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- MEMORANDO -

509. Gran Torino, Eastwood en estado de gracia.

 

No se si sabrán que el coche que Starsky y Hutch usaban en su serie era un Ford modelo Gran Torino del 75. Ese modelo, que se comenzó a fabricar en 1968, es uno de los macguffin de la última película dirigida por Clint Eastwood. Si el coche de los dos policías de pantalón de campana y patillas exageradas era una horterada que todos los horteras se apresuraron a imitar (los Renault 12 tuneados de la época eran dolorosos hasta para un adolescente), el coche que aparece en la película es una verdadera belleza. Pero no crean que esto va a ser un artículo sobre las bondades de los diferentes modelos del coche Ford. En realidad se trata de glosar la película que el viejo Clint nos ha dejado para la posteridad.

Si me lo permiten, voy a emitir, así de entrada, un juicio de valor,  a los que soy poco dado, al menos en público,: “Gran Torino” es una obra maestra.

Dicho esto creo que no tengo nada más que decir, si acaso justificar de alguna manera esta afirmación anterior. Pero eso supone un gran trabajo intelectual y no se si estaré a la altura de las circunstancias. Porque una cosa es que te haya gustado una película y otra intentar convencer con razonadas exposiciones a los demás que ésta es lo que se afirma que es.

De partida nos encontramos con un director que ha realizado una carrera excepcional en ese campo y que nos brinda una obra crepuscular que remata su carrera como actor. Eastwood ha afirmado que esta es su última película como actor, sus 80 años no se notan en exceso, aunque seguirá dirigiendo filmes –su próximo proyecto es un biopic  sobre Nelson Mandela-. La obra sólo es crepuscular en el sentido de este abandono, porque si por crepuscular entendemos  que tiene poco brillo desde luego no se puede decir que esta palabra sea la definición que mas cuadre al film.

El Gran Torino es de una belleza fascinante. En pocos decorados, apenas dos calles, dos casas y algún escenario mas como la barbería, Eastwood se dirige a si mismo, y a un grupo de actores que son desconocidos en su mayoría, en un espectáculo de introspección maravilloso. En las dos horas que dura el metraje vemos pasar muchos de los tics que el actor ha protagonizado a lo largo de su extensa carrera. Es mas Frankie Dunn o William Munny (Million dollar Baby y Unforgiven) que Harry Callahan o John Wilson (Dirty Harry  o White Hunter Black Heart), aunque el personaje del “polaco hijo de puta” de Walt Kowalsky es, sin duda, un compendio de todos ellos pasado por el tamiz de la madurez reflexiva. Este personaje es duro, pero tierno a la vez. Violento, pero suave. Conservador y el mas progresista. Desagradable y entrañable. Que esto se consiga demostrar de manera inequívoca a lo largo del metraje da una idea de que lo que el espectador está viendo es una película casi perfecta.

 

Si el personaje principal se establece como el referente de la historia, y nos identificamos con ese viejo luchador, los personajes secundarios son asimismo un increíble retablo de registros. Así un sacerdote recién salido del seminario que quiere hacer las cosas como le han enseñado se encontrará con un parroquiano escéptico  que le enseñará nuevos caminos. Un vecino, Thao, aprendiz de pandillero, de la etnia hmong, verá como su vida cambia radicalmente al encontrar en Walt un mentor. La hermana de Thao se convertirá en el enlace entre el mundo del veterano soldado en Corea y el mundo de los “rollitos de primavera”, como él llama a todos los orientales.  Estos tres personajes fundamentales se ven acompañados por otros igualmente interesantes. Curiosamente los que resultan personajes patéticos, e incluso con  interpretaciones rallando en lo molesto, son todos los “malos”, los pandilleros de varios colectivos que son estereotipos paródicos. Si todo está cuidado en la película, es incompresible que éstos estén tan descuidados salvo que sea intención del director.

 

El final, por esperado, no resulta menos impactante con una escena en la que el espectador está esperando que sea otra la actitud de Walt, aunque sabe que por el camino que nos ha descrito Eastwood, esa postura es imposible.

 

Como curiosidad extraña hay que comentar que en la película no aparecen teléfonos móviles ni ordenadores. Incluso en una escena en la que el móvil parecería imprescindible se localiza a una persona, o se intenta, por medio del teléfono convencional. Y no, no trascurre en un pasado reciente. Tenemos televisores de plasma y coches modernos. La ausencia de esta tecnología debe ser una imposición del director, supongo. ¿Por qué? Pues no lo se. Seguro que no tiene mayor importancia

 Espero poder ver Gran Torino en versión original, porque, quitando a Constantino Romero tan eficaz como siempre, hay doblajes que son lamentables rozando lo patético.

Aún con ese -grave- defecto no achacable al director, esta película es de las imprescindibles de esta temporada. No se la pueden perder.

© Alfonso Merelo 2009      

 

 

 

 

12 comentarios

rosibel -

Me encanta, soy su admiradora. Lo tiene todo, un cuerpazo perfecto y un rostro hermosísimo. No se que tiene esta hombre que entre mas pasa el tiempo mas bello y atractivo se pone, sencillamente es alguien espectacular. Sin duda el mejor especimen de la humanidad muebles

AMS -

¿Firefox? Lease el comentario de mas arriba.
El torino es una obra mestra para despedirse y decir ¿y ahora qué con todas vuestros efectos y mariconads? Para hacer una pelicula solo hay que tener uno poquito de sensibilidad y saber actuar. Cretinos toos. Espero que le den el año que viene varios oscares, o mejor todos :)

Mario Moreno Cortina -

Por fin Clint ha quemado un puente. Que ya era hora, coño, que a los machos nos tenía abandonados.

No me confundas con el Manu, tron, que no te he hecho nada...

En cuanto a Clint y la CF, tronco, te voy a dar un tirón de orejas por olvidarte de Firefox que, vale, es un truño, pero es CF.

Salu2.

AMS -

Pero es que la sabiduría del gran firloyo emana de San Philip K. Dick y de sus idas de olla.

Manuel Nicolás -

Más bien "Firloyano".

Anónimo -

A mi no me llames viejuno. No tengo la culpa si falsificas el nombre de Manuel y su estilo.
Te recuerdo que nunca me equivoco.
¿A que es muy Dickiano?

Manuel Nicolás -

No ha sido Mario, he sido yo, Firloyo, que estás viejuno.
Me refería a Clint como director, soy consciente de que no puede hacer de Burton, ni del prota de "La interminable", ni, of course, de Ender.

AMS -

Hay que verla sin falta. Es de las pelis que te reconcilian con el cine americano actual.
Pro cierto Mario ¿A mis cuerpos diversos :)? ¿Con Clint haciendo de Burton? En el juego de Ender ya no lo veo. Demasiado viejo. Salvo que la dirija, claro.
Tambien hizo una de semi CF "Firefox, el arma definitiva" creo que era.

manolo g. -

Bueno, pues habrá que ir a verla!!!

Manuel Nicolás -

Lo único que lamento es que nuestro Clint no se haya interesado por la Cf, salvo Cowboys del espacio.
Anda que no podría haber llevado a la pantalla "La Guerra Interminable", "A mis cuerpos diversos" o incluso "La Guerra de Ender".
En fins, un hurra por nuestro Clint, ya sea Kowalsky, Harry Callahan o William Munny".
Con esta peli sí que nos has alegrado el día.

Anónimo -

Es una gran película. Para verla de rodillas en un reclinatorio :)

Carlos -

Muy de acuerdo contigo. "Gran Torino" es una joya, que con pocos elementos, Clint los maneja con una maestría enorme. Quizá sea la última vez que lo veamos en la pantalla grande. Esperemos que como director siga en la brecha.