R6. Belen, pastores de Belen
El día del nacimiento de Jesús hubo unos curiosos hechos que no reflejaron los evangelistas. Y por cierto ¿por qué se le llama Jesús de Nazareth si nació en Belén? Pero vamos a lo importante. Una vez nacido el niño fueron a adorarlo un montón de gente que pasaba por allí, incluyendo animales y otros bichos. Lo que voy a narrar a continuación es poco conocido peor no menos interesante.
Después de nacer el niño, María envió a su marido, José –un tipo muy paciente, pero que mucho- a por leña para calentar el pesebre. Mientras que José iba a por el mandado fueron apareciendo los pastores y también muchos ángeles que querían ver al niño. Craso error el de éstos al aparecer por allí. Porque José en cuanto volvió no se pudo contener.
-¿Qué pasa aquí? ¿Eh? ¿Habéis venido a cachondearos? ¡Más recochineo! Estoy hasta los mismos de plumas, de bichos que vuelan y sobre todo de palomas de las narices. Con lo que tengo encima y vosotros llenando de plumas el establo que ya lo había limpiado. Es que me cago en too lo que vuela. La palomita de los cojones me hace lo que me hace y vosotros con las plumitas a dar por saco. Tos pa fuera. ¡A la mierda, so piojosos, cuellos de pollo! O sus vais de aquí, pero ya, o me acerco a la carpintería por un serrucho y esto va a ser peor que la matanza de Texas. ¿Ángeles? ¡Mugrosos! Vestidos con la túnica. ¡Claro como no tenéis sexo podeis ir volando por ahí medio en pelotas! ¡Pregonaos, zumallos que sois todos unos zumallos! ¡Y el otro capullo con la espadita flamígera! ¡Que te vas a quemar, tontolaba! ¡Que ya no se pue fumar en ningún sitio!
Y los ángeles salieron más que rápido del pesebre, por lo que pudiera pasar. Que tocarle las narices a un hombre tiene su límite.
Y esta es la historia, y así no se la contaron.
© Alfonso Merelo 2011
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