641.La radionovela de ciencia ficción española: Historias para imaginar
Este artículo se publicó en la revista Quaderns de filologia. Estudis literaris, Nº 14,
publicado por la Facultad de Filología de la Universidad de Valencia en diciembre de 2010
RESUMEN
Es prácticamente desconocido el hecho de que en los años del auge de la radio en España se serializaron algunas obras de ciencia ficción. Se pretende en este artículo estudiar una “radionovela” que estuvo en antena durante dos temporadas, en 1974, y que llevó por nombre Historias para imaginar El estudio se centra en las adaptaciones que se realizaron para el programa de relatos clásicos de la ciencia ficción, como La tercera expedición, El cohete, o La alarma y otros creados específicamente para su emisión, caso de El extraño Sr. Kellerman o Los bulbos.
Cuando hablamos de ciencia ficción casi siempre se suele hacer referencia a que su soporte es o bien literario o bien audiovisual, en este último caso ya sea en el cine o en su hermana pequeña la televisión. Y, como caso especial, también se asume que estos temas puedan tener su desarrollo en las historietas en sus diferentes clasificaciones como la superheroica. Poco se repara en el hecho de que la ciencia ficción ha dispuesto de una parcela, bien es cierto que escasa, en otro medio de comunicación de masas como es la radio. En esta estudio revisaremos una de las manifestaciones “teatrales” que la radio española emitió en la década de 1970.
1.1 La radionovela de ciencia ficción en el mundo anglosajón.
En la radiodifusión de USA los programas patrocinados por anunciantes fueron una constante en las décadas de 1930 a 1940. Las radionovelas, o teatros radiados, fueron llamados “soap opera”[1] y tuvieron una gran aceptación entre el público norteamericano de preguerra. De estos espacios formaron parte actores tan conocidos como Groucho y Chico Marx, en una delirante sátira de abogados titulada Flywheel, Shyster, and Flywheel emitida en 1932, Bob Hope o los cómicos Abbot y Costello.
En el campo que nos ocupa hubo adaptaciones radiofónicas de seriales cinematográficos, originalmente historietas, tan conocidas como The Shadow, Doc. Savage, Buck Rogers in the Twenty-fifth Century, Flash Gordon o Superman, cuya cabecera de presentación haría famosa la frase: “¡Up in the sky—look! ¡It’s a giant bird! ¡It’s a plane! It’s SUPERMAN!” (¡Mira arriba en el cielo!, ¡es un pájaro gigante! ¡Es un avión! ¡Es Supermán!)- .
Sin lugar a dudas la más famosa de las novelas o teatros de la radio norteamericana fue La Guerra de los Mundos[2], en una adaptación de Howard Kochc y John Houseman con música del compositor Bernard Hermann. En 1938, en la noche de halloween concretamente, el país, USA, entró en un estado de pánico generalizado. Orson Welles sería el artífice de esta interesantísima producción que consiguió convencer a los oyentes de que los marcianos habían aterrizado en New Jersey y estaban destruyendo la nación. El clima de preguerra tuvo mucho que ver con este pánico que demostró que se puede inducir al estado de histeria colectiva a cualquier población lo suficientemente motivada y crédula. Los oyentes que se incorporaban a la escucha una vez comenzada la transmisión (en el comienzo se especificaba perfectamente que era una dramatización) quedaban horrorizados por la verosimilitud que desplegaban los actores del Mercury Theatre On The Air [3]. Esta efectividad demostró que los medios de comunicación eran un vehículo imprescindible para la propaganda y el adoctrinamiento.
En Europa la BBC británica realizó una adaptación de la obra teatral R.U.R (Robots Universales Rosum) del autor checo Karel Capek, la obra donde se “crea” la palabra robot[4]. También se dramatizaron algunas de las historias del conocidísimo Dr. Who[5] con la participación de Vincent Price y Peter Cushing, y adaptaciones de clásicos de la literatura de ciencia ficción como El día de los trífidos[6] que data de 1968.
1.2 La radionovela en España
En la España de la posguerra la radio fue uno de los más importantes vehículos de comunicación social, diríase que casi único. Hasta la aparición de la televisión, a finales de la década de 1950, ésta se convirtió en instrumento de ocio para todos los españoles, y, asimismo, de eficaz vehículo propagandístico del régimen franquista. Los años que comprenden las décadas de 1940 y 1950 fueron los años de la radio española. Una programación variada congregaba y acogía en torno a ese mágico aparato, con sus válvulas de vacío, sus interferencias y sus sonidos estridentes, a toda la familia, que escuchaba con reverencia lo que por ella sonaba. El aparato de radio era un sucedáneo del tótem tribal al que todos los miembros de la familia prestaban una gran atención.
Muchos de los programas en esos años consistían en emisiones patrocinadas por anunciantes que, al amparo de sus marcas, daban premios en concursos o sonaban a través de las hondas sus sintonías en los más variopintos programas. Este recurso, el del patrocinio, fue una importación directa de los Estados Unidos, como ya hemos comentado, que el medio español acogió con gran entusiasmo
Repasando la historia de la radio en España, vemos que los derroteros que ésta sigue son un tanto diferentes a los de otros países del entorno occidental. La Guerra Civil marca un punto de inflexión en el que el Estado se apodera del medio a través de la obligatoriedad de conexión con Radio Nacional de España en todo lo referente a informativos. Se produce, por consiguiente, una autarquía informativa en la que sólo las noticias oficiales y oficialistas son radiadas por todas las emisoras. El famoso “parte”, el diario hablado de Radio Nacional de España, se convierte en uno de los iconos sonoros de la época.
Puesto que el margen de maniobra, fuera de estos oficialismos, es escaso, las radios comerciales, comandadas por la cadena SER, han de inventar formulas diferentes para llenar sus programaciones. Entre los presentadores de la época destacó Bobby Deglané (Iquique, 1905 – Madrid 1983) que, en palabras de Luis del Olmo, fue
[…]aquel trabajador infatigable, que inventó la radio comercial en España, fue un obrero que amasaba cada día el pan de la alegría para repartirlo en un país de hambre y de tristeza, en la “larga noche de piedra” en que salía el sol cuando, en la radio, se anunciaban las “cabalgatas” de Bobby Deglané, y aquellos microespacios o secciones ( "Millonario por siete días”, “Radiopatrulla”, “Manos blancas no ofenden”, “Lo dobla o lo lleva”, “El enigma de medianoche”....) que eran, para millones de españoles - rojos o azules, civiles o militares, altos o bajos, de la aldea o de la ciudad...- el mayor espectáculo del mundo[7].
En estos programas de puro entretenimiento, lo que ahora llamaríamos magazines, se le unieron prontamente las radionovelas. Seriales como, Lo que nunca muere, La sangre es roja, Ama Rosa, El criminal nunca paga, Un arrabal junto al cielo, Matilde, Perico y Periquín, Lucecita o La saga de los Porretas (esta última mucho mas reciente), han sido referencias para dos generaciones de españoles. Estrellas de la voz como Juana Ginzo, Pedro Pablo Ayuso, Matilde Vilariño o Matilde Conesa usaron sus habilidades de dicción y de actuación para crear unos personajes entrañables, que resultaban muy creíbles para aquellos oídos ansiosos de emociones y de distracción.
En la época del auge de las radionovelas, hay una, tal vez la única, que claramente pertenece al género de CIENCIA FICCIÓN; la conocidísima en la época Diego Valor. Diego Valor es una radionovela de factura netamente española, aunque no puede sustraerse de las influencias anglosajonas. Producida por la Cadena SER, permanece en antena durante cuatro temporadas: desde finales de 1953 hasta junio de 1958. La serie constó de cuatro títulos: Diego Valor, Diego Valor y el Príncipe Diabólico, Diego Valor y el Misterio de Júpiter y Diego Valor y el Planeta Errante. Fueron un total de 1200 episodios, que se emitían a las doce del mediodía, en su arranque, para continuar al poco a las siete y cuarto de la tarde, inmediatamente después de otra famosa serie como fue Dos hombres buenos del famoso José Mallorquí[8]. La historia se centra en las aventuras de Diego Valor, cosmonauta español, que viajará por el espacio “cósmico” viviendo innumerables aventuras. El origen de la serie se puede remontar a los “comics” británicos titulados Dan Dare, piloto del futuro[9], que también fueron serializados por la BBC. La cadena SER se hizo con los derechos y Enrique Jarnés Bergua se encargó de hacer originario de España al personaje y de adaptarlo a la idiosincrasia patria. El personaje, acompañado de sus fieles compañeros Portolés, Laffite y Beatriz Fontana, su novia, vivirá aventuras en un planeta Venus habitado por varias razas enfrentadas entre sí, situación que recuerda, sin duda, a las aventuras vividas por Jonh Carter[10].
2. Narciso Ibáñez Serrador
El género fantástico en España debe mucho, casi podríamos decir que exclusivamente, de su implementación los años 60 a Narciso Ibáñez Serrador. Este self-made-man pertenece a una familia íntimamente relacionada con la escena. Su padre, Narciso Ibáñez Menta, y su madre, Pepita Serrador, fueron grandes actores de teatro, primero en Uruguay, país natal de Ibáñez Serrador, y más tarde en la propia España. Nació en Montevideo en 1935 y después de la separación de sus padres, viajó a España, acompañando a su madre, donde se integró en la compañía de teatro de ésta, al principio como actor y posteriormente como adaptador y director. Volvió de nuevo a Sudamérica, concretamente a Argentina, requerido por su padre que estaba en aquella época trabajando para la televisión de aquel país. Integrado en el mundillo televisivo argentino, realiza para ésta televisión, a finales de los años 50, una serie titulada Obras maestras del terror. En esta serie se efectuaron adaptaciones de relatos escritos por Edgar Allan Poe o Robert Louis Stevenson. En 1960 realizó El fantasma de la ópera, una serie basada en la novela de Gastón Leroux, que tendría un enorme éxito de audiencia. En 1962 sería en la serie Mañana puede ser verdad, donde comenzaría a desarrollar para televisión su gusto por la ciencia ficción.
Ibáñez Serrador recibe una oferta de Televisión Española para hacer Mañana puede ser verdad en España. Realmente esta serie fue un remake de la ofrecida en Argentina. Además contó con el protagonismo en muchos de los episodios de su padre Narciso Ibañez Menta, protagonista también de la serie original. A mediados de los años 60, concretamente en junio de 1966, se estrena la primera parte de la serie “Historias para no dormir”, que constará de varias etapas o temporadas en diferentes años. Uno de los primeros episodios El asfalto, con guión de Carlos Buiza, consigue ganar la Ninfa de Oro en el festival de Montecarlo de 1967. En 1968 realiza otra serie para Televisión Española con gran éxito de audiencia titulado ¿Es usted el asesino?, en la que se narra durante nueve episodios la investigación del asesinato de un rico banquero. En esta serie fue fundamental la intervención protagonista, una vez más, de Narciso Ibáñez Menta.
En el cine sólo realizará dos largometrajes, ambos éxitos destacados en su época: La residencia y ¿Quién puede matar a un niño? La primera narra los hechos extraños de una residencia para señoritas en el siglo XIX y la segunda una singular, y macabra, “rebelión” de niños en una isla del Mediterráneo.
Posteriormente llegaría el gran éxito del concurso televisivo 1,2,3 responda otra vez, que permaneció en antena desde el año 1972 hasta 1994, en diferentes períodos.
3. Historias para imaginar.
La primera etapa de 1,2,3 responda otra vez termina para TVE en abril de 1973. Es en este intervalo entre las temporadas del concurso, que se reanudaría en 1976, cuando Ibáñez Serrador inicia su colaboración con Radio Nacional de España, creando para el horario nocturno del domingo, y después de los resúmenes de los partidos de fútbol de la jornada, la radionovela titulada Historias para imaginar.
El formato se alejaba, en parte, de los acostumbrados en la radiodifusión española hasta la época. En primer lugar los episodios eran autoconclusivos[11]. La norma en la radionovela española, heredada de los filmes por episodios o “jornadas”[12], era que el relato continuara de un episodio a otro, dejando al oyente con la intriga de la solución al final de cada programa. Por otra parte, la mayoría de los episodios eran adaptaciones de relatos escritos por conocidos autores tanto españoles como extranjeros, a diferencia de la radionovela clásica que se nutría de guionistas que elaboraban historias originales. Los diversos episodios son avalados por nombres como los de Ray Bradbury, Edgar Allan Poe, Gastón Lerroux, Robert Bloch y, entre los hispanos, el propio Ibáñez Serrador, Joaquín Amichatis o, como curiosidad, Fernando Jiménez del Oso que, en la época, ya era un “reconocido” parapsicólogo.
Ibáñez Serrador fue el artífice máximo, y casi único, de esta serie. Sobre él recayó la responsabilidad de ser el director de la misma, guionista y adaptador de la mayoría de los episodios bajo su identidad de Luis Peñafiel[13]. Como guionista fue creador de nueve de los episodios. La mayoría de estas adaptaciones son reelaboraciones que se emitieron anteriormente en televisión, tanto en Argentina como en España. En estas adaptaciones hay que considerar que la experiencia del director en ese campo es máxima y, por tanto, el resultado final solo puede ser calificado de óptimo.
3.1 Los autores
El director es un gran fabricante de artificios como ha demostrado en innumerables ocasiones. En ésta no podía ser menos y prácticamente se limitó a adaptar, con gran acierto eso si, programas que ya habían tenido un gran éxito en otros formatos, concretamente en la televisión. Sus experiencias en la televisión Argentina y Española, le habían proporcionado un bagaje de buenas historias que resistían cualquier revisión. Así, en estas nuevas “Historias para imaginar”, volvió a recuperar sus viejos éxitos acomodándolos al formato radiofónico. Relatos como El fantasma de la ópera de Gastón Lerroux, El tonel -adaptación de La barrica de amontillado- de Edgar Allan Poe, La zarpa –adaptando el relato La pata de mono- de William W. Jacobs fueron algunos de los mas conocidos que se emitieron en esos años.
Ibáñez Serrador es un gran conocedor de algunos autores clásicos de la ciencia ficción anglosajona. Entre ellos sin duda, y a juzgar por sus muchas adaptaciones, su favorito era Ray Bradbury (USA 1920-). Este autor es el creador de algunas de las mejores y más reconocidos relatos de ciencia ficción que son considerados ya clásicos del género. Es también un autor reconocido en los ámbitos mas generales de la literatura, el denominado “mainstream” y como escribe Pablo Cappanna[14] «... es una auténtica personalidad poética que canaliza todos los temas de autores anteriores en función de una sensibilidad muy personal y una actitud de rebeldía ante el american way of life ». Su amplia producción literaria se basa sobre todo en los relatos o cuentos cortos, aunque también escribe novela. Entre éstas últimas la mas conocida es Fahrenheit 451, publicada en 1953 y que fue llevada al cine por François Truffaut en 1966. Crónicas Marcianas[15] es su otro gran clásico, aunque en este caso se trata de una recopilación de relatos escritos en diversas revistas del género desde el año 1946 hasta 1950. Sobre la obra Jorge Luís Borges escribía[16]:
¿Qué ha hecho este hombre de Illinois, me pregunto al cerrar las páginas de su libro, para que episodios de la conquista de otro planeta me pueblen de terror y de soledad? ¿Cómo pueden tocarme estas fantasías, y de una manera tan íntima? Toda literatura (me atrevo a contestar) es simbólica; hay pocas diferencias fundamentales y es indiferente que un escritor, para trasmitirlas, recurra a lo fantástico o a lo real, a Macbeth o a Raskolnikov, a la invasión de Bélgica en agosto de 1914 o a una invasión de Marte. ¿Qué importa la novela, o la novelería de sciencie-ficction? En este libro de apariencia fantasmal, Bradbury ha puesto sus largos domingos vacíos, su tedio americano, su soledad, como las puso Sinclair Lewis en Main Street.
La lírica de la obra de Bradbury es una de sus principales cualidades para ser adaptada con relativa facilidad al medio radiofónico que nos ocupa.
Arthur C. Clarke es otro de los autores adaptados, aunque habría que puntualizar que su único relato adaptado El centinela lo es de una manera muy libre en el episodio La alarma. Además, la serie se nutre de autores hispanos como el propio Ibáñez Serrador, Joaquin Amichatis o Jiménez del Oso.
3.2 Los actores
En las cadenas de radio, existía, habitualmente, un cuadro de actores de plantilla que se encargaban de prestar sus voces a las radionovelas producidas por sus emisoras. También se contaba en muchos casos con voces invitadas, actores y actrices de renombre, que colaboraban puntualmente en algunas de las producciones. En Historias para imaginar el actor invitado estelar fue Narciso Ibáñez Menta (1912-2004), padre del realizador, y colaborador con su hijo en muchas de las producciones de éste. Prácticamente participó en todos los episodios, generalmente en el papel estelar, prestando su particular y profunda voz en multitud de personajes, desde Eric, El fantasma de la ópera, hasta el capitán John Black componente de La tercera expedición. Su variado registro como actor le permitía asumir roles muy diferentes, aunque su entonación vocal lo hacía particularmente apto para las narraciones terroríficas. Además de Ibáñez Menta, otros extraordinarios actores contribuyeron a que la serie fuera de una alta calidad. Enric Arredondo, Carlos Lemos, Daniel Dicenta, José María Escuer, Aurora Redondo, o María Fernanda D´Ocon fueron algunos de los actores mas conocidos de la época que participaron en las grabaciones. Pero otros jóvenes se promocionaban en estos programas; entre los que llegaron a ser mas populares estaban Jesús Puente, Luís Varela, Emilio Gutiérrez Caba, Carlos Ballesteros, Maria Luisa Merlo o Carlos Larrañaga. Todos ellos fueron posteriormente nombres ilustres de la escena española y, en sus comienzos, compaginaban sus trabajos en el teatro con esta otra forma de teatro radiado.
3.3 Las historias de ciencia ficción
Entre todos los capítulos que se emitieron en la serie un porcentaje muy elevado de los mismos fueron dedicados a la ciencia ficción. De todos los autores que se llevaron a las ondas fue Ray Bradbury el que aportó el mayor número de originales para su adaptación al formato. Algunos de los títulos eran nuevas versiones provenientes de aquel primero programa Mañana puede ser verdad o de las Historias para no dormir. Sin embargo hubo algunas otras novedosas especialmente desarrolladas para el formato radiofónico. En total se contabilizaron siete capítulos inspirados en las historias del autor norteamericano: El cohete, La bodega, La tercera expedición, La sonrisa, La espera, El triángulo y El zorro y el bosque.
La primera de las historias que comentamos, El cohete, está basado en el tituló homónimo publicado en la recopilación El hombre ilustrado [17]. Es la historia de Fiorello Bodoni, un chatarrero, cuya familia tiene un deseo por encima de todos: viajar al espacio. El disponer únicamente de 3000 dólares hace que sólo uno de los miembros de la familia pueda viajar. Para que sus hijos puedan cumplir ese sueño, invierte todo su dinero en construir un cohete que sea capaz de llevarlos a todos. Se trata de una mentira “piadosa” ya que, a base de proyecciones y efectos sonoros, consigue satisfacer la ilusión de los niños sin despegar del patio de su casa. Historia melancólica y de amor paternal. Esta obra fue llevada por primera vez a la pantalla en Argentina y posteriormente sería objeto de una reposición en España. En la versión radiada sería Ibáñez Menta el que interpretaría el papel de Bodoni, mientras que María Fernanda D´Ocon sería su mujer.
La bodega es una adaptación del cuento ¡Muchachos! ¡Cultiven hongos gigantes en el sótano![18]. Estamos ante una historia de invasión extraterrestre por medios “pacíficos”. Los hongos gigantes son una especie parasitaria que se apodera de la mente de las personas que ingieren estas “setas”. El dramatismo se produce cuando los amigos, maridos, la gente en general, comienza a cambiar, a comportarse todas de la misma manera, sin sentimientos. Indudablemente la obra original tiene un débito indudable a la novela La invasión de los ladrones de cuerpos[19] y a la posterior versión cinematográfica del mismo nombre[20]. La invasión solapada también refleja, como muchos autores han mantenido, el temor subyacente de los norteamericanos a la infiltración comunista, son relatos hijos de la guerra fría.
La tercera expedición es uno de los relatos que mezcla sabiamente la ciencia ficción con el misterio y el terror. Pertenece a Crónicas marcianas y es uno de los relatos más brillantes de toda la novela. En él se narra la llegada de una nave espacial expedicionaria al planeta rojo Fracasadas las dos primeras expediciones, ésta es mucho mas numerosa; al mando el capitán John Black, que encontrará, junto con sus hombres, una extraña ciudad cuyas calles, tiendas, casas y configuración es exactamente igual a la que recuerda el capitán de su ciudad natal. “Este relato es también una historia de terror donde se conjugan los deseos de los terrestres, creer que están el “cielo” cristiano - el relato también se tituló originalmente Mars is Heaven-, con la racionalidad del capitán Black que descubrirá la trama de engaños que han producido los marcianos con sus poderes psíquicos”[21]. Fue, una vez más, Narciso Ibáñez Menta el encargado de poner voz al protagonista, el capitán Black, mientras que Enric Arredondo interpretaba el papel del hermano “resucitado” de Black. Aurora Redondo era la entrañable “abuela” de los dos protagonistas.
La sonrisa[22] es uno de los muchos relatos post-apocalípticos que el autor escribiera Nos encontramos en un futuro en el que la humanidad ha sufrido una gran tragedia y subsiste en pequeños pueblos en los que se produce periódicamente la fiesta de la locura. En esta fiesta se queman libros y cualquier vestigio de la civilización anterior que produjo la ruina de todos. No se permite la medicina, los libros o cualquier otra actividad que tenga relación con la tecnología. Un joven que disiente de estas practicas, se arriesgará para recuperar una sonrisa de un cuadro apunto de ser destruido: la sonrisa de La Gioconda. Asistimos a uno de los temas fundamentales en Bradbury como es la caída de la civilización, y lo que es peor de la cultura. Fahrenheit 451 es su obra fundamental en este aspecto. Un joven Luis Varela[23] interpretaría el papel de Tom, que se arriesga para recuperar la sonrisa perdida en ese mundo gris. Ibáñez Menta, en un papel que le viene a la medida, será una especie de inquisidor, que persigue a los “herejes” que aún conservan recuerdos de nuestra civilización.
La espera es el segundo texto que recoge una historia de Crónicas Marcianas. En este caso el capitán Hataway, comandante de la 4º expedición, regresa a Marte después de una misión de 20 años a Júpiter. Allí encontrará a uno de sus antiguos tripulantes que ha rehecho su vida y fundado una familia. Una vez mas el autor nos habla de la soledad y de la necesidad de compañía y amistad, como puntales de lo que es la humanidad.
El triángulo[24] es uno de los relatos “cristianos” del autor. Una nave de exploración terrestre llega a un planeta en el que sus habitantes viven felices. Un visitante llegó al planeta y mediante sus enseñanzas consiguió el amor universal y la paz. La descripción del viajero les hace intuir a los astronautas que se trata de una reencarnación de Jesús. Continúan el viaje hacia otros planetas siguiendo el rastro del viajero, pero siempre se les adelanta y, cuando llegan a un planeta, acaba de marcharse o de ser “ejecutado”. La Historia es una metáfora de la búsqueda de Dios que, la parecer, nunca llega a ser encontrado.
En El zorro y el bosque [25] se aborda uno de los viejos estereotipos de la ciencia ficción: el viaje en el tiempo. La trama cuenta las ansias de una pareja de un futuro plagado de guerras por encontrar un lugar mejor donde vivir. Será en el pasado, México 1938, donde encontrarán ese lugar. Pero la policía temporal les obligará a regresar a 2155.
El recientemente fallecido Arthur C. Clarke vería adaptada su obra El centinela[26], embrión de la posterior 2001 odisea del espacio. En una muy libre adaptación del relato originario, La Alarma se centra en una mujer que aparentemente ha vivido desde hace 500 años. En su interior un extraño objeto, una pirámide, desencadenará que al intentar extraerla los extraterrestres conozcan el grado de tecnología de la Tierra y obren en consecuencia.
Los relatos originales de los autores españoles que aparecen en la novela son, curiosamente, casi monotemáticos. Se encuadran en las invasiones extraterrestres la mayoría de ellos. Tanto el propio Ibáñez Serrador, en su encarnación de Luís Peñafiel, como Joaquín Amichatis, basan su guión en los contactos con extraterrestres y en las invasiones, casi siempre solapadas, a La Tierra. En la década de 1970 el tema ufológico estaba muy en boga en la sociedad. Escritores, que eran meros charlatanes en la mayoría de los casos, trataban de apariciones de ovnis, abducciones, encuentros con aviones militares etc. Entre la ciencia ficción y las “ciencia paranormales” se produjo un retroalimentación en las que ambas se influenciaban. Muchas de las teorías “esotéricas” están tomadas directamente de la ciencia ficción y muchas de las ideas de ésta parten de lo publicado en revistas y libros de “lo oculto”. No es de extrañar que los extraterrestres de la ciencia ficción resultaran ser en la mayoría de los casos hostiles. Estos guiones originales se fundan en todo en historias en las que la conspiración extraterrestre para conquistar la tierra es habitual. Los relatos que formaron parte de esta categoría fueron los siguientes: La invasión, Los bulbos, El extraño Sr.Kellerman, El colonizador y El examen. En todos ellos el planeta está a punto de sucumbir a la invasión alienígena. Es interesante resaltar que en ninguna de estas historias se ve una salida para la humanidad. La ciencia ficción que practica Ibáñez Serrador es oscura y pesimista. Parece encaminada a “castigar” a los protagonistas sin proporcionar ninguna esperanza. Los bulbos ejemplifica el temor a la uniformidad. Los invasores son parásitos que manejan a los humanos en la línea de la ya comentada La invasión de los ladrones de cuerpo o de Amos de títeres[27]. En los otros capítulos nombrados la mezcla de géneros se convierte en us atractivo como en El extraño Sr.Kellerman, en la que la parapsicología -telepatía, adivinación etc- comparten protagonismo con la invasión. Son, quizá, las obras menos interesantes de esta producción radiofónica.
Conclusiones
La radionovela de ciencia ficción es, a tenor de lo expuesto, un género marginal en todo el mundo y más, si cabe, en España. Los intentos en los años de auge de la radio de emitir programas de entretenimiento dedicados a la ciencia ficción fueron meros experimentos habitualmente coronados con poco éxito. Sólo Diego Valor puede considerarse una radionovela con una aceptación popular notable. Prácticamente no existe otra que se le pueda comparar. Historias para imaginar forman parte de esa pequeña, y desconocida, parcela de la radiodifusión española que entiendo debe de ser rescatada del olvido. Los excelentes actores, la calidad de los guiones y una puesta en escena muy atractiva merecen ser revindicadas y expuestas a la consideración pública. Los episodios grabados y emitidos se encuentran aún sujetos a derechos de autor, por lo que su recuperación para el gran público se hace, de momento, difícil[28]. En esta época, en la que prima lo visual sobre cualquier otro medio de comunicación, se antoja difícil que una redifusión de los programas pudiera ser realizada. Sin embargo, confiemos en que en algún momento del futuro podamos recuperar alguna de estas joyas de la literatura oral.
APENDICE Relación completa de episodios radiados de “Historias para imaginar”.
El orden se ha dispuesto con arreglo a sus fechas de grabación según consta en los archivos de Radio Nacional de España.
Nº | Título | Autor | Interpretes | Fecha Grabación |
1 | El trapero | Narciso Ibáñez Serrador | Carlos Lemos, Daniel Dicenta, Tomas Blanco | 15/12/1973 |
2 | La invasión | Narciso Ibáñez Serrador | Jesús Puente, Enrique Arredondo, José María Escuer | 03/01/1974 |
3 | Va por ustedes | Narciso Ibáñez Serrador | Enrique Arredondo, José Orjas, Gustavo Dore, Rafael Navarro, Matías Prats | 04/01/1974 |
4 | El colonizador | Joaquín Amichatis | Victoria Cristina, Emilio Gutiérrez Caba, Lali Soldevilla, Jose María Escuer, Pedro Sempson, José Moratalla | 08/01/1974 |
5 | El examen | Joaquín Amichatis | Carlos Ballesteros, Aurora Redondo, Victoria Cristina, Pedro Sempson | 12/01/1974 |
6 | El triángulo | Ray Bradbury (Adaptación: Luis Peñafiel) | Carlos Ballesteros, José María Escuer, Enrique Arredondo, Nélida Quiroga, Luis Barbero | 26/01/1974 |
7 | El fantasma de la Opera (7 capítulos) | Gastón Lerroux (Adaptación: Luis Peñafiel) | Narciso Ibáñez Menta, Luis Varela, Felix Navarro, María Massip, Jose María Escuer, Victoria Cristina | 03/02/1974
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14 | La tercera Expedición | Ray Bradbuy (Adaptación: Luis Peñafiel) | Narciso Ibáñez Menta, Aurora Redondo, Enrique Arredondo, Nadia Carresi | 03/03/1974
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15 | El pacto | Edgar Allan Poe (Adaptación: Luis Peñafiel) | Narciso Ibáñez Menta, Enrique Arredondo, Jose María Escuer | 06/04/1974 |
16 | El tonel | Edgar Allan Poe (Adaptación: Luis Peñafiel) | Narciso Ibáñez Menta, Luis Varela, Maria Luisa Merlo | 20/04/1974 |
17 | La promesa | Narciso Ibañez Serrador | María Fernanda D´Ocon, Luis Peña, Sergio Dore | 23/04/4974 |
18 | El muñeco | Robert Bloch (Adaptación: Juan José Plans) | Narciso Ibáñez Menta, Aurora Vicente | 27/04/1974 |
19 | La bodega | Ray Bradbury (Adaptación: Juan José Plans) | Narciso Ibáñez Menta, Susana Canales, Sergio Dore | 04/05/1974 |
20 | La zarpa | William W. Jacobs (Adaptación: Luis Peñafiel) | Narciso Ibáñez Menta, María Fernanda D´Ocon, Enrique Arredondo, José María Escuer | 11/05/1974 |
21 | Donde está marcada la cruz | Eugene O´Neill (Adaptación: Juan José Plans) | Narciso Ibáñez Menta, María Arias, Luis Varela, José Lahoz | 16/05/1974 |
22 | El cohete | Ray Bradbury (Adaptación: Luis Peñafiel) | Narciso Ibáñez Menta, María Fernanda D´Ocon, Angeles Macua | 16/05/1974 |
23 | Los bulbos | Narciso Ibáñez Serrador | Narciso Ibáñez Menta, Carlos Larrañaga | 08/06/1974 |
24 | La pesadilla | Narciso Ibáñez Serrador | Narciso Ibáñez Menta | 22/06/1974 |
25 | La sonrisa | Ray Bradbury (Adaptación: Luis Peñafiel) | Narciso Ibáñez Menta, Luis Varela | 22/06/1974 |
26 | La broma | Robert Alan Arthur (Adaptación: Luis Peñafiel) | Narciso Ibáñez Menta, Luis Varela | 03/07/1974 |
27 | El aniversario | Narciso Ibáñez Serrador | Narciso Ibáñez Menta | 06/07/1974 |
28 | La espera | Ray Bradbury (Adaptación: Luis Peñafiel) | Narciso Ibáñez Menta, Luis Varela | 06/07/1974 |
29 | El regreso | Fernando Jiménez del Oso (Adaptación: Luis Peñafiel) | Narciso Ibáñez Menta | 13/07/1974 |
30 | El extraño Sr.Kellerman (El fin empezó ayer) | Narciso Ibáñez Serrador | Narciso Ibáñez Menta, Aurora Vicente | 13/07/1974 |
31 | La alarma | Narciso Ibáñez Serrador, adaptación libre del relato el Centinela de Arthur C. Clarke | Narciso Ibáñez Menta, Aurora Vicente, José María Escuer | 15/07/1974 |
32 | El museo de cera | Anthony Burrage (Adaptación: Luis Peñafiel) | Narciso Ibáñez Menta, Luis Varela | 20/07/1974 |
33 | El zorro y el bosque | Ray Bradbury (Adaptación: Luis Peñafiel) | Narciso Ibáñez Menta, Luis Varela | 20/07/1974
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34 | El hombre que vendió su risa | Robin Mann (Adaptación: Luis Peñafiel) | Narciso Ibáñez Menta, Sergio Dore, Mimi Muñoz | 22/07/1974 |
35 | El cuervo | Narciso Ibáñez Serrador | Narciso Ibáñez Menta, Sergio Dore, Luisa Sala | 23/07/1974 |
Bibliografía
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Cordero, Aida. El fantástico de Narciso Ibáñez Serrador. Área Abierta nº 17
Díaz, Lorenzo: La radio en España (1923 - 1997 ). Alianza, Madrid. 1997.
Escurra, Luis: “Historia de la radiodifusión española. Los primeros años.” Editora Nacional, Madrid. 1974.
Merelo, Alfonso. Crónicas Marcianas. Vórtice nº 4. Granada 2005
[1] Las “soap opera” eran seriales radiofónicos diarios patrocinados por marcas de jabones, que compartían muchas características con los seriales de las revistas de ciencia ficción como era la de encadenar constantes momentos dramáticos para conseguir la atención del lector/oyente.
[2] The War of the Worlds, H. G. Wells, 1898.
[3] La compañía de actores fue fundada por Orson Welles en 1938. A través de la CBS se retransmitieron en sindicación obras como Drácula, La isla del tesoro, Historia de dos ciudades, Los 39 escalones, Abraham Lincoln o El Conde de Monte Cristo.
[4] El término “robot” proviene de la palabra checa “robota” cuyo significado es siervo de la gleba.
[5] El Dr. Who es el icono por excelencia de la ciencia ficción británica. El personaje, creado para la BBC en la década de los 60, es un “Señor del tiempo” capaz, gracias a una máquina del tiempo llamada TARDIS, de desplazarse a diferentes periodos históricos. Esta serie tiene continuidad hasta el día de hoy en el que se siguen produciendo episodios.
[6] The Day of the triffids. John Wyndham 1951
[7] Del Olmo, Luis. Punto Radio. 16/11/2005
[8] José Mallorquí fue el creador del famoso personaje El coyote. Como autor de ciencia ficción participaría en la creación de la colección Futuro y del personaje Pablo Rido, el viajero del tiempo.
[9] Dan Dare se publicó por primera vez en la revista británica Eagle en 1950. Sus creador fue Frank Hampson y en 1951 radio Luxemburgo emitiría durante dos años una serialización del personaje, con capítulos semanales de 15 minutos, titulado “The New Adventures of Dan Dare, Pilot of the Future”
[10] La aventuras de Jonh Carter de Marte son una serie de novelas escritas por Edgar Rice Burroughs. El personaje aparece en 1911 con la publicación de “A Princess of Mars”. A esta novela le seguirían los títulos “Gods of Mars” (1918), “The Warlord of Mars” (1919), “Swords of Mars” (1936), “Llana of Gathol” (1948), “John Carter of Mars” (1964), “Thuvia, Maid of Mars” (1920),”Synthetic Men of Mars “(1940). En ellas se narran las aventuras del citado Carter trasportado al planeta Barsoom, Marte, donde se erigirá en líder de las diversas razas marcianas.
[11] La excepción se produjo con la serialización de la novela El fantasma de la ópera, clásico de la literatura folletinesca francesa. Fueron 7 episodios en los que Narciso Ibáñez Menta interpretó el papel del fantasma, Luis Varela fue Raoul de Chagny y María Massip Christine Daaé.
[12] “Una de las principales características técnicas del serial era su propósito de enganchar al espectador, de manera que éste se viera en la obligación de continuar el visionado del film. La técnica consistía en dejar el final de cada uno de los episodios totalmente abierto, de manera que el héroe, o heroína, se encontrara en una situación peligrosa, generalmente a punto de morir, que se resolvería siempre la comenzar el siguiente capítulo.” Merelo, Alfonso. “Continuará”, Galaxia nº 16 2005.
[13] Luis Peñafiel es el tercer nombre y el cuarto apellido de Ibáñez Serrador respectivamente. Como guionista o adaptador siempre ha firmado bajo ese seudónimo.
[14] Capanna, Pablo. El sentido de la ciencia ficción. Columba. Buenas Aires 1966
[15] Martian Chronicles. Doubleday 1950
[16] Borges, J. Luis, en prólogo a la edición española de Crónicas Marcianas. Pg. 4 Minotauro. Buenos Aires 1955
[17] The ilustrated man 1951, Doubleday & Co., Inc., Garden City, NY.
[18] ’Boys! Raise Giant Mushrooms in Your Cellar!’ , tambien conocida como Come Into My Cellar . 1962 Doubleday & Co., Inc., Garden City, NY.
[19] The Body Snatchers. Jack Finney 1955
[20] The Body Snatchers. Don Siegel 1956
[21] Merelo, Alfonso. Crónicas Marcianas. Vórtice nº 4. Granada 2005
[22] The smile. Ziff Davis. 1952
[23] Actor actualmente muy conocido por su interpretación del personaje de Gregorio Antúnez en la serie de televisión Cámera Café
[24] The Man. Doubleday 1951. incluido en la antología The Ilustrated man.
[25] The Fox and the Forest. Doubleday 1951.Incluido en la antología The ilustrated man.
[26] Sentinel of Eternity. 10 Story Fantasy. 1951.
[27] Heinlein, Robert A. The Puppet Masters. Galaxy Sciencia Ficction 1951. (Las semejanzas de trama con la novela de Finney, The Body Snatchers, hace suponer que el segundo podría conocer la obra del primero. No obstante la novela de Heinlein tiene un fondo más aventurero y de acción, mientras que la de Finney es mas reflexiva y negra en su desenlace.
[28] Con motivo del fallecimiento de Narciso Ibáñez Menta en 2004 se intentó, por parte de los organizadores del XXII Congreso Español de Fantasía Ciencia Ficción y Terror celebrado en Cádiz, efectuar una audición de una de las grabaciones del programa en las que intervenía el actor, a modo de homenaje a su figura. Resultó imposible debido a las restricciones de los derechos de autor.
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