388. On the Beach
No crean que voy a hablarles de la novela de Neville Shute o de su excelente adaptación al cine protagonizada por Gregory Peck y dirigida por Stanley Kramer. Para catástrofes globales ya tenemos una en ciernes, y agobiarse antes de tiempo es una tontería.
No, este post habla de la vuelta veraniega a la playa, concretamente a la playa Victoria de Cádiz.
El verano trascurre en esta ciudad en torno a la playa. Como en otros lugares costeros, ésta es el eje en el que la ciudad se ancla para pasar las calores. Por la mañana playa, por la tarde playa, y por la noche, como no, a la playa.
Eso es lo que he hecho en este día escaso que llevo aquí. Cuando ayer llegué la primera cita obligada fue andar un rato por el paseo marítimo viendo caras conocidas que no ves desde hace tiempo. La noche fue para uno de los chiringuitos playeros llamado El Barlovento, que está situado justo antes del antiguo cementerio (los muerto en Cádiz también han sido muy marineros y reposaban junto al mar). Me gusta mucho este local. No está excesivamente lleno, no es mas caro que los demás, el servicio es bueno y las papas ali-oli son de la mejores que he probado en mucho tiempo, perfectas de cocción y con una adecuada combinación de ajo y perejil.
Como digo la vida gaditana gira en torno a la playa, por lo que esta mañana, a eso de la ocho, este valiente y esforzado atleta ha cogido sus bártulos y se ha marchado a correr un poquito por esa arena dorada. La Victoria tiene una longitud urbana de 2500 metros y mas de 8 kms fuera del casco urbano hasta llegar a Camposoto en San Fernando. Ese recorrido a la hora que les he dicho está lleno de dos faunas principalmente, los paseantes y los corredores de fondo, esta última categoría es a la que yo me adhiero. Los corredores somos de distinta edad y condición, pero todos, o casi, no cumplimos ya los 30. Poca juventud y mucho “viejo” que corren que se las pela. Yo soy un mal corredor. Mi trote churretoso no me permite ir a menos de 6 minutos el kilómetro. Así que he tardado como media hora en recorrer la distancia que me separaba de “El Chato” (restaurante “imprescindible” al que no pueden faltar si van por Cádiz) en una agradable y tranquila carrera. Por el camino he encontrado a la otra fauna que es la del paseante. Mas hombres que mujeres y mas, prácticamente todo, personas jubiladas que ya no tienen que levantarse para trabajar pero que les gusta hacerlo para pasear.
La vuelta desde “El Chato” la he realizado ya andando, que uno no está para muchos mas trotes, contemplando toda la vista de Cádiz, desde “La Cortadura” hasta el castillo de San Sebastián. Impresionante vista que tienen ustedes en la foto de cabecera.
Ese ha sido mi recorrido por la playa esta mañana temprano. Después, con un calor que derrite las calles, hemos dado una vueltecita por Cádiz, o sea por el centro, para comprar algunos libros en mis librerías de cabecera como son Quórum y Jaime, que resultan siempre de visita obligada. Paseíto por las calles del centro, Columela, Palillero, Plaza las flores (el mercado sigue a buena marcha su remodelación), Ancha, Plaza Mina y después cervecita en la Plaza San Francisco.
Un buen comienzo de vacaciones, sin duda.
© Alfonso Merelo 2008
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