307. Hábitos culinarios
Hace unos días saltó una noticia a la prensa en la que se comentaba que un alto cargo de un Ministerio, supongo que el de Economía y Hacienda, recomendaba a los españoles comer mas conejo pues éste podía disminuir el costo de la cesta de la compra a los españoles.
Indudablemente no voy a comentar aquí la fácil identificación entre comer conejo y un hábito culinario muy extendido, pero mas referido al refocile que al sano ejercicio del yantár. Eso se lo dejo a las lúcidas mentes de intrépidos periodistas como CH o FJL.
Al parecer somos tan manirrotos que compramos cosas que no necesitamos como pollo, ternera, cerdo, cordero, pescado, frutas, verduras o legumbres. Si sólo comiéramos conejo no habría problemas de inflación puesto que, de tan barato que es, no sobraría dinero a fin de mes para invertirlo en la compra de esas cosas imprescindibles que hacen que el capitalismo salvaje sonría de superioridad cuando alguien lo adquiere. ¿Para qué rayos querré yo un teléfono móvil con tecnología gprs, conexión de banda ancha, intenet explorer 5.34, fotografías de 1000 megapixeles y mondongo esfirular, que no se siquiera que coño es? Pues se vende. Y siendo una cosa absolutamente accesoria, se convierte en objeto de culto, y si no lo tienes eres poco menos que un cretino imbécil.
Pero retomando el tema, comer conejo facilita estas cosas. Aparte de que es bueno para el colesterol el ahorro te permite esas cosillas que antes comentamos. Pero no estaría de mas que, en aras de la buena marcha de la economía, el Gobierno diera unas pautas de vida y de gasto que permitieran no terminar el mes con el agua, económica, al cuello. Memorando, como servicio público que es, se suma a estas loables inicitaivas y propone algunas mediadas que permitirán aliviar la inminiente cuesta de enero.
- Revenda los DVDeses que le regalan los periódicos y revistas. No sacará mucho, pero por lo menos para esas propinillas que hay que dar y que usted no conoce el valor que tienen, pueden resultar un alivio.
- Ponga un puesto de jabones de glicerina en el portal de su casa. Los jabones que ha regalado el País todos los domingos pueden resultar un buen negocio.
- No tire las zurrpas de café. Vuélvalas a usar hasta un máximo de dos veces. Total, el café americano es así y allí no se quejan. Y son la primera potencia mundial.
- Sea creativo en la cocina. Si Adriá puede hacer confitura de aire y mousse de "cocretas", haga usted musilina de mondas de patatas y estofado de rabo de toro con mortadela.
- Recicle los regalos de reyes. Lo que le trajeron los reyes el año pasado regalelo usted a su vez. Tenga la precaución de no regalárselo al mismo del que lo recibió, porque entraríamos en una espiral de difícil solución.
- No use la calefacción. Esté todo el día en la cama haciendo ejercicio. El que se están imaginando, sí. Supongo que saben que quita el frio de una manera espéctacular.
- Celebre las fiestas con Savín o Don Simón, de esos del tetrabrick. Seguro que tiene un decantador de los bonitos en casa; llénelo de esos injustamente desprestigiados caldos y elogie sus bondades presumiendo de vino de reserva. Despues de la tercera copa ¿quién se va a atrever a contradecirlo?
- Compre chorradas en la Hiper Super Guay gran superficie del CI, que no significa coeficiente de inteligencia. Cuídese de guardar los tikets. Después de pasadas las fiestas devuélvalo todo y comprése en las rebajas lo que realmente necesite.
- Por último, beba mucha agua antes de comer. Le saciará y no hará gasto. O mejor beba sólo agua. En breve se quedará usted delgadísimo, pero delgado de verdad. Será uno menos en las estadísticas.
(c) Alfonso Merelo 2007
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