibilidades de entendimiento entre civilizaciones diferentes. Si ni siquiera en la Tierra somos capaces de entendernos ¿cómo seríamos capaces de hacerlo si por casualidad nos encontramos con entidades alienígenas? 

 Pórtico, convertida en La Saga de Los Hechee, se prolongaría durante tres novelas más tituladas Tras el incierto horizonte, El encuentro y Los anales de los Hechee, francamente prescindibles aunque podríamos salvar la segunda de ellas. La novela original obtuvo los premios Hugo, Nébula, Locus y Campbell.

 

 Los años de la ciudad consiste en una serie de relatos, publicados unitariamente en 1986, pero que conforman una unidad. La novela trascurre en un futuro cercano, entre 50 y 100 años, en New York. Se nos cuenta la evolución de la ciudad, como anclaje de la sociedad, en los aspectos técnicos y sociales. Una novela muy curiosa que permite vislumbrar algunas ideas interesantes y extrañas como pueda ser un sistema penitenciario en el que la reinserción se produce en forma de trabajos comunitarios, mejor remunerados en rebajas de condena cuanto más penosos son.

 

 El último teorema fue una colaboración con Arthur C. Clarke que se público en 2009 después de la muerte de este último. Se narra en ella una conspiración extraterrestre para apoderarse de La Tierra. Estos elementos están presentes en muchas de la novelas de Clarke y, dadas sus filias probadas, también veremos ascensores espaciales y armas terroríficas. Es, tal vez, mucho mas de Clarke que de Pohl. Su última novela publicada fue All the Lives He Led en 2011.

 

 PHoL EL GRAN MAESTRO.

 

Hasta aquí he desgranado un poco la vida y obras de Frederik Pohl, pero para completar este artículo voy a expresar algunas reflexiones personales sobre el autor.

 

Pohl ha sido siempre un autor al que me he acercado sin miedo. Entiéndanme: a priori todo lo que veía de él era rápidamente deglutido. Naturalmente algunas decepciones ha habido, pero siempre he vuelto a leer alguna novela nueva, algún relato. Porque siempre me ha logrado sorprender de alguna manera. Pohl era impredecible, siempre cuidando a sus personajes, mimándolos y mostrándolos en sus más íntimos recovecos a los lectores. Por todo ello he pasado muchas horas asombrándome de la capacidad de asombrar, valga la redundancia, de este gran maestro y su manera de inventar y de construir futuros, algunos de ellos muy desagradables, llenos de lucidez y coherencia. La frase que encabeza este artículo puede resumir muy bien el pensamiento de Pohl: No podemos predecir el futuro. Podemos inventarlo.

BIBLIOGRAFÍA CASTELLANO

¡Ciudad submarina!

A través del tiempo

Aventuras bajo el mar

Búsqueda estelar

Chernobyl

Corrientes alternas / Siluetas del futuro

El día de la estrella negra

El día que llegaron los marcianos

El encuentro

El final de la Tierra

El mundo al final del tiempo

El último teorema

Fuego de estrellas

Homo plus

Jem

La guerra de los mercaderes

La ira de la Tierra

La llegada de los gatos cuánticos

La lucha

Los anales de los heechee

Los años de la ciudad

Los exploradores de Pórtico

Los inmortales

Marinia

Mercaderes del espacio

Mineros del Oort

Pórtico

Tras el incierto horizonte

Trilogía del Reverendo Hake

 

PASCUAL ENGUÍDANOS USACH. SPACE OPERA DE FACTURA ESPAÑOLA.

PASCUAL ENGUÍDANOS USACH. SPACE OPERA DE FACTURA ESPAÑOLA.

 

Introducción

 

Estoy seguro que todos los lectores conocen el aspecto de la Estrella de la Muerte, esa gigantesca nave de combate creada por George Lucas para La Guerra de las Galaxias. Una gigantesca esfera, capaz de desplazarse por el espacio y con un poder militar incomparable (salvo si descartamos un pequeño fallo de diseño que permite que sea destruida con un mísero torpedo). Bien, pero... ¿qué me dirían si les cuento que alguien había pensado algo similar, muy superior en realidad, en la década de los 50 y que este pensador era, además, español y de Liria –Valencia- para ser mas concreto? Esa persona imaginó una nave a la que llamó autoplaneta y se llamó Pascual Enguídanos Usach, que usaba como nom de plume el de George H. White.

 

Personalmente conocí  su obra en la década de los 70 cuando la editorial Valenciana volvió a publicar 30 números de la colección, esta vez sólo ceñidos a los Aznar y obviando otros títulos de ciencia ficción que se editaron 20 años antes. Siempre he sido muy despierto y, pese a que el autor firmaba como firmaba, con un nombre muy anglosajón, el que sus personajes se llamaran Miguel Angel, Ricardo, Maruja o Luis, me dio la pista de que el autor podría ser español; si hubiera sido anglohablante sus protagonistas se denominarían Jonhy, James, Nathan, Susan o George. Eran novelas de a duro[1], aunque costaban 15 pesetas en los 70 con un formato ligeramente diferente a las habituales y con unas portadas con fondo amarillo. Cada 15 días era obligado para mi el acudir al kiosco a comprar esa novelita, que leía prácticamente en una hora y que proporcionaba diversión pura y dura. ¿El Imperio, la República, Galáctica, Star Trek? Nada. Minucias comparadas con las verdaderas barbaridades concebidas por el autor valenciano.

 

En este artículo voy a trazar una panorámica de lo que fue la obra magna de Pascual Enguídanos y del desarrollo de ese universo particular tan fascinante. Héroes sin dobleces, heroínas y guapas mujeres, robots, naves por millones, razas extraterrestres, dioses, batallas espectaculares. Todo eso es space opera, todo eso lo escribió hace 50 años nuestro autor. Vamos a entrar en el fantástico mundo de la Saga de los Aznar,  la aventura merece la pena.  

 

1. Una breve biografía.

 

Antes de comentar más cosas de esa fabulosa nave, que es usada como hilo conductor de varias decenas de historias, esbozaré una pequeña biografía de este autor casi desconocido para las nuevas generaciones de aficionados a la ciencia ficción. Nació en Liria el año 1923 y falleció en esa misma localidad en 2006. Durante su vida profesional compaginó su profesión de funcionario del antiguo Ministerio de Obras Públicas con su, según todos los datos, verdadera vocación que era la de escritor. Empezó a colaborar con la editorial Valenciana en 1953. Enguídanos comienza a escribir novelas del oeste y bélicas en la colección Comandos. Propone a José Soriano, director artístico de Valenciana, la creación de una colección especializada en ciencia ficción titulada Luchadores del Espacio. En ella se le propone al autor hacer una serie de continuidad en los personajes y aventuras, tal vez imitando las series de novelas pulp norteamericanas. El invento tiene éxito y la colección tiene un amplio recorrido, llegando a completarse 234 volúmenes entre 1953 y 1963 con un total de 27 autores diferentes entre los que estuvieron Domingo Santos y Ángel Torres Quesada.

 

Nuestro autor publicó cuarenta y siete novelas en esta colección  con el seudónimo de George H. White y otras 22 como Van S. Smith. Es curioso este segundo seudónimo porque surgió al pedir un aumento de sueldo que se le negó. Decidió abandonar la editorial y pasar a Bruguera, que le daba más salario, y curiosamente siguió colaborando con Valenciana, con este segundo alias, y con éste sí le concedieron aumento de sueldo. Incongruencias de las editoriales y del sistema.

 

Enguídanos tuvo la suerte de conseguir en vida varios reconocimientos y premios. Su serie La Saga de los Aznar fue reconocida como la mejor serie de ciencia-ficción publicada en Europa, en la Convención Europea de Ciencia Ficción celebrada en Bruselas en el año 1978. La vieja guardia de la ciencia ficción española encabezada por Carlos Saiz Cidoncha y Agustín Jaureguizar propusieron la Saga como mejor serie europea. Al parecer la ayuda francesa fue determinante a la hora de la votación y, probablemente para molestar a los alemanes que presentaban Perry Rhodan, se decantaron por la serie española. Según cuenta Pedro García Bilbao, editor actual de la saga:

 

«El factor clave fue el aficionado y erudito belga Bernard Goden, quien conocía la Saga muy bien y ayudó a la presentación de sus bondades y aciertos».

 

Por otra parte, la Asociación Española de Fantasía y Ciencia Ficción le concedió el premio Gabriel a la labor de toda una vida en la Hispacon celebrada en Getafe en el año 2003.

 

2. La Saga de los Aznar de George H. White.

 

La denominada  Saga de los Aznar es la primera serie de space opera de autoría española. Realmente la obra canónica y correcta es la edición revisada de los años 70 en la que Enguídanos revisó todas las novelas primigenias y las remodeló a su gusto. De manera que hablaré aquí de esta versión moderna de la saga.

 

La denominación de Saga de los Aznar es un invento de Valenciana para su reedición de los años 70. En el año 1974, en verano, se relanza la colección Luchadores del Espacio, pero esta vez exclusivamente dedicado a las aventuras de los Aznar. El primer número, Los hombres de Venus, nos presenta al primer Miguel Angel Aznar como un prototípico héroe -alto, inteligente, guapo- que es piloto de las fuerzas aéreas norteamericanas, que después de participar en la guerra de Vietnam -en la primera versión era Corea-, es enrolado en una agencia de la ONU, la Astral Information Oficce, dedicada a la búsqueda de extraterrestres. Una especie de SETI pero en los años 50 -aunque en aquí estemos en los 70-. Con esto sólo quiero decir que, pese a la fecha de publicación de la reedición, las ideas básicas ya están presentes en las novelas de los años 50.

 

Esta saga se divide en dos partes claramente diferenciadas: los primeros treinta números y su continuación que constó de 24 números más.

 

 

2.1 Primera parte. Las aventuras del autoplaneta Valera

 

Como ya he comentado, las aventuras de la familia Aznar, y de la humanidad en general, surgen en la novelita titulada Los hombres de Venus. Allí se presenta el héroe y uno de los enemigos más formidables de la humanidad; la raza extraterrestre denominada Thorbod, los hombres grises. A partir de ese momento se desencadenan las aventuras sin freno y sin tregua. El intrépido piloto se embarca en una nave espacial experimental, El Lanza 1, construida por un multimillonario y llega a Venus, el Venus jurásico de los pulps clásicos, con la intención de probar que existen extraterrestres y además que son hostiles. En el viaje de vuelta aterrizarán en un mundo errante que les llevará, en un viaje de 400 años, al futuro de la Tierra. Con una nave espacial extraordinaria, construida en el planeta errante, llamada Rayo, se ve envuelto en una guerra a su regreso a la Tierra en la que participan por un lado La Federación Ibérica, aliada con los Estados Unidos de Norteamérica, y por otro El Imperio Oriental. La abrumadora superioridad de las armas del Rayo decantan la partida hacia las fuerzas occidentales. Pero la paz es frágil y los ya conocidos thorbod, refugiados en Marte, atacan la Tierra conquistándola con su superioridad numérica y de armas. El Rayo abandona la Tierra con 6.000 madrileños supervivientes del ataque.

 

Esto que he comentado ocurre apenas en los seis primeros números de la colección y reúne los mejores estereotipos de la space opera: héroe invencible, arma invencible, o casi, batallas impresionantes y buenos y malos sin dobleces.  También en estos primeros volúmenes se comienza a desarrollar el universo social de Enguídanos; una suerte de socialismo cristiano como el autor se encarga de recalcar una y otra vez. En esta sociedad el estado se encarga de todo: la educación, la sanidad, la alimentación etc. El ciudadano tiene la obligación de participar durante un número determinado  de años en un Servicio Obligatorio de Trabajo y a partir de ahí el estado le provee de todo lo necesario de por vida. Los que quieren destacar, o no son conformistas, se reenganchan en este servicio y son los que forman las élites; los investigadores, los profesores,  los artistas, los deportistas de élite, los militares. Esta configuración comunista se mantendrá durante toda la obra en las sociedades humanas de Enguídanos. La igualdad entre hombres y mujeres es total y tanto ellos como ellas ocupan todos los puestos de relevancia o no de estas sociedades.

 

El autoplaneta Valera es el eje conductor, o el vehículo, de la saga a partir del número nueve. Se trata de una nave espacial, del tamaño aproximado de La Luna, hueca, donde los astronautas, o ciudadanos llamados valeranos, viven en ciudades tales como Nuevo Madrid, la capital del planetillo. La capacidad de desplazamiento de la nave se produce debido a que está compuesto de un material superdenso, llamado dedona, que, inducido eléctricamente, posee propiedades antigravitatorias. Esta nave aloja a la flota más poderosa del universo con millones de naves de combate, siendo además una fortaleza inexpugnable capaz de trasportar millones de tripulantes que viven toda su existencia en el planetillo.

 

Con esta formidable nave de combate los valeranos viajan por el cosmos llegando a lejanas galaxias[2] y enfrentándose a los thorbod, Los hombres de Silicio, los nahumitas, los sadritas o los eternos en esta primera parte. El planteamiento es idéntico en todos los encuentros con extraterrestres. Este encuentro es siempre catastrófico para los valeranos o la humanidad. Generalmente las razas están más avanzadas tecnológicamente e inflingen una severa derrota a las fuerzas terrestres. Pero éstos siempre se recuperan, incorporando la nueva tecnología a sus armas y terminando por derrotar al enemigo. El autoplaneta es en sí mismo una potencia formidable y casi invulnerable. Enguídanos crea unas batallas espaciales en las que se mueven literalmente millones de naves que disparan cientos de millones de torpedo nucleares contra los enemigos. Es un remake de las batallas navales en las que la superioridad se decantaba en la armada que era capaz de disparar más veces y más  rápido y tenía mejores defensas. Eso es lo que hace el autor: coraza contra torpedo; buques de dedona contra torpedos cada vez más efectivos. En el número 23 titulado ¡Luz Sólida! descubrimos el rayo láser antes de que este se inventara. Los sadritas, una raza de seres cuya base orgánica es el titanio, llegan a la Tierra con unas armas nuevas capaces de perforar las mejores corazas de dedona y obligan a los terrestres  a evacuar el sistema solar y dirigirse a los planetas de Redención, sede de la otra parte de la humanidad. Pero es que Enguídanos tiene la idea de usar esta luz sólida no sólo como arma sino como propulsor de las naves. Algo que no habíamos visto o leído anteriormente.

 

Por otra parte los viajes de Valera son todos relativistas, al menos en esta primera parte. Los valeranos viajan a menor velocidad de la luz por todo el universo, lo que produce una ralentización del tiempo en el autoplaneta, mientras que en los mundos que visitan trascurren cientos o miles de años entre una y otra visita. Esto produce un desfase social enorme entre los valeranos, que apenas evolucionan y las otras civilizaciones que tienen miles de años de ventaja. Este desfase será el desencadenante del final de la primera parte al enfrentar a valeranos, fósiles del pasado, con una civilización de eternos, descendientes de los humanos, que han conseguido introducir sus cerebros en cuerpos de robot para prolongar su vida indefinidamente. A raíz de ese enfrentamiento fratricida, el autoplaneta Valera se constituye en República independiente y abandona para siempre los mundos redentores. Así acabó la odisea en los años 50 con la marcha de la nave hacia el espacio desconocido.  Los lectores tendrían que esperar veinte años para ver las aventuras continuadas.

 

Todas estas aventuras extraordinarias siempre tienen los dos mismos protagonistas: el autoplaneta y la familia Aznar. Los Aznar son los héroes de la historia. Mientra que en otros space opera el héroe siempre es el mismo, aquí los héroes son toda una familia, que va trasfiriendo de padres a hijos los valores característicos del héroe. Los Aznar son todos militares, almirantes de la flota valerana y llevan el peso de todos los enfrentamientos bélicos humanos. Además, como si de una tragedia griega se tratara, la mala fortuna, el gafe, los persigue a ellos y a todos los que les rodean. La familia tiene definitivamente un sino muy oscuro y pocos de ellos mueren en la cama.

 

 

2.2. Segunda Parte. A través de un Mundo Anillo.

 

Como decía en el apartado anterior trascurren 20 años desde el final de la saga. Para los lectores como yo, que leímos directamente la reedición de los 70, no nos pareció extraño que el nº 31, Universo remoto, trascurriera 200 años después de la partida de Valera y con un mismo protagonista que es Miguel Ángel Aznar Polaris. Éste, es despertado de la hibernación a la que se sometió voluntariamente y  encuentra una sociedad que ha evolucionado mucho en su ausencia. El autoplaneta se encuentra en un remoto sistema solar al que ha llegado siguiendo una señal de radio. Ese sistema solar tiene un solo planeta orbitando en torno a su sol y es un mundo anillo al estilo del desarrollado por Niven en su popular novela[3]. En esta segunda parte los valeranos colonizan Atolón, el circumplaneta, descubriendo que es una obra de macro-ingeniería de una raza muy avanzada de humanoides llamada barpturanos. Según la idea de Enguídanos, ellos fueron los que sembraron el cosmos de vida humana. Con esta raza original cubre los huecos que dejaba en la primera parte al considerar que varias razas galácticas fueran compatible con la humana, caso de los redentores, nahumitas, saissais o terrestres.

 

El encuentro con esta avanzadísima civilización hace evolucionar enormemente la tecnología de los valeranos. Se incorporan las ondas gravitacionales, una especie de escudos de energía capaces de desviar la luz sólida, y el mayor descubrimiento para los terrestres es una máquina de integración de materia, llamada karendón, que  es capaz de desintegrar cualquier cosa y volverla a recomponer. Puede crear a partir de la energía cualquier cosa que se hay previamente grabado en su ordenador. Así recrea desde una silla hasta un crucero de combate, pasando por un filete con guarnición o un ser humano.

 

«En Star Trek usan las máquinas teleportadoras y ya está, pero Enguídanos hace un uso de sus equivalentes (las karendón) que va mucho más allá. Piensa que una vez que un cuerpo está codificado en la memoria del ordenador puede hacerse con él muchísimas cosas. Desde resucitar a copias de los muertos en combate a obtener copias de materia negativa con la karendón mutante. La flota de Valera usa torpedos de antimateria ¿cómo transportarlos sin peligro a bordo de naves de materia? Fácil, se transportan como torpedos de materia normal y, en el momento en el que son disparados la karendón mutante los trasforma en antimateria... »  Juan Miguel Aguilera en El Sitio de Ciencia Ficción

 

A partir de ese momento la saga adquiere mucha mas modernidad, experimentando un cambio brusco tanto en las historias y el tratamiento de los personajes, como en la tecnología inventada por el autor. En el plano bélico tenemos los cruceros clase Stelar, capaces de volar por el hiperespacio, otro invento bartpur, torpedos antimateria o esferonaves realizadas en hormigón (casi invulnerables y mas baratas de construir que con dedona). En otro plano la karendón combinada con una máquina psi, capaz de grabar toda la mente de un humano en disco, permite la inmortalidad pues desintegras el cuerpo anciano y lo reintegras con su aspecto de 20 años. Después basta con cargar la personalidad grabada y tenemos la perfecta trasmigración científica. Fácil y elegante ¿no les parece?

 

Seguramente por influencia de las doctrinas pseudocientíficas de la época –ya saben que Von Daniken y sus astronautas-dioses estaban de moda-, Enguídanos dota a sus personajes, a partir del encuentro con los avanzados barptures, de capacidades telepáticas y psíquicas entre otros avanzados poderes. Fidel Aznar, uno de los últimos personajes en incorporarse, es un mestizo con unas habilidades extraordinarios. Los tapos, descendientes de los valeranos después de un millón de años, tienen esos poderes y se integran en la primitiva sociedad valerana.

 

2.3 La saga en perspectiva.

 

 

La saga de los Aznar ha sido la serie más curiosa e interesante de la ciencia ficción popular en España. Dentro de la mediocridad literaria, e incluso de ideas, que jalonaban estas aventuras del espacio, tal y como se les llamaba, brillaba como una rara joya en medio del carbón. Naturalmente no podemos decir que los relatos de Enguídanos sean un dechado de calida literaria pero si que estaban muy por encima de la media. Tenía un estilo propio y una manera de contar las cosas que lo elevaban de la mediocridad. Y sobre todo la saga fue un increíble panorama de maravillas sin pausa. A una espectacular batalla sucedía un descubrimiento asombroso y una raza de pulpos inteligentes, de hombres de cristal, de vivíparos con aspecto humano o de lagartos inteligentes. Los lectores encontramos escenarios conocidos y otros mas que originales, de hecho yo leía antes universo remoto que Mundo anillo, así que comprenderán mi sorpresa cuando me introduje en el mundo de Niven. Ya lo conocía, en parte, por mis lecturas de la saga igual que me ocurrió con la visión por primera vez de la estrella de la muerte; era el autoplaneta, o era casi como yo me lo había imaginado.

 

Estoy convencido que Pascual Enguídanos tenía un plan perfectamente trazado para su obra. De la lectura de la misma se puede colegir que no dejaba cabos sueltos, y aunque en la primera edición hay algunas meteduras de pata considerables en las cuestiones científicas más básicas, veinte años después, rehace su propia obra mejorando algunas de las premisa originales y eliminando inconsistencias. Además retoma la historia donde la dejó con una continuidad perfectamente coherente con el universo aznarino. En ese universo han pasado 200 años y las costumbres sociales han evolucionado, exactamente igual que lo hacía la sociedad española que casi está ya saliendo de la dictadura. Las costumbres morales de los valeranos se vuelven más liberales, mas avanzadas. Su contacto con las otras razas mejora el corpus social valerano, al menos en el plano de las costumbres sexuales y morales. La raza evoluciona con el mestizaje, cosa que Enguídanos, que es muy patriota –recordemos que casi todos los valeranos son descendientes de los madrileños exilados en el Rayo-, utiliza tratando tal vez de imitar la conquista de América. Los españoles tienen otro imperio, esta vez galáctico, a su disposición y desde luego se convierten en los dueños del universo.

 

En esta segunda etapa todo está mucho más difuso y matizado. Los malvados ya no lo son tanto, incluso los thorbod se vuelven dialogantes, y se trata de solucionar los problemas con la diplomacia en lugar de la fuerza, aunque ésta se siga empleando cuando es necesario.

 

 

 

3. Una pequeña reflexión y una conclusión.

 

 

 De todas las space operas españolas probablemente ésta sea la más completa. Y es mas completa porque el universo diseñado para alojar las historias no se limita a contar viajes espaciales y aventuras de unos personajes concretos; la saga cuenta la historia de la humanidad, o una historia por lo menos, que abarca un millón de años hasta el futuro. Cientos de civilizaciones nacieron y murieron mientras que Valera viajaba incansablemente por el espacio. Esa magnificencia es la que dan a estas historias su aura particular de gran serie. El utilizar un vehiculo tan inmenso, que puede contener millones de habitantes –una sociedad en si misma-, que puede viajar tan lejos y por tanto tiempo, convierte a los valeranos en notarios de algo que sólo vislumbran pero que no viven. Ellos están al margen del universo, pasan por él pero no participan con él. Son como dioses del pasado que regresan para observar el paso del tiempo y actuar en determinadas ocasiones. Son un pueblo desubicado y sin raíces. Son semillero de sociedades pero nunca cosechan lo que siembran pues cuando regresan todo ha muerto y lo que conocieron hace ya milenios que desapareció.

 

Pascual Enguídanos Usach, George H. Wite, creó un universo importante, curioso y original, entre otras cosas por darle el protagonismo a los españoles del futuro. Lo mas curioso es que la coherencia y el buen hacer del autor hace que este hecho insólito no nos chirríe en absoluto. Pero la saga es también puro y duro divertimento. ¿Se puede pedir más? Teniendo en cuenta que uno de los principios fundamentales de todo escritor debe ser entretener, George H. White se mostró como un consumado maestro en esta faceta. Pero además de entretener también intentó dar su visión de lo que podría ser una evolución social de la humanidad: una sociedad igualitaria con profundas connotaciones de socialismo utópico. Y aún así, como buen católico educado en la moral y doctrina nacional-catolica, esta sociedad está basada también en los principios básicos cristianos. Cierto que la religión no es el eje de la acción o de la sociedad, pero si que aparece de vez en cuando y perdura en el tiempo a través de un millón de años.

Como colofón a este ensayo quisiera recomendar a los lectores que se acerquen a la saga. Mi recomendación es acercarse a ella desde la segunda parte, la más intensa y moderna que mejor ha resistido el paso del tiempo.  Si les engancha, podrán continuar con la lectura completa. Estoy seguro que, dentro de los parámetros que he descrito, no les debe defraudar.

Por cierto, existen dos volúmenes perdidos y nunca publicados, El gran miedo y Escuadron Delta, que el autor entregó  a la editorial Valenciana. De ellos nunca más se supo. Si alguno de ustedes lectores encuentra alguno de esos dos volúmenes les rogaría que me lo comunicara. Sería un descubrimiento colosal.

ANEXO. Los epígonos.


La editorial Silente, que dirige Pedro García Bilbao, es una pequeña empresa que, casi artesanalmente, ha reeditado toda la saga de los Aznar comentada por Mario Moreno Cortina, uno de los mejores expertos en la misma.

La saga ha tenido continuadores en lo que podríamos denominar fan-fictión. Estos aficionados han escrito una serie de novelas y cuentos todos encuadrados en el universo enguidosiano. Se encuadran en la denominada Nueva Generación y entre ellos están Mario Moreno Cortina, Carlos y Carles Quintana, Alfonso Seijas, Ramón San Miguel, Santyago Moro, Carlos Sainz Cidoncha, Joaquín Vidal, Carlos Alberto Gómez o Abel López.  Entre las novelas que continúan directamente las aventuras del autoplaneta Valera están los títulos Tharsis y Garuda de la pluma de Mario Moreno Cortina.

 

Para saber más de la saga de los Aznar se puede consultar en los siguientes sitios de Internet:

http://www.ciencia-ficcion.com/ghwhite/index.html

http://lasaga.es/



[1]    Las novelas de a duro (se atribuye el término a Carlos Saiz Cidoncha aunque probablemente fuera un consenso popular) era la denominación popular de los bolsilibros, colecciones de novelas temáticas -oeste, bélicas, románticas, ciencia ficción, terror o misterio- muy habituales en los kioskos españoles desde 1950 hasta 1980. Comenzaron costando 5 pesetas, un duro,  de ahí su nombre que se mantuvo pese a su incremento de precio.

 

«Son el equivalente español a los pulps  norteamericanos, aunque cuentan con unas características propias que las identifican. Al igual que éstos eran novelas baratas, de aspecto modesto, formato reducido (alrededor de 15 x 11 cm.) e ilustradas con portadas llamativas, pero en lugar de recopilar varias obras acostumbraban a abarcar un único relato, que a veces ocupaban varios números. Su nombre hace alusión al precio que costaban en los años cincuenta, aunque lógicamente éste se fue elevando con el tiempo hasta alcanzar valores muy superiores». José Carlos Canalda.

[2] Enguídanos usa el término galaxia para denominar a los sistemas solares diferentes. Así se habla de  la galaxia nahumita o de la galaxia thorbod, sistemas de procedencia de estas razas.

[3] La novela de RingWorld, Mundo Anillo, escrita por Larry Niven data del año 1970 en su primera edición norteamericana. Sin embargo en España no se publicó hasta 1976 por la editorial Martínez Roca. La  novela de Enguídanos se edita en el año 1975. ¿Se trata de una coincidencia o conocía el autor la obra de Niven?  Soy de la idea que se trata de una coincidencia en el tiempo. Enguídanos no hablaba inglés y dudo mucho que conociera en la época, sin  tantos medios de consulta como los actuales, la obra del norteamericano. Además en la saga se le denomina Circumplaneta  y en ningún caso mundo anillo. De todos modos es seguro que conocía las teorías de la esfera de Dyson ya que las aplicó al final de la saga con el descubrimiento del  hiperplaneta Negro.

SPACE OPERA ESPAÑOLA.

SPACE OPERA ESPAÑOLA.

 Este número está dedicado a lo que denominamos Space Opera, Ópera espacial sería su traducción más o menos. Así que el espacio literario de Scifiworld está dedicado este mes en exclusiva a estas novelas o relatos dedicados a las batallitas espaciales. Porque, queridos lectores, en definitiva de eso se trata: de contemplar apabullantes escenarios que abarcan miles de mundos y millones actuantes.

 

La definición de Francisco J. Súñer Iglesias sobre space-opera dice así:

 

«La space-opera es, fundamentalmente, ciencia ficción de aventuras. No priman en ella las especulaciones más o menos incisivas, ni el rigor científico estricto, lo único que impera en la space-opera es la acción desbordada y en muchas ocasiones, como inevitable complemento, el humor en todas sus gradaciones».

 

El término space-opera lo sugirió por primera vez Wilson Tucker en 1941 —en un artículo del fanzine Le Zombie— para conceptuar un pujante subgénero en la ciencia ficción. El término, claramente despectivo, se usó en su momento por contraposición al de soap opera[1] muy en boga en esa época.

 

Bueno, pues una vez definida lo que es, más o menos, vamos a centrar este artículo en la space-opera de factura patria. Pero antes de centrarnos en lo de aquí, sería conveniente repasar algo de lo de allí para poder tener al menos una mejor perspectiva. Entre las obras mas conocidas podemos hablar de un iniciador como E. E. Smith con su serie Skylark y también Los Hombres Lente –que no son otra cosa que un antecedente del cuerpo Green Lanterns –. Jack Williamson con La Legión del EspacioLos tres mosqueteros pero con princesa espacial incorporada –.  Con Asimov –Las Fundaciones –, o Heienlein –Starship Troopers –  este subgénero se vuelve más creíble e importante al incorporar fundamentos científicos creíbles  sus obras. Más modernamente tenemos obras como la serie sobre La Cultura de Ian Banks, el universo de Hyperion de la pluma de Dan Symmons y la saga de Barrayar escrita por Lois McMaster Bujold. Actualmente la serie de Honor Harrington, escrita por David Weber, es una de las sagas space-opera, sección pulp, que mas éxito cosecha en el mercado mundial.

 

Pasemos a hablar de España en la que tenemos muchos ejemplos de esta afición por la space ópera. Ya se ha hablado en otro artículo de esta revista de La Saga de los Aznar detenidamente, que es seguro fue la primera del subgénero. Les recomiendo que le echen un vistazo porque es una curiosa y fantástica serie. Unos años mas tarde, en los 70 y dentro del mundo de los bolsilibros, Ángel Torres Quesada, firmando como A. Thorquent, desarrolla para Bruguera, y otras editoriales, su serie genérica titulada, a posteriori, El Orden Estelar. Se trata de un conjunto de novelas, 28 en total, que narran lo ocurrido en el universo después de la caída del imperio terrestre y de la ascensión de una organización sustituta y más democrática como es el Orden Estelar. Torres encuadra una parte considerable de esta obra en el ascenso de una nueva estructura social galáctica con unos principios de humanismo y respeto hacia otras culturas que han caído en el semibarbarismo al perder el contacto entre sí y con los restos del destruido imperio terrestre. Se establece por tanto una serie de historias en las que se prima por encima de todo la aventura del redescubrimiento. Los mundos que vuelve a encontrar el Orden Estelar han cambiado debido a su aislamiento e incomunicación. Algunos han avanzado ética y tecnológicamente otros, los más, todo lo contrario. La moral y el compromiso ético del Orden Estelar consisten fundamentalmente en darse a conocer en los mundos aislados y si estos lo desean permitirles que se asocien a la organización supraestelar del Orden. Estableciendo un paralelismo sería posible comparar estos principios, en parte, con la primera directriz del universo Star Trek.

 

Carlos Saiz Cidoncha es otro de los veteranos autores que usan escenarios galácticos. De hecho su obra principal es La Caída del Imperio Galáctico. Su primera novela de este ciclo se publica en 1978 y lleva por título El anillo de poder, la segunda se titula El ángel tenebroso y posteriormente se completaría en 2012 con El ocaso de los dioses. El tercer imperio de Tierra de Sol nunca fue más extenso, ni las sendas Hiperespaciales estuvieron más transitadas y tantas las estrellas en comunión. Es un imperio galáctico grandioso, sublime, y representaba la mayor ambición del ser humano y se creía invulnerable y destinado a existir por siempre. La Larga Noche estaba, sin embargo, cercana. Cidoncha se basa en la caída del imperio romano para desarrollar su historia, Asimov, por cierto, hizo lo mismo. En su imperio perviven las castas, desde los nobles hasta los esclavos y la distribución social es muy similar a la romana, aunque con alta tecnología. Memorias de un merodeador estelar es otra de sus incursiones en el género. Usa para su composición las características de la novela picaresca y, en un homenaje al Orden Estelar, hace aparecer personajes de la obra de Thorkent.

 

Rafael Marín en Lágrimas de Luz crea un universo gobernado por la Corporación. El protagonista, Hamlet Evans, es un poeta-cronista que sirve a La Corporación, un imperio galáctico en toda regla, en la denominada Tercera Edad Media de la Humanidad.

 

La novela es un compendio de muchos géneros pero predominan el que nos ocupa y el cantar de gesta y la space opera. Realmente, Marín, basa toda su imaginería en describir las hazañas guerreras de la humanidad, empeñada en una febril conquista del universo. Pero estas hazañas funcionan como una crítica despiadada a la sociedad occidental y sobre todo al imperialismo norteamericano. No por casualidad la sede de la todopoderosa Corporación es New York.

 

Rodolfo Martínez ha creado un universo space-opera en su serie Drímar, que está publicando completa la editorial Sportula. Drímar se compone de varios relatos, novelas cortas y novelas. En este universo es La Tierra, después de un gran desastre, consigue extenderse por el universo y son los terrestres los que dominan el universo. La sonrisa del Gato, El alfabeto del carpintero, La carretera o Este relámpago, esta locura son algunos de los títulos de esta interesante serie.

 

Victor Conde encuadra las aventuras de su personaje Piscis de Zhintra en un particular universo galáctico. La protagonista, con doce años de edad real, pero con 25 años de cuerpo y vivencias, es una auténtica heroína galáctica. Un metro ochenta y cinco de altura, ojos negros, pelo negro, con tendencia a la promiscuidad y aficionada a pasear desnuda por su nave espacial. Piscis posee cualidades tomadas de las heroínas mas conocidas de la ciencia ficción, comenzando por Barbarella -en la versión de Jane Fonda y Roger Vadim-, Ghita de Alizarr, de Frank Thorne – de la que hereda su parca vestimenta y ese descaro de vocabulario-, de la comandante Alice Cooper del Orden Estelar escrita por A. Thorkent- cierto porte aristocrático, incluso estando desnuda- o la Lorna de Alfonso Azpiri – una de las mas explosivas heroínas de la historieta española-. Su novela, ganadora del premio Minotauro de 2010, Crónicas del Multiverso está encuadrada en otro universo diferente del género space-opera- A ella pertenecen también las novelas Mystes y el El tercer nombre del emperador así como la aún no publicada ….

 

Para finalizar este repaso por la space opera española, no puedo olvidar el universo creado por Aguilera y Redal denominado Akasa-Puspa. En este universo se narra la historia de tres grandes potencias enfrentadas entre sí y que cuentan con un enemigo común. Nos encontramos con La Utsarpini, una federación de planetas en plena pujanza,  El imperio, en decadencia pero aún poderoso y La Hermandad, una potencia religiosa que ha aglutinado en una a todas las religiones humanas. Para evitar algunas contradicciones científicas, los autores encuadran sus civilizaciones en un cúmulo globular; esto es  una región del espacio en el que los sistemas solares se  encuentran muy cercanos entre ellos. Dos, tres años luz separan las estrellas entre sí. La distancia es suficientemente corta como para poder realizar viajes relativistas.

 

La space opera española existe y ha proporcionado muy buenas historias desde hace años. Casi todos los autores españoles de ciencia ficción han aportado, en algún u otro momento, su particular construcción de estos universos colosalistas. El atractivo del subgénero es innegable y parece que no se resiste a ninguno de ellos. Buenas historias para unas buenas aventuras de neta factura patria.



[1] Soap opera: seriales radiofónicos diarios patrocinados por marcas de jabones (soap), que compartían muchas características con los seriales de las revistas de ciencia ficción como el encadenar constantes momentos dramáticos para conseguir la atención del lector/oyente. Definición de  Daniel Gonzalo en http://www.cyberdark.net/portada.php?edi=6&cod=206

2013-21 Carta abierta a S.M. La Reina Isabel II

 

Estimada y Graciosa Majestad, Reina del Reino Unido e Irlanda del Norte y Soberana de la Commonwealht, le escribo esta misiva con motivo del lamentable enfrentamiento que se produce actualmente entre España y el Reino Unido por Gibraltar.

 

Su Graciosa entenderá que estas disparidades de opiniones sólo producen malentendidos y agresiones ente nuestros paisanos y los suyos. La verdad es que eso de echar unos bloques de hormigón para fastidiar a los pescadores ha estado feo, igual que ha estado muy mal registrar a los coches que salen del peñón por si encuentran contrabando. Todos sabemos que el problema no es del que saca tabaco o güisqui, el problema está en que Gibraltar es un paraíso fiscal dentro de la UE.

 

Pero yo le propongo algo que debería de modificar para siempre, y para bien, las relaciones entre nosotros. Creo que el problema es la falta de unas relaciones mas fluidas, mas igualitarias. Sus ciudadanos viven mucho mejor que nosotros por tanto le solicito respetuosamente que el Reino Unido se anexione la provincia de Cádiz y que sus habitantes pasemos a ser británicos. Esto reportaría unos beneficios mutuos inimaginables. De momento, y no es poco, podríamos usar el nombre de British Sherry sin problemas de copyright, Fíjese Su Graciosa lo que eso reportaría al imperio. Ni tasas, ni exportaciones ni nada.más que directamente y en barco sacar toneles y mas toneles de vino de Jerez y de añadido manzanilla de Sanlucar, Usted podría trasladar las carreras de Ascot a las playas sanluqueñas sin mas aportación que su horribles sombreros, aunque ya procuraríamos ir mejorando los modelitos con el tiempo. Por otra parte podríamos intercambiar carnavales: los de Cádiz por los de Noting Hillasí nosotros mandaríamos chirigotas como la del Selu, en perfecto british caletero y ustedes en justa correspondencia nos mandarían las mozas y mozos a ritmo de samba que tienen por allí.

 

Que decir de la comida. Podríamos beneficiarnos de sus estupendas tartas, chocolates, pastas y pasteles y nosotros les daríamos las recetas del pescaito del freidor. Porque, dejémonos de sutilezas, su fish & chips es una abominación gastronómica. Donde se ponga el cazón en adobo, las puntillitas y los chocos fritos que se quiten esas porquerías que tan famosos les hace. Los britano-gaditanos aportaríamos nuestras playas, costumbres como la siesta, tecnología de vinos, de energías renovables, de piscifactorías, de quesos payoyos, jamomes de verdad y no esos york de plástico, salinas y, oigan una base cojonuda que compartir con sus primos americanos. Mira tu que bien A cambio aprenderíamos el inglés-gaditano (variante del inglés llanito) con intercambio de palabra como pissha, mucho mas elegante que ¡ei boy!, illlo, illo, illo sustituiría a ¡Oh My God! Y podríamos llevar a paso de horquilla el trono de Su Graciosa, lo que le daría una vistosidad inusitada. Imagínese en Westminster entrando en un trono portado por cargadores a la voz de ¿Ready back? ¡Ready! ¡To heaven whit her! Eso sí, deberíamos de remodelar su trono para ponerle a la silla cinturón de seguridad por si acaso es muy brusca la subida. La Royal Navy podría atracar en el puerto de Cádiz, que tan bien conocen ustedes y que tanto les gusta. Recuerde Su Graciosa que en el siglo XVIII su muy iluste pirata, quiero decir Sir, Francis Drake hizo unas cuantas incursiones por aquí para llevárselo todo, señal inequívoca de que le gustaba.

 

Creo que las ventajas para ambas partes serían mucho mejores que los inconvenientes. Nosotros estamos muy fastidiados en España. Cada vez nos van dejando menos y mucho nos tememos que le futuro de nuestros hijos sea cada vez mas negro. Siendo ciudadanos británicos podríamos ir sin problemas a Autralia, Canada o algún sitio así que ahora nos está ve3tado y tiene usted a sus disposición a médicos, enfermeros y enfermeras, abogados, químicos, ingenieros y un montón de profesionales debidamente formados y sin costos añadidos. El formar parte del Imperio sería casi mas beneficioso para El Reino Unido que para nosotros. Así, además, se acabaría la tonta disputa de si Gibraltar español o no. Gibraltar gaditano y británico y se acabó la tontería.

Ya que nuestro gobierno actual conspira contra los ciudadanos para empobrecerlos y sumirlos en un estado de semiesclavitud donde los derechos no existan, mi solicitud sería casi de asilo político para toda una provincia, le pido que nos ayude Su Graciosa. Denos cobijo dentro de su capa de armiño. Aquí ya sabemos en que consiste la monarquía y puestos a elegir, pese a su pésimo gusto vistiendo, usted parece más monarca que otros que se dedican a cazar elefantes. Le ruego que trasmita mi petición a su primer ministro El Señor Cámeron -¿pertenece, tal vez, a la rama británica de Camarón de la Isla? Y que si tiene que enviar a toda la Royal Navy que la envíe que seguramente les recibiremos como se merecen.

 

Es gracia que espera recibir de Su Graciosa

En Cádiz a 9 de agosto de 2013.

2013-14 RAY BRADBURY: LA POETICA DEL FANTÁSTICO.

 

«La literatura realista no es más

que un paréntesis dentro de la fantasía,

que es la esencia de la literatura»

Jorge Luis Borges

 

INTRODUCCIÓN

  Llegué a conocer la obra de Ray Bradbury a través de la lectura de Crónicas Marcianas en la edición de Minotauro, traducida por Francisco Porrúa y con un excelente aval, en forma de prólogo, de Jorge Luis Borges. A partir de ese momento, Bradbury se convirtió en uno de mis referentes dentro de la ciencia ficción. Su reciente fallecimiento me da la oportunidad de reflexionar acerca de lo que ha sido su obra en todos los formatos. Este artículo no es otra cosa que un homenaje a un escritor que supo emocionarme y llevarme a lugares donde ningún  hombre ha ido antes [1].

 

EL AUTOR

 

Raymond Douglas Bradbury nació en Waukegan, estado de Illinois, USA, en 1920 y falleció en los Ángeles el 5 de junio de 2012 a la edad de 91 años. Desde pequeño se vio atraído por la literatura, primero como lector, y después como colaborador en emisoras de radio, donde prestaba su voz narrando cuentos para niños. Según sus propias afirmaciones, escribió su primer relato a la edad de 12 años. Este relato consistía en una continuación de las novelas marcianas de Edgar Rice Burroughs, que incluso fueron dedicadas por el pequeño escritor al autor del imborrable Tarzán.

 

En 1934 su familia se traslada a Los Ángeles, donde descubre su otra pasión: el cine, probablemente impresionado por el ambiente hollywoodense. Termina la High School, el bachillerato, en 1938 y, debido a la situación económica familiar, no puede acudir a la Universidad, por lo que empieza a trabajar como vendedor de periódicos. Estos condicionantes permiten afirmar que su formación literaria puede considerarse completamente autodidacta.

Publica sus primeros relatos en 1938 (en un fanzine propio) y  su primer trabajo literario remunerado se publica en 1941 en la revista Super Sciencie Histories. Esta primera historia tiene como tituló Péndulo. A partir de 1943 ya vivía de lo que escribía, recibiendo el premio al mejor relato corto norteamericano en 1945 por The Big Black and White Game.

 

En 1947 contrajo matrimonio con Marguerite McClure a la que sobrevivió pues ella murió en 2003. El matrimonio tuvo cuatro hijas que aún viven. En sus últimos años mantuvo posturas políticas, y de criterio, que le alejaron de su rebeldía contra el stablishment que estaba patente en Crónicas Marcianas. Sus posicionamientos políticos le acercaron más a las ideas ultra conservadoras de la era Bush Jr. que a la tendencia liberal manifestada en sus obras de los cincuenta y sesenta.

Como curiosidad, habría que contar que siempre utilizó una máquina de escribir porque según decía

«una computadora es básicamente una máquina de escribir, y no necesito otra. Con la que tengo me alcanza»[2].

Entre los múltiples premios recibidos, uno de los mas importantes fue la National Medal of Art (Medalla Nacional del Arte), que se le otorgó en el despacho oval de Casa Blanca y de manos del presidente George W. Bush. También recibió en 2007 una Mención Especial del Premio Pulitzer

OBRA LITERARIA


Hay solo dos cosas con las que uno

se puede acostar: una persona y un libro.

 

Bradbury fue uno de los autores que aupó el género de la ciencia ficción, y la fantasía, a cotas de excelencia, no sólo para los lectores del género, sino para los lectores del denominado mainstream. Su gran actividad literaria conjugó casi todos los registros: teatro, novela, poesía, cuentos, guiones de televisión y cinematográficos. Marcó, para muchos estudiosos, la mayoría de edad y la consolidación como género de la ciencia ficción norteamericana, mayoría de edad que coincide con la expansión del género en el resto del mundo. Fue una de las personalidades indiscutibles que trasciende los encorsetamientos del género y que no es desdeñado por la crítica ajena al mundillo de la ciencia ficción. Fue, como ya comenté, un autor reconocido en los ámbitos más generales de la literatura y como bien escribía Pablo Cappanna[3]

«... es una auténtica personalidad poética que canaliza todos los temas de autores anteriores en función de una sensibilidad muy personal y una actitud de rebeldía ante el american way of life ».

Probablemente uno de los motivos para que fuera considerado y reconocido fuera del círculo sectario de la ciencia ficción fue su habilidad u oportunidad para publicar al margen de las revistas de género. Desde el principio, y muy a menudo, sus obras fueron editadas en revistas de gran tirada, las denominadas slick-paper magazines. Esto hizo que pudiera acceder a público no especializado que extendió su obra y que le hizo recibir reconocimiento fuera del género. Según él mismo, no entendía nada de ciencia y sus relatos eran básicamente fantasía sin atisbos del desarrollo de cualquier postulado científico. Bradbury supo hacer ciencia ficción sin ciencia –con mucha ficción, eso sí-, lo que en algunos ambientes académicos viene a ser identificado últimamente como literatura prospectiva. Es esa manera de imaginar diferente, pero con todos los tics de la auténtica ciencia ficción, la que le abrió la puerta de un público más extenso. Aunque no crean que se convirtió en referente de masas y en un superventas, en realidad sólo fue un poco más conocido en ambientes literarios y universitarios, además de los círculos habituales. Prueben a preguntarle a nuestra gente cercana si han oído hablar de Crónicas Marcianas; seguro que les contestarán que era el programa de Sardá –de la misma manera que Gran Hermano es un programa que presenta la escatológica Milá-. Pocos conocerán que las Crónicas Marcianas es una de las joyas de la literatura de ciencia ficcíón, y desgraciadamente tampoco muchos de los aficionados actuales la habrán leído porque se trata de una cosa antigua.

 

Las Crónicas Marcianas es la obra cumbre de Bradbury. Pese a que se insiste mucho en ello, incomprensiblemente por cierto, no se trata de una novela, sino de una serie de relatos escritos en diferentes momentos y recopilados por el autor en una antología que, eso sí, está localizada en el planeta Marte, y usa a éste como escenario de continuidad.

 

Jorge Luis Borges decía el prólogo a la edición de 1955 del libro:

«¿Qué ha hecho este hombre de Illinois, me pregunto al cerrar las páginas de su libro, para que episodios de la conquista de otro planeta me pueblen de terror y de soledad? ¿Cómo pueden tocarme estas fantasías, y de una manera tan íntima? Toda literatura (me atrevo a contestar) es simbólica; hay pocas diferencias fundamentales y es indiferente que un escritor, para trasmitirlas, recurra a lo fantástico o a lo real, a Macbeth o a Raskolnikov, a la invasión de Bélgica en agosto de 1914 o a una invasión de Marte. ¿Qué importa la novela, o la novelería de sciencie-ficcition? En este libro de apariencia fantasmal, Bradbury ha puesto sus largos domingos vacíos, su tedio americano, su soledad, como las puso Sinclair Lewis en Main Street ».

 

Lo expresado por Borges refleja perfectamente lo que el lector siente cuando lee este libro. Porque este libro trata de sentimientos, de soledades, de la Humanidad en definitiva. No trata de explicar teorías científicas, ni extrapolar inventos al futuro; se trata de condensar lo que en el espíritu humano está siempre presente: los odios, los rencores, la aventura, la imaginación, el amor o  los sentimientos. Sin embargo, y pese a lo que pueda parecer en un principio, es pura ciencia ficción porque estos sentimientos, estas sensaciones, funcionan sólo porque se  producen en un entorno extraño y ajeno al normal.

 

El libro se puede dividir en tres partes fundamentales: Los exploradores (el primer contacto con la civilización marciana), La conquista (la adaptación al nuevo mundo) y La emancipación (la ruptura con la Tierra). Bradbury sigue los esquemas de cualquier colonización centrándose en esos tres grandes periodos.

 

Los relatos que componen el volumen son excepcionales en su mayoría, pero personalmente guardo un imborrable recuerdo por La tercera expedición. Es pura ciencia ficción con un trasfondo terrorífico que resulta inquietante. Borges dijo de ella

 

«Acaso La tercera expedición es la historia más alarmante de este volumen. Su horror (sospecho) es metafísico; la incertidumbre sobre la identidad de los huéspedes del capitán John Black insinúa incómodamente que tampoco sabemos quiénes somos ni cómo es, para Dios, nuestra cara. Quiero asimismo destacar el episodio titulado El marciano, que encierra una patética variación del mito de Proteo».

 

Si Crónicas es el mejor conjunto de relatos sobre la colonización de Marte, la mejor novela  de Bradbury no es otra que Farenheit 451. Fue concebida en la biblioteca de la universidad de UCLA cuando, con una máquina de escribir alquilada, dio forma a la novela en apenas nueve días. Bradbury, un autodidacta sin formación académica reglada, escribió acerca de la educación:

 

«Rodéense de personas que los quieran, y si no los quieren, échenlos. No hay necesidad de ir a la Universidad, donde no se aprende a escribir. Vayan más bien a las bibliotecas».

 

Al margen de las ideas extremadamente simplistas acerca de la educación, hay que reconocer que en el campo literario, la autoformación del autor diio unos frutos inmejorables.

Retomando la novela, hay que decir que la base partía de unos cuentos ya escritos y algunos publicados, como Usher II, incluido Crónicas Marcianas, o la obra de teatro Columna de Fuego. Su editor pidió una ampliación de Usher II y ésta pasó de 25.000 palabras al doble cambiando el escenario de Marte a La Tierra y todos los protagonistas, aunque la esencia es la misma.

La historia está protagonizada por Guy Montag, un bombero tan especial que su tarea consiste en destruir toda clase de libros que, en ese futuro distópico, están prohibidos y perseguidos. Montag es eficaz en su trabajo, pero una serie de sucesos le harán dudar de su misión y pasará de ser un eficiente empleado a un rebelde perseguido.

Está escrita en 1953 y refleja el idealismo que poseía el autor en aquella época, idealismo que se fue atenuando y perdiendo con el paso de los años. Bradbury incide en dos puntos básicos que desarrolla muy extensamente. De un lado tenemos el pesimismo que supone la descripción de una sociedad masificada y sin alicientes. Una sociedad lúdica en la que prima el pensamiento único  y dirigido por el Estado. En un hipotético futuro, que parece que nos ha alcanzado, los medios de comunicación, fundamentalmente la televisión, proporcionan programas dirigidos y digeridos para un público que se limita a mirar sin cuestionar o pensar en lo que está viendo. ¿Por qué será que esta disposición social recuerda tanto a la actual?

Es notable la explicación del capitán Beatty, jefe de Montag, acerca de cómo se llegó a ese estado de cosas: Se abreviaron los años de estudio, se relajó la disciplina, se dejó de lado la historia, la filosofía y el lenguaje... La vida es lo inmediato, sólo el trabajo importa. Divertirse, sí, pero después del trabajo. ¿Por qué aprender algo salvo apretar botones, insertar llaves, ajustar tornillos y tuercas?

Acerca de su novela más famosa dijo Bradbury

«La gente se equivocó. Yo no traté de prever, sino de prevenir el futuro. No quise hablar de la censura sino de la educación que el mundo tanto necesita. Podemos salvar a Estados Unidos, gracias a los niños, si les enseñamos a leer y a escribir a partir de los 3, 4, 5 años para que lleguen a la escuela primaria sabiendo leer. Después, es muy tarde. Cuando en realidad, ya desde muy pequeños, queremos leer las palabras de las historietas».

Sería imposible, por cuestiones de espacio, reflejar aquí toda la obra de nuestro autor. Pero, además de las dos que ya he descrito –que obviamente son imprescindibles- podemos reseñar algunas de las que a mi juicio forman parte de la mejor producción de nuestro autor.

Su gran producción se centró en el relato corto, por otra parte uno de los puntales de la ciencia ficción y de la fantasía en general. Las recopilaciones, que pueden encontrarse traducidas en nuestro país, son una buena manera de acceder a su inagotable e imaginativa obra. De sus antologías podría recomendar sin dudarlo Las doradas manzanas del sol, El Hombre ilustrado, Las maquinarias de la alegría o El país de octubre. En todas ellas encontrarán relatos que producen un agradable encuentro del lector con la literatura, con la palabra, con la reflexión interior y con la melodía de las frases.

En el primero de las antologías se podría destacar el cuento que da título al volumen, Las doradas manzanas del sol, que es tomado a su vez de la última estrofa de un poema de Yates titulado La canción de Aengus el errante. El otro cuento es El sonido de un trueno que comentaré un poco mas adelante, pues sirvió de origen para una película. En El Hombre Ilustrado, el cuento que da título al volumen cuenta la historia de un hombre cuyos tatuajes son fiel reflejo de historias que toman vida propia. Entre otros cuentos destacaría El Cohete, una emotiva reflexión sobre el amor paterno-filial. De Las maquinarias de la alegría uno de los cuentos, ¡Muchachos! ¡Cultiven Hongos Gigantes en el Sótano!, nos narra una historia de terror y ciencia ficción que es desencadenada por un anuncio de trabajo. Ese anuncio, doy fe, fue absolutamente real aunque su finalidad era simplemente una estafa, mas que otra cosa. El que espera es un relato de ciencia ficción que trascurre en Marte, planeta por le que Bradbury sentía una particular fascinación. Podría haberse incorporado a sus Crónicas sin problemas. Por último El país de octubre es la antología que contiene más cuentos de género fantástico, al margen de la ciencia ficción. En estos  relatos, Bradbury da rienda suelta a su imaginación y nos cuenta, con su habitual prosa, historias con un componente puramente onírico y fantástico. 

 

Estos breves esbozos de la obra literaria de nuestro autor, pueden dar una vaga idea de lo que supuso para la literatura fantástica. Pocos otros han conseguido unir fantasía con prosa poética de manera tan eficiente. Bradbury fue un maestro en la descripción de sentimientos. Sus obras llegan más al corazón que al cerebro, si me permiten la cursilada. Pero es cierto. Cunado nos acercamos a sus cuentos, sobre todo, sabemos que vamos a encontrar un espacio para la reflexión, para las ideas, para la humanidad. Porque él hablaba de los seres humanos, no de grandes naves, batallas o mundos extraños. Esa era su excusa, su decorado, para reflejar lo que significa ser una persona, lo que se siente y como se comporta en  determinadas situaciones. El maestro del sentimiento, que no sentimentalismo, nos legó una obra plena de recursos y de belleza. Naturalmente no toda ella cumplió esos requisitos pues, como todo escritor que se precie, muchas de sus historias no cumplieron los mínimos requeridos. Sin embargo, animo al lector a que, si no lo conoce ya, se adentre en su mundo a través de las recomendaciones anteriores. No se sentirán defraudados.

 

BRADBURY EN EL CINE (Y LA TELEVISIÓN)

 

La televisión, esa bestia insidiosa, esa medusa

que convierte en piedra a millones de

personas todas las noches mirándola fijamente,

esa sirena que llama y canta, que promete

mucho y que en realidad da muy poco

 

Como podría ser previsible, Ray Bradbury fue un autor al que su bien merecida fama le llevaron a participar en proyectos para el cine y la televisión. Su paso por los medios audiovisuales, si bien no resultó espectacular, si que dio algunas colaboraciones de excepcional valía.

 

En 1953 se adapta un cuento, perteneciente a Las doradas manzanas del sol, titulado La sirena de  niebla. El cuento habla de la sirena para niebla de un faro, que una vez al año atrae a una criatura antediluviana. La película se titulo en España El monstruo de tiempos remotos (The beast of 20.000 fathoms); fue dirigida por Eugène Lourié y protagonizada por Paul Hubschmid y Paula Raymond entre otros actores. Fue un antecedente del Godzilla japonés, y, aunque no fue el primero en usar a animales gigantes –King Kong es una ejemplo- sí lo fue en presentar a estos como destructores de ciudades. Ray Harryhausen fue el responsable de los efectos especiales, que usaron la animación mediante la técnica del stop motion. Película predecible y que acusa un guión muy lineal y sin ninguna particularidad narrativa.

 

Como guionista, Bradbury firmó, junto a John Huston, el guión para la adaptación al cine de la novela de Melville Moby Dick. La espectacular película contó con la dirección del propio Huston y fue protagonizada por Gregory Peck, interpretando al capitán Ahab.

 

Farenheit 451 se estrena en 1966 y fue dirigida por el cineasta de la nouvelle vague François Truffaut. Después de 4 años de arduo trabajo, de reescrituras de guión y de imposiciones de la Universal –por ejemplo no quemar libros de autores vivos en la época- logra estrenar el film que recoge muy fielmente lo expresado por Bradbury en su novela. Está protagonizada por Oskar Werner, Montag, y Julie Christie que interpreta un doble papel de la esposa de Montag y de Clarisse, la rebelde libroadicta que enamora al bombero. La película fue la única que rodó el director en inglés y fue muy mal recibida por la crítica. Pese a los años que han pasado y la antigüedad que se vislumbra en su ambientación y en los escasísimos efectos especiales. Pese a este envejecimiento, hay otras cualidades que la hacen muy atractiva para los amantes del género. Ahí queda la actuación de Julie Christie, sobre todo en su papel de la alienada esposa, la del jefe de policía, Cyril Cusack, o las escenas en las que vemos a los hombres libros y lo que representan.

 

El hombre ilustrado tiene fecha de 1969 y fue dirigida por el desconocido Jack Smight y contó con  Claire Bloom, Don Dubbins, Jason Evers, Robert Drivas y Rod Steiger interpretando al hombre ilustrado. Es una película que no tuvo distribución en España y que, según la crítica, no augura nada bueno de su visionado. Recojo aquí la opinión en la web Fotogramas.

 

«Adaptación de una novela de Ray Bradbury cuyo visionado televisivo, según Leonard Maltin, sólo puede soportarse gracias a las interrupciones publicitarias. De hecho, su construcción alambicada y confusa mantiene cierta coherencia con los spots que puedan intercalarse durante su emisión. Tiene un planteamiento excesivamente pedante y unos resultados pobres».

Por último voy a recoger aquí una de las últimas adaptaciones al cine, aunque parece ser que se planea el volver a realizar una versión de El Hombre Ilustrado, como es El sonido del trueno. Esta película de viajes en el tiempo se basa en el relato homónimo incluido en la antología Las doradas manzanas del sol. Bradbury describe con mucha maestría las consecuencias de un viaje en el tiempo al pleistoceno. La menor alteración en el pasado provoca unas consecuencias terribles en el futuro, el presente de los viajeros. La película de Peter Hymes -2005- trata el viaje en el tiempo como una aventura caótica. En realidad es la esencia que escribió nuestro escritor, pero el giro que se produce en ella, se traslada al presente en una aventura de acción que no encontramos en el original. Las consecuencias del desastre ocurrido en el pasado se van magnificando a medida que pasa el tiempo, e incomprensiblemente el pasado se apodera del futuro como si la evolución divergente, base del cuento, no existiera. Como aventura funciona, sus efectos especiales y la acción están bien conseguidas, pero como adaptación es muy limitada.

La televisión también aprovechó también el potencial de los relatos del autor. Como ya he dicho anteriormente, sus relatos cortos son muy adaptables sobre todo en forma de capítulos de series. Empezaremos por las adaptaciones que un mago del terror tuvo la osadía, y el buen ojo, de efectuar en los años 60 y en Televisión Española. El director no es otro que Narciso Ibáñez Serrador y la serie la famosa Historias para no dormir. Siendo una serie episódica, Ibáñez adaptó muchos relatos de escritores conocidos, amén de los suyos propios. Entre ellos Ray Bradbury fue uno de sus preferidos. El doble fue uno de los primeros cuentos adaptados, en el que ya se mencionaba el tema del robot que adoptaba la personalidad de otro. Fue protagonizado por  Jesús Aristu, Nuria Carresi y Pilar Laguna. El cohete, con la infalible presencia de Narciso Ibáñez Menta, presento la historia de ese chatarrero tan amante de sus hijos que es capaz de gastarse todo su patrimonio en diseñar un cohete para llevarlos a Marte. Pero también en la radio, Ibáñez Serrador, adaptó al autor norteamericano en una radionovela, a finales de los 60, que se tituló genéricamente Historias para imaginar. En este medio se adaptó al formato radiofónico cuentos tan interesantes como La tercera expedición o ¡Muchachos, cultiven hongos en el sótano!

La televisión norteamericana tuvo la osadía de adaptar Crónicas Marcianas en forma de miniserie de tres episodios en 1980. Fue dirigida por Michael Anderson y contó con los guiones del propio Bradbury y de Richard Matheson. La serie adopta algunos de los relatos que mejor podían funcionar en televisión. Así se reflejaron las historias Ylla, La tercera expedición, Aunque siga brillando la luna,  Los colonos, Encuentro nocturno, El marciano o El picnic de un millón de años.

Una de las características que diferencian a la serie es que, en aras de la continuidad, mantiene a muchos protagonistas en todos los episodios. Rock Hudson, el general Wilder, es el personaje que da continuidad a todos los capítulos, pero también serán recurrentes los personajes de Sam Parkhill (Darren McGavin) y Ben Driscoll (Christopher Connelly). Pese a sus carencias, creo que es imposible reflejar toda la poesía y sentimientos del original, la serie muestra algunos reflejos de su procedencia. No fue una serie al uso, su escasez presupuestaria es notable, pues se trata de algo mucho más intimista y comedida. Pese a todo, en ella están presentes algunas de las buenas historias de Bradbury.

Entre 1985 y 1992 se produjo una serie titulada The Ray Bradbury Theater. Fueron 58 episodios de esta producción canadiense, que aprovechaba el nombre del escritor y algunos de sus cuentos en las adaptaciones. En la primera temporada, el autor, a modo y manera de Hitchcock, presentaba los episodios, dando unas brevess claves sobre el mismo. En las segunda y tercera temporadas la aparición de Bradbury se ceñía a comentar algunas cuestiones al margen del episodio en cuestión. En las demás se obviaron estas presentaciones.

Hubo más adaptaciones de sus obras al cine y a la televisión, pero no tuvieron ningún tipo de relevancia.

CONCLUSIONES

«Me he pasado los últimos setenta años

 de mi vida jugando porque para mí la

 literatura no es un trabajo. Si leo ciencia ficción

 cometería incesto. Quien se dedica a leer en

 el campo en el que escribe o trabaja es un

mal escritor. Raymond Chandler, maestro

de la novela negra, bebió en las fuentes

de William Shakespeare, Pirandello, Lorca».

Ray Bradbury. Entrevista en ABC

 

Es curioso que un autor que se dedicó prácticamente en toda su obra a escribir relatos de género fantástico, mantuviera estas posiciones acerca del género. Pero no es cuestión aquí de criticar sus posiciones literarias o políticas. Sólo he pretendido rendir un homenaje al escritor que tantos ratos de buena lectura me han proporcionado. Un homenaje que ha pasado por recrear lo que a mi juicio ha sido lo mejor de su producción, o al menos la que  me ha producido más impacto como lector, y en ocasiones como espectador.

 

El maestro escribió lo que quiso. Tuvo que enmarcar sus relatos en los mundos de ficción porque, se me hace evidente, es en éste donde se pueden desarrollar temas que son imposibles en el mundo de la narrativa realista contemporánea.

 

Para terminar, les dejo con una frase extraída de una de sus últimas entrevistas en ABC. Sirva como homenaje póstumo al señor de Marte esta reflexión tan lúcida. Sus palabras reflejan muy bien lo que muchos pensamos y decimos:

 

«[…] si no tienes libros no puedes ser parte de una civilización ni de una democracia».

 

© Alfonso Merelo 2012-2013



[1] Where no man has gone before es la frase final de la apertura de la serie clásica de televisión Star Trek.

 

[2] De la entrevista de Gabriel Lerman. http://www.mural.com/cultura/articulo/369587/

[3] Cappana, Pablo. El sentido de la ciencia ficción. Columba. Buenas Aires 1966

2013-10 Philip K. Dick. La ciencia ficción paranoica.

 

Artículo publicado en el especial Philip K. Dick de la revista Scifiworld nº 46 (febrero 2012)

 La Realidad es aquello que, incluso aunque dejes

de creer en ello, sigue existiendo y no desaparece.

Philip K. Dick

 

 Introducción

 

Escribir sobre Philip.K. Dick es hablar de un personaje reconocido y conocido por diferentes facetas; principalmente por las puramente literarias pero también por las relacionadas con su personalidad y, sobre todo, con su psique. Los lectores, mas que nada los lectores de ciencia ficción, identifican a Dick como un escritor distinto a lo tradicional, como un narrador al que a veces es muy difícil de entender, pero que casi siempre acertaba en la diana de la sorpresa y de la diferencia. Fue un autor no convencional; un autor que no dejaba indiferente a nadie al que en un relato se podía abominar de él y en el siguiente alabarlo sin recato.

 

¿Qué hizo de Dick un personaje tan singular? Para el público en general la vida de los escritores les suele importar bastante poco. En todo caso estará más interesado en la de los personajes mas mediáticos ya sean actores, a los que adorar, o políticos, a los que odiar. Pero, de vez en cuando, hay autores que sobrepasan su condición y los lectores se acercan a su vida a la vez que a sus obras. Para que esto ocurra el personaje en cuestión ha de ser marcadamente diferente a lo habitual ya que la vida de un escritor, si es anodina, no interesa a casi nadie. Desgraciadamente para Dick, su vida fue de todo menos normal y esta circunstancia debió de marcar de una manera fundamental su acercamiento a la literatura, que constituyó su forma de expresar al mundo su manera de ser, además de proporcionarle un sustento vital. Al menos podemos considerar que vio realizado uno de sus sueños al poder vivir de algo que le producía interés intelectual.

 

Breves notas biográficas sobre Philip K. Dick

 

Antes de adentrarnos en revisar la obra de tan singular personaje, me tomaré la libertad de ofrecer un pequeño resumen, no se asusten, de su biografía, con la intención de encuadrar en estas vivencias sus posteriores acciones literarias. 

 

Dick nació en 1928 en la ciudad norteamericana de Chicago, al mismo tiempo que su hermana gemela, Jane. Ésta murió de manera trágica, por desnutrición concretamente y parece ser que provocado por la desidia de su madre, a las pocas semanas de nacer, y sin duda este suceso le marcó traumáticamente durante el resto de su vida. A los 12 años se traslada con su madre, su padre ha abandonado la casa familiar después del divorcio, a vivir a Berkely. Esta ciudad californiana es famosa por su universidad que, en los años 60, encabezó una rebelión intelectual contra la guerra de Viet Nam y fue también cuna y líder del movimiento de izquierdas en USA. Es aquí donde comenzó a leer ciencia ficción y a escribirla en algunos de los que ahora denominamos fanzines. Se ve influenciado por algunos autores como Van Vogt o un incipiente Heinlein, aunque al terminar la High School deja de leerla a la par que abandona el domicilio materno al cumplir la mayoría de edad. Su salud no es demasiado buena y padece de asma y de crisis de agorafobia, que volverían a presentarse en la edad adulta.

 

No llega a cursar estudios universitarios completos –en realidad  abandona la Universidad casi de inmediato por no querer hacer cursos de entrenamientos para oficiales militares que eran obligatorios en la época- y ejerce diferentes trabajos no especializados como el de dependiente de una tienda de discos. Sin embargo no deja de tener contacto con el entorno intelectual de Berkeley, educándose de manera autodidacta y llegando a tener una gran afición por la lectura de lo más variada entre las que figuraban los textos más académicos.

 

A los 20 años se casa por primera vez, fueron un total de cinco matrimonios, y, según algunos autores, casi se podría afirmar que cada uno de estos períodos marca una trayectoria literaria diferente. Esta teoría no es compartida por todos los estudiosos pero es digna de tener en cuenta para encuadrar las diferentes etapas de sus escritos. Su primer matrimonio no dura más allá de seis meses aunque da la impresión de que no fue un hombre destinado a vivir sólo y de ello dan prueba sus otros cuatro casamientos, unos más prolongados en el tiempo que otros.

 

A partir de 1951 decide que su profesión va a ser la de escritor. Anteriormente ha publicado, y lo mas importante vendido, relatos a las revistas pulp de la época. Curiosamente tiene éxito, relativo, con las novelas de ciencia ficción pero nunca con las novelas realistas o mainstream. Este hecho, el no poder colocar en el mercado su creación realista, le causa más de un problema psicológico, traumatizándolo aún más. No es que reniegue de la ciencia ficción, le da de comer bastante bien, no lo olvidemos, pero parece tener la impresión de que se trata de un género bastante inferior en el que no puede expresar del todo su talento.

 

En la década de los 60 experimenta con las drogas habituales de la época hippy, principalmente con el alucinógeno LSD que consumiría en algunas ocasiones. Dick era un adicto a las anfetaminas y al alcohol lo que le produjo un primer episodio psicótico en 1963 en el que cree ver una cara que lo vigila desde el cielo. Esta visión daría forma al personaje de su novela Los tres estigmas de Palmer Eldritch. Sus experiencias con el ácido sólo contribuyen a incrementar los  episodios psicóticos y a que esa cara diabólica lo siga acosando. Se ve incluso como una reencarnación de un personaje romano muerto en el Coliseo. Al parecer, la única experiencia feliz con el LSD se produjo en una visión en la que se veía redimido por el salvador –esta alucinación la incluiría como base de Fluyan mis lágrimas, dijo el policía-. Esta etapa de coqueteo con las drogas provoca su siguiente divorcio, y mientras tanto sigue escribiendo y afianzándose como uno de los mas importantes escritores de ciencia ficción en USA.

 

Ya en los años 70 se vuelve hacia las creencias religiosas, muy particulares eso sí, afirmando haber tenido varias experiencias místicas que le hacen cambiar su discurso de agnóstico a creyente en un poder superior. Si esta trasformación es fruto y consecuencia del uso de drogas es algo que puede sospecharse pero que no se ha podido probar. En 1979 es invitado a dar una conferencia en una convención de ciencia ficción en Metz, Francia. Francia era uno de los países europeos donde su obra era más estimada. La sorpresa de los asistentes fue enorme cuando, hablando de ucronías y de los mundos paralelos en la ponencia titulada Si no les gusta este mundo, por qué no prueban alguno de los otros, llegó a afirmar que él era consciente de haber vivido realmente en otros planos del universo, o en otros universos paralelos,  donde las cosas habían sucedido de diferente manera. Sus novelas, entonces, serían meras trascripciones de esos mundos “reales” que él habría vivido. La conmoción fue grande entre el sector de aficionados al fantástico al interpretar, con cierto certero sentido, que a Dick se le había ido la razón.  

 

A la valoración del estado mental de Dick en los últimos años de su vida, murió en 1982, se han dedicado muchas líneas y análisis por parte de los estudiosos de su obra y vida. Pablo Cappana, en su ensayo Idios Kosmos, hace un recorrido por las posibles alteraciones mentales del autor intentando dilucidar si su estado era esquizofrénico o paranoico. A este respecto, Antonio Ramírez Babiloni, que además de gran aficionado es médico de profesión, afirma lo siguiente:

 

«Algo curioso es que a Dick le gustaba ser un enfermo mental y no le molestaba el que lo clasificasen como a tal. No hay más que leer Los clanes de la Luna Alfana para ver el cariño que le tenía a los enfermos mentales, al mismo tiempo que lo estereotipado que era su conocimiento de la enfermedad en si. Dick abusó mucho de las drogas, sobre todo de pastillas de todo tipo y alucinógenos y tenía un carácter esquizoide, pero personalmente pienso que su diagnóstico, que no hay duda que se lo hicieron, de esquizofrenia paranoide no es del todo ajustado a la realidad»

 

 ¿Dick escribió algunas de sus obras en estados mentales alterados o como él dijo en estado de gracia?, no lo sabemos pero por el análisis de las mismas es posible rastrear, o intuir, lo que le ocurría, aunque siempre estaremos en el terreno de las hipótesis.

 

LAS TEMÁTICAS Y LAS OBRAS DE PHILIP K. DICK

 

En este apartado, que no pretende ser exhaustivo, intentaré hacer un recorrido por la obra de Dick, haciendo especial mención a las novelas que, según la mayoría de los críticos y la mía propia, son las más representativas, y mejores, dentro de su extensa producción.

 

Dick comienza su andadura  literaria a finales de la década de 1940 y, como ya se ha dicho, a principios de los 50 se dedica profesionalmente y exclusivamente a ser escritor, y, dado su inexistente éxito como escritor realista, a escribir ciencia ficción.

Para describir sus etapas en la literatura voy a seguir la clasificación que efectuó Gregg Rickman, uno de los exégetas más fieles de Dick, y que fue apoyada por el propio autor.  Estas etapas son las siguientes: Etapa Política, entre 1951 y1960, Etapa Metafísica de 1961 a 1974 y finalmente Etapa Mesiánica que abarca desde 1974 hasta los últimos escritos en 1981.

 

Siguiendo a Pablo Cappana en su ya comentada obra Idios Kosmos[1],  tendríamos que concluir que la primera etapa comienza con el cuento Roog, su primer cuento vendido y  publicado en 1951 a la que siguen Aquí yace el Wub[2], La máquina  preservadora, Colonia, La nave de Ganímedes, El Gran C –que serviría para algunas partes de Deus Irae- Coto de caza, Los simulacros, Segunda variedad, Impostor, o la excepcional El padre cosa. En esta etapa predominan los cuentos cortos que sirve a Dick para ser usados con posterioridad como ideas y situaciones para posteriores novelas. Entre las novelas de esta época, que se publicaron en la editorial ACE –en un formato barato-  destacan Lotería Solar, Ojo en el cielo  o El martillo de Vulcano. Los temas son sociales y políticos en muchos de los casos lo que le lleva a ser considerado como un escritor de izquierdas o a que Thomas Dish llegara a aseverar de él que era «el único escritor marxista de la ciencia ficción», afirmación del todo exagerada pues nunca lo fue ni tan siquiera existe la posibilidad de deducirlo por sus obras.

 

Lotería Solar es la primera novela publicada por el autor y naturalmente se nota que lo es. Se nota en la forma de construir los personajes y en el planteamiento general además de en su manera de escribir que irá mejorando con el tiempo. Es una relativa space opera bastante alejada de los temas que desarrollará a posteriori.

 

Ojo en el cielo es una de las novelas más representativas e interesante de este periodo. Ahí ya se encuentran las semillas de los temas que serían soporte de su literatura posterior. Mundos dentro de mundos y personajes que se ven envueltos en experiencias cuasi-oníricas son la base de esta novela. Los protagonistas se ven atrapados, por causa de un experimento fallido en un laboratorio nuclear, en unos extraños universos que nos son los reales, o al menos lo que ellos recuerdan. Conseguirán averiguar que están dentro del sueño de uno de los accidentados -¿Les suena Inception?-. Por tanto Dick se plantea si existe una realidad inmutable o esta depende del punto de vista del observador. Este tema aparecerá recurrentemente en la obra del autor y no le abandonará hasta su muerte. De hecho, yo diría que se trata de su único tema a partir de los años 60.

 

Esta primera etapa finaliza en la novela realista Confesiones de un artista de mierda, que pese a no tener nada que ver con el género de la ciencia ficción, aporta muchas de las claves del universo dickiano.

 

Nos adentramos en el segundo período denominado Metafísico. Su comienzo lo marca su novela quizás mas reconocido como es El hombre en el castillo. Con ella llegó a la fama al obtener el reconocimiento de los lectores que le premiaron con el premio Hugo a la mejor novela de 1962. Se trata de una ucronía, o de una ficción que trascurre en un mundo paralelo, en la que la Alemania nazi ha conquistado el mundo, aniquilando en África a la población negra y en el que Estados Unidos está divido en tres territorios, El Atlántico –gobernado por Alemania-, El Pacífico –con influencia japonesa- y un tercer estado central independiente denominado de Las Montañas Rocosas, pero tutelado por los dos vencedores. En esta ucronía, un escritor publica un libro titulado, La langosta se ha posado, en el que el eje pierde la guerra. Asistimos a un ejercicio de falsedad dentro de la falsedad, de manera que los valores quedan invertidos al convertir lo que es ficción en una nueva ficción que tampoco se parece excesivamente a nuestra propia realidad –son los ingleses los que han dominado el mundo en lugar de USA-. La irrealidad se retoma en la argumentación de Dick, cuando sus personajes, algunos, toman conciencia de que es probable que vivan en un mundo equivocad y que realmente el universo correcto es aquel en el que el eje ha perdido la guerra. Esta sería la primera vez en que expondría esta idea que podría enlazarse con el argumentario de su conferencia en Metz.

 

Tiempo de Marte y Los tres estigmas de Palmer Eldritch datan de 1965. La primera incide en una ciencia ficción más clásica al situarnos en un Marte que se está colonizando. Los conflictos entre los colonos y su relación con la metrópoli son los principales argumentos esgrimidos en la trama, pero que en realidad solo camuflan su deseo de expresar su interés por las enfermedades mentales y el autismo. Es una obra que podríamos calificar de menor. Por otra parte Los Tres Estigmas… nos vuelve a situar en el escenario marciano de la colonización, parece ser que ese año estuvo de moda para Dick situar sus escenarios en Marte. La percepción de la realidad se ve alterada esta vez por el uso de las drogas que los mineros emplean profusamente –un antecedente remoto de Atmósfera cero, por cierto-. Y, para rematar, el personaje de Palmer es una especie de enviado mesiánico que enlazará con el tercer periodo, el mesiánico.   

 

1968 es el año de publicación de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, que es la famosa obra en la que se basó la no menos famosa película Blade Runner. Desde mi punto de vista, esta novela es bastante floja dentro de la producción de estos años. Sin embargo trata algunos temas que son interesantes en si mismos, como los límites de la vida, la inteligencia artificial o las sociedades gobernadas por las multinacionales y las tecnologías, una novela que es claramente cyberpunk, aunque este término se acuñará una década mas tarde.

 

Ubik se publica en 1969 y es otra de las novelas mas destacadas de nuestro autor. Un universo paranoico está ya muy presente en sus páginas. Los protagonistas ya están convencidos de que el lugar en el que viven es falso, que la realidad no existe como tal. La filosofía platónica, el mundo ideal de las ideas, se presenta como una insólita muestra de lo que piensa realmente nuestro autor que se muestra aquí como un adalid del solipsismo. Imprescindible para el que quiera acercarse al autor y para comprobar cómo ha influenciado la literatura dickiana en el mundo de la ciencia ficción y del cine.

 

Finalizaría este periodo con la novela Fluyan mis lágrimas dijo el policía publicada en 1974. En esta novela el leiv motiv no es otro que los mundos distópicos, y ominosos sin duda, que Dick había usado en anteriores ocasiones como ya hemos visto. El protagonista se ve arrastrado a un mundo paralelo en el que las cosa van muy mal. En ese estado policial, Jason Taverner, una estrella de la televisión, tiene que sobrevivir sin identidad y sin ningún tipo de recurso, salvo los 25.000 dólares que aparecen en su bolsillo cuando despierta en ese extraño mundo. La novela tuvo diferentes criticas encontradas, desde las que abominaron de ella hasta las que la clasificaron de obra maestra. En una crítica de Juan José Plans aparecida en el diario El País en 1976 se hacía un interesante resumen de la novela basada en la propias palabras de uno de los personajes, el policía Buckinan: «Mientras vayas a tu tumba, aún tendrás la boca abierta para preguntar: ¿Qué es lo que he hecho? Y serás enterrado así: con la boca abierta. Y nunca podré explicártelo. Sólo podré decirte una cosa: no llames jamás la atención de las autoridades. No nos intereses nunca. No hagas que deseemos saber cosas acerca de ti [...] Algún día quizá haya una investigación post mortem y entonces se sepa que, de hecho, tú no hiciste ningún daño, que, en realidad, no hiciste otra cosa más que conseguir que nos fijásemos en ti». Desde luego un interesante panorama del que nos avisa. La novela fue ganadora del premio John W. Campbel y finalista de los Hugo y Nébula.

 

La tercera etapa comienza con su experiencia mística que tuvo lugar el 20 de febrero de 1974. Después de visitar al dentista, y se supone que bajo los efectos del anestésico –en la época era pentotal sódico, conocido también como suero de la verdad-, creyó ver los símbolos cristianos del pez en multitud de objetos y personas. Durante unos días tuvo visiones en las que aparecía Jesucristo y se veía trasportado a la antigua Roma. Decía: «experimentaba una invasión de mi mente por una mente transcendentalmente racional, como si yo hubiese estado loco toda mi vida y de repente me hubiese vuelto cuerdo»[3].

 

 

A raíz de estas revelaciones, sus obras posteriores se vuelven extrañamente religiosas y con contenidos que pueden describirse como filosofía-metafísica particularizada. Dick retoma muchísimos principios filosóficos de diferentes procedencias, para crear un cóctel de pensamiento particularizado. En 1977 se publica Una mirada en la oscuridad con un tema tan querido para él como la identidad de la personalidad, en este caso doble identidad de un policía de narcóticos y un traficante que establece una relación esquizofrénica entre las dos personalidades. Este policía, que posee un monotraje mezclador –y aquí tenemos un pequeño toque de ciencia ficción- se infiltra en una pandilla de narcotraficantes, pero se da el caso de que uno de los yonkis a los sigue es él mismo. Esta disociación lo llevará a una locura progresiva en la que no comprenderá quien es realmente ¿el polícia, el yonki delator?

 

Sus tres últimas obras se sostienen precisamente en estos esquemas mesiánicos y religosos, son Valis, La invasión divina y La Trasmigración de Tomothy Archer. Su narrativa es casi autobiográfica en estos tres libros. Su creencia de que había sido tocado por la mano de Dios, o algo que el llamaba VALIS –Vasto sistema de inteligencia viva extraterrestre (en el original Vast Active Living Intelligence System), le lleva a relatar sus experiencias en una serie de notas, La Exégesis, y en VALIS. En esta novela tenemos un doble protagonista, Amacaballo Fat y Philip K. Dick, y un enfrentamiento entre los dos en el que se rebaten las teorías uno a otro, otro rasgo de de esquizofrenia en los personajes. En palabras de Sergio Mars «En “VALIS”, Dick se interroga sobre su propia cordura (y sobre la cordura del mundo), sobre la esencia de la realidad, sobre el impulso religioso, sobre la espiritualidad, sobre Dios y sobre los hombres (como dioses), sobre la validez de las experiencias, sobre el conocimiento oculto y sobre su origen, sobre la fe y el cinismo… y no llega a una sola respuesta que pueda mantener por más de unas pocas páginas (salvo quizás la confirmación de su locura y de la irracionalidad del mundo). Si algo define la obra es el conflicto entre la necesidad de creer (en algo, en lo que sea) y la incapacidad para aceptar de forma acrítica la creencia».

 

Sus dos últimas obras son La Invasión Divina y Radio Libre Albemuth esta última publicada de forma póstuma. Junto con la comentada VALIS componen su trilogía mística en las que dio rienda suelta a todas sus creencias religiosas o filosóficas, conformando sus escritos más extraños y “locos”.

 

CONCLUSIONES

 

Estanislaw Lem escribió un  artículo sobre Dick titulado Philip K. Dick, un visionario entre charlatanes. En él se hacía una glosa del autor norteamericano al que consideraba uno de los pocos escritores de ciencia ficción originales del panorama de los Estados Unidos. La apuesta de Lem[4] da una idea de la repercusión que la obra de Dick ha tenido entre los autores y lectores de todo el mundo. Se puede hablar de las irregularidades de su obra, de sus altibajos, de sus extrañas construcciones en algunos libros o de sus fobias y filias reflejadas una y otra vez, pero desde luego no se puede decir que deje indiferente.

 

Dick creó relatos muy diferentes a los de sus contemporáneos y exploró temas sociales cuando éstos no eran moneda común en la época. Inventó, o redescubrió y popularizó, unos conceptos relativos a la realidad y al yo, a la identidad propia, que fueron como faros guías para posteriores autores tanto literarios como cinematográficos. Estas dudas, estas concepciones cuasi-filosóficas de la existencia han creado escuela entre muchos autores. No es raro oír a los aficionados calificar una obra como dickiana, dando un reconocimiento como icono a Dick de ciertas características intrínsecas: paranoia, locura, estados alterados o mundos oníricos. Incluso hay autores que se acercan a él sin, aparentemente, haber oído nunca hablar de Dick o haber leído sus obras, caso de Alejandro Amenabar que realizó su Abre los Ojos, claramente dickiana, que afirmó que nunca había leído nada de él. Pero la influencia está ahí, aunque se ignore.

 

Acercarse a este autor  clásico de la literatura de ciencia ficción es penetrar en un universo de sorpresas, nada fáciles eso es cierto, que propone materias para reflexionar en profundidad. Sin duda es una lectura gratificante para la inteligencia.

 

Para terminar esta breve aproximación a la vida y obras de Philip K. Dick, nada mejor que dejarles con unas palabras de Pablo Capanna que cierran su ensayo Idios Kosmos:

 

«Ahora que lo conocemos mejor, no solamente amamos sus obras, sino que también hemos aprendido a respetar su drama, con todos sus errores y contradicciones. Como todos nosotros, hizo sólo lo que pudo, pero no dejó de intentarlo».

 

 

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA PUBLICADA EN CASTELLANO

 

Lotería Solar 1955

Ojo en el cielo 957

Tiempo desarticulado 1959

El Hombre en el Castillo1962

Tiempo De Marte1965

Los Clanes de la Luna Alfana 1965

Los Tres Estigmas de Palmer Eldritch1965

El Doctor Moneda Sangrienta 1965

¿Sueñan los Androides con Ovejas Eléctricas? 1968

Ubik 1969

Fluyan mis Lágrimas, Dijo el Policía 1974

Una mirada en la oscuridad 1977

VALIS 1981

La Invasión Divina1981

La Transmigración de Timothy Archer 1982

Radio Libre Albemuth 1985



[1] Cappana, P. Idios Kosmos. Claves para Philip K. Dick. AJEC. Granada 2005

[2] De este relato Dick comenta: «Mi primera historia publicada, en la más deleznable de las revistas baratas que se vendían en aquel tiempo, Planet Stories. Cuando llevé cuatro ejemplares a la tienda de discos en la que trabajaba, un cliente me miró y, con ciertos reparos, me preguntó: “Phil, ¿tú lees esta clase de basura?”. Tuve que admitir que no sólo la leía, sino que también la escribía».

[3] En Star Trek, La película sucede algo similar cuando Spock entra en contacto con V´ger. ¿Los guionistas, entre ellos, y como asesor, Isaac Asimov, tuvieron en cuenta este episodio de Dick como fuente u homenaje?

[4] A raíz del impago de su traducción al polaco de la obra Ubik, que fue gestionada por Lem, Dick desarrolló una paranoica teoría en la que el autor polaco no era otra cosa que un agente del KGB. Éste mantenía una red de críticos y escritores, Darko Suvin, Rottensteiner o Fitting entre otros que tenían como meta “obtener monopólicas posiciones de poder desde las cuales pudieran controlar la opinión a través de ensayos crítico y pedagógicos, convirtiéndose en una amenaza a todo el campo de la ciencia ficción y su libre intercambio de ideas”.  Llegó a afirmar que su vida estaba en peligro y Lem y sus conspiradores tenían la intención de secuestrarlo y lavarle el cerebro.

(c) Alfonso Merelo 2012-2013

640. Algunas propuestas para los Ignotus de 2011

 

Como todo el mundo, aficionado, sabe, es época de candidaturas a los premios Ignotus 2011 que premian a “lo mejor” del año 2010 en varios apartados y siempre referidos al género de la fantasía la ciencia ficción y el terror. En una primera fase son los socios de la AEFCFyT, y asociaciones afines, los que preseleccionan a un máximo de 5 candidatos por apartado.

 

Como todos los años, a continuación expongo una lista de posibles candidatos que a mí,  es decir es una opinión personalísima, me parecen que deben estar. Como es natural sólo están en esta lista los que he leido-visto-oido y no todos. Seguro que se me escaparán notables libros a los que no he tenido acceso.

 

MEJOR NOVELA:

Esta categoría es la mas complicada y difícil porque son autores españoles, o que escriben en castellano, y hay una gran producción en este apartado. Vamos con mis posibles  candidatos.

Atlantida. Javier Negrete. Espasa

El triángulo D (Manuel Buil ) Una obra primeriza pero muy entretenida

 Los relojes de Alestes (Victor Conde) Interesante steampunk con personajes que parecen salir del mismo Verne.

 

Dos coronas (Susana Eevee) Otra obra primeriza que desarrolla un mundo de fantasía épica bastante diferente al habitual

  Feral (David Jasso) Terror en el espacio de categoría.

 Necróparis (Fernando Cámara) Una novela que refleja el París mas terrorífico.

 Heredero de la Alquimia. Fantasía “épica” en un entorno mítico mas cercano.

 El cebo (José Carlos Somoza) Interesante visión de una nueva ciencia policial en un futuro cercano.

 
 

La Fiesta de Orfeo. (Javier Márquez). Almuzara. Terror protagonizado por Peter Cushing

 

MEJOR NOVELA CORTA

Historia de un Watson (Sergio Mars) En La investigación policial mas avanzada con los medios bioquímicos mas sugrentes.

MEJOR CUENTO

Duende (Ramón San Miguel Coca), Alfa Eridiani

Absenta (Juan Díaz Olmedo) en la antología Tenebrae, Ediciones Saco de Huesos. Una reflexión sobre el arte.

Cadena alimenticia (Juán Ángel Laguna Endroso) en 10 billetes para el fin del mundo, AJEC.

El cazador de tigres (Ernesto Fernández) en Tenebrae, Ediciones Saco de Huesos

 

MEJOR ANTOLOGÍA

 Tenebrae. Saco de Huesos. Una antología “fosca” de los mas curiosa

 

El precio del barquero. AJEC

 

Taberna espectral. 23 escalones

 

10 billetes para el fin del mundo. AJEC

Actualizo con esta antología, que se me había olvidado totalmente, pero que me ha recordado Juanma Santiago.

El menor espectáculo del mundo (Felix J. Palma) Páginas de Espuma

 

MEJOR LIBRO DE ENSAYO

 Ray Harryhausen. El mago del Stop-Motion (Carlos Díaz Maroto), Calamar ediciones

Borges y la ciencia ficción (Carlos Abrahan), AJEC

Teoría de la Literatura de Ciencia Ficción: Poética y Retórica de lo Prospectivo (Fernando Ángel Moreno) PortalEditions

La Ciencia Ficción en los Discursos Culturales y Medios de Expresión Contemporáneos. (VV.AA.). Universidad de Valencia

 

MEJOR ARTÍCULO

 Complicado está este apartado debido a la actual dispersión de estos artículos en Internet. No hay ninguna revista actualmente que recopile artículos con una preselección que garantice unos mínimos.

 La radionovela de ciencia ficción española: “Historias para Imaginar”. (Alfonso Merelo Solá). Me permitirán que nomine un artículo de cosecha propia que me resultó muy grato de escribir por lo que de recuerdo agradable implicaba. Estará disponible en este blog en breve.

Sword & sorcery. Robert E. Howard. Un bárbaro con miedo a vivir. (Diego Molla).

 

 MEJOR PRODUCCIÓN AUDIOVISUAL

 Bueno, como es imposible mezclar peras con patatas, voy a recomendar tres programas de audio que este año de 2010 pueden ser perfectamente nominados. Y los nomino por su labor de difusión del fantástico en España.

El 1º es A través del espejo, que dirige este servidor de ustedes desde Uniradio, la radio de la Universidad de Huelva. Integramente dedicado a la Fantasía en sus diversas vertientes y que, afortunadamente, ha podido entrevistar a muchísimos autores españoles.

El 2º es un podcast que presenta y dirige Victor Alós, desde la ciudad de Onda, titulado Crónicas desde Sepelaci

Y el 3º es otro podcast que dirige Andrés Rodrigo y titulado El camarote 58

 

 

MEJOR REVISTA

Pocas quedan en España, al menos en formato papel, pero veamos alguna de ellas

ScifiWorld (ScifiWorld) naturalmente. Es la única revista profesional que está en el mercado dedicada íntegramente al género fantástico.

Calabazas en el trastero (Saco de huesos) Sus iniciativas de relatos temáticos es ya casi un clásico

 

 

MEJOR NOVELA EXTRANJERA

Pocas novelas extranjeras he leído este año. Sólo reflejo dos posibles.

Inundación. Stephen Baxter. La Factoría de Ideas

 

Estado de transmisión. Chris Moriarty. La Factoría de Ideas

 

MEJOR SITIO WEB

 Literatura Prospectiva.

 

Portal de ciencia ficción.

Stardust

Esto es todo. Seguro que faltan muchas de ellas, y seguramente con méritos para figurar como candidatos,  pero es imposible abarcar todo lo que se publica, y menos a mi edad que ya va siendo provecta. Espero que sea una pequeñísima aportación como guía para los socios a los que pueda interesar.

Como diría el gran Joaquín Prat ¡A votar!

© Alfonso Merelo 2011

 

© Alfonso Merelo 2011

614. Reflexiones después de la HispaCon de Burjassot

(Los veteranos de Luchadores del espacio)

Vengo de vuelta de la HispaCon celebrada este año, por cuarta vez, en Burjassot. Una magnífica convención que debería ser ejemplo para otras organizaciones futuras de este tipo de actos. Con medios monetarios claramente justitos, los organizadores han conseguido satisfacer a todos los que por allí pasamos. Gracias, amigos, porque habéis dejado un grato recuerdo en nosotros.

 

Han sido unos días muy intensos en los que se han desarrollado muchas charlas y ponencias. Mientras que rehacía los 700 kilómetros que me devolvían a Huelva, he tenido mucho tiempo para reflexionar sobre una frase que escuché en una de las presentaciones. Y esa frase me lleva a comentar algunas impresiones, buenas y menos buenas, que me he traído de Burjassot y que quisiera compartir. Que conste que esto es sólo una opinión muy particular y que puede que esté equivocado al decirlas, aunque no creo.

 

(Victor Conde y Rodolfo Martínez en una conferencia sobre Space Ópera; Martínez sustituyó la ausencia de Ángel Torres)

Cuando acudimos a este tipo de convenciones vamos buscando dos cosas: ver y que nos vean. Conocer y que nos conozcan. Y da igual que el que va sea un aficionado de base o un autor reconocido. Y digo esto porque nuestro egos cada vez van desarrollándose de una manera espectacular. Es muy agradable que te reconozcan y que se acerquen a saludarte personas que ni piensas que puedan conocerte (que un subsecretario de cultura de la Generalitat Valenciana se acerque a hablar contigo, y siga tu trabajo, es sorprendente a la vez que agradable). Eso es normal. Todos necesitamos reconocimiento y “adoración” aunque sea mínima. Pese a todo, observo dos actitudes, que no aptitudes, entre los asistentes, sobre todo entre los asistentes “famosos”. La primera es la de integrarse en los actos, comentar, hablar, tomar cervezas y acudir a presentaciones, conferencias y charlas como uno mas. Y si se tiene que sustituir a alguien se le sustituye en una mesa redonda. Y tenemos otra postura, que es también muy valida, que consiste en acudir a que te vean, charlar sólo con los que te interesan, editores normalmente, y no participar en nada que no sea algo propio.

 

(Mesa redonda Editar fantástico)

En Burjassot he visto las dos posturas y no son, a veces, los autores mas “famosos” los que no se integran, todo lo contrario. Casi cualquiera que haya escrito un cuento, en una antología de la que se han editado 10 ejemplares se cree por encima de los pobres mortales. Y por el contrario, veteranos escritores que han probado en mil escritos su valía, se mezclan con la “plebe” sin ningún complejo y acuden ver a otros colegas como imparten sus conferencias o como presentan sus libros.

 

(Carlos Saiz Cidoncha presentando sus libros)

Me sorprende mucho que siendo éste un mundillo tan reducido, los que lo integramos no tengamos idea, ni ganas, de ver como lo hacen los demás, siquiera para copiar lo que otros hagan bien. Pero, eso es lo que tenemos: mundillos cada vez mas fragmentados en los que se excluyen a los que no son de su cuerda. Y, pienso, que eso no es bueno, porque la escasez de fondo social, somos muy pocos chicos, no permite esas exclusiones ni particiones. O vamos todos juntos, o no vamos a ir ninguno. Pero, ya digo que es sólo una impresión. Lo más probable es que esté equivocado. Pero como uno, modestamente, intenta promocionar y dignificar el trabajo de los escritores españoles del fantástico sin distinciones, le duelen esas exclusiones por no ser o pertenecer a algo.

 

(c) Alfonso Merelo 2010

 PD. Las fotos no son alusivas al texto sino simplemente reflejo de algunas cosas de esta hispacon.