525. Palomitas en el Enterprise
Hace tiempo que dije que no volvería a ver una película de Star Trek, y lo había cumplido hasta ahora, entre otras cosas porque desde 2002 no se había estrenado ninguna, por suerte para todos. Y digo por suerte porque las películas cinematográficas de la saga eran ya un despropósito indigno de los seguidores de la franquicia de la Paramount (sobre todo las dedicadas a la “nueva generación” salvo “Primer contacto” que era bastante digna).
Pero la carne es débil y he claudicado y visto la nueva película de la saga titulada Star Trek (2009). Quizá sea conveniente analizar la misma sin la premisa de las anteriores series o filmes, ya que el propio director comenta que ha reinventado, o intentado, la serie y los personajes. Intentaré hacer una “crítica” de la película que acabo de ver sin tener en cuenta lo que conozco de toda la franquicia.
El resumen del film es sencillo, muy sencillo: una nave espacial, de una raza llamada romulana, ataca a otra nave humana destruyéndola. En el curso de la batalla descubrimos que la nave procede del futuro y que planea una venganza. La acción se traslada a unos años después en la que el protagonista James T. Kirk ingresa en la denominada Flota Estelar. Vemos tambien como otro personaje, Spock, vive una infancia torturada por su condición de mestizo en su planeta natal Vulcano. Una amenaza a este planeta hace que los cadetes de la academia de la flota se embarquen en varias naves para ayudar. Kirk se embarca en la nave Enterprise en la que también están el Dr. Bones, la cadete Uhura, el oficial Sulu y el alférez Chejov, además del antes citado Spock, que es pareja de Uhura. El eje de la narración se explica con la aparición de un Spock del futuro que es el desencadenante de todos los sucesos. El enfrentamiento final entre el Enterprise y la nave romulana se estaba viendo venir desde el principio y, como es natural, el director no defrauda ofreciéndolo.
La película es un atractivo envoltorio brillante, lleno de acción, efectos especiales pero vacío de guión y contenido. El espectador que se enfrente a la película sin duda se lo va a pasar bien. Es una space opera muy amena y que se puede ver con una sonrisa en la boca y el envase de palomitas. Es película también para teenagers dada la juventud de muchos de sus protagonistas comenzando por el actor Chris Pine que, aunque tiene 28 años, simula por aspecto a un joven de 21 0 22 cadete en la academia de la Flota Estelar que, por una serie de casualidades absurdas, es ascendido, en primer lugar a primer oficial, y mas tarde a capitán.
Porque hay que tener muy presente que el guión apenas existe ya que se trata de desarrollar un par de anécdotas y presentar a unos personajes. Y no es que me parezca mal, porque divertirse se divierte uno, pero en definitiva estamos ante un episodio piloto realizado con un presupuesto exorbitado para este tipo de producciones. Y es que J.J. Abrams es un gran creador de series de televisión y al piloto de Lost podríamos remitirnos para comprobar su eficacia. Star Trek (2009) es precisamente un gran episodio piloto de una serie que podría llamarse, y se llamará, Star Trek. Decía, que el guión es inexistente prácticamente y de un nimio detalle, el viaje en el tiempo, desarrolla sólo una trama de venganza, chapucera por cierto, que podría haberse contado con más detalle. Un problema grave son las incoherencias con las que el espectador se encuentra. La primera de ellas es meramente de estrategia armamentística, porque que me digan como una nave minera, por muy del futuro que provenga, es capaz de enfrentarse a una flota de guerra. Imaginemos que un petrolero actual se enfrentara a una flota de barcos de guerra del siglo XIX. Les costaría trabajo, pero al final acabarían con él, digo yo. Aparte de eso se hacen concesiones a los espectadores en las que prima la acción, muchas veces injustificada –caso de la persecución en coche del comienzo o la caza del bicho alienígena en el planeta helado- sobre la coherencia narrativa interna. Como en otras muchas películas la casualidad es el motor de todo. Casual es que Kirk esté en el momento oportuno en la taberna, que Pike vea la pelea, que suba al Enterprise porque al Dr. McCoy le cae bien o que encuentre a Spock “uno” en el planeta helado al que lo ha “desterrado” Spock 2. Demasiadas casualidades y deus ex machina para que la película se tome en serio a si misma.
Pero, pese a todo, la película consigue que al salir de ella se halla pasado un rato agradable sin mas pretensiones filosóficas. Cine de consumo, fácilmente digerible y que está bien cocinado dado el resultado que se busca.
Lo escrito anteriormente valdría para justificar una película nueva que iniciara un ciclo de ellas, pero esta película se llama Star Trek y por tanto hay que considerar que tiene un bagaje y un poso de 40 años a su espalda. Abrams sencillamente ha dinamitado todo lo conocido del universo Trek y ha reinventado Star Trek desde otra óptica mucho mas lúdica y aventurera que las anteriores series y películas. Es curioso pensar como el personaje de Spock “uno” es el único enlace con una línea temporal alternativa donde podrían haberse realizado las aventuras del Enterprise de diferente manera. Esa es la gran aportación de Abrams: ha usado el marco y ha tirado la pintura para dibujar una nueva tela que, podrá ser peor o mejor, pero está claro que no se parece en casi nada al cuadro original.
El tiempo dirá si la maniobra era necesaria, en todo caso el primer acercamiento a la nueva serie es lo suficientemente interesante para tener interés en ver cómo continua en el futuro.
© Alfonso Merelo 2009
6 comentarios
Tremendelirius -
La pelicula me ha venido muy bien para conocer mejor a los personajes y picarme, si cabe, un poco más por la serie.
Enhorabuena por el blog.
AMS -
Jose Joaquín -
Jose Joaquín -
Mario Moreno Cortina -
Ójala se convirtiera en serie de TV.
Mi crítica está en BEM.
Salu2.
Anónimo -