ME LO COMPRO
Estoy entusiasmado.
Ayer escuché un anuncio por la radio. El anuncio era de un aparato que te lo pegas a la barriga o a un biceps y te endiña unas descargas electricas que activan los músculos. Creo que se llama electroestimulación. Como la silla eléctrica, pero en limitado.
Que maravilla. Poder hacer gimnasia en casa, sin moverte y viendo deuvedeses de Buffy, Galáctica o de Casablanca si se tercia. Aunque las primeras, por lo del fantástico, se ajustan mejor al maravilloso aparatito.
Pero ahí no queda la maravilla, porque además de ponerte los abdominales iguales a los de un culturista cualquiera- preparaos este verano-, el aparato incluye una innovación que ha de revolucionar la física de partículas.
El técnico que presentaba el aparato -se llama mariposa maestra pero en inglés (el aparato, no el técnico que se llama Ramiro)- anunció las maravillas de unas ondas exclusivas de revolucionario diseño llamadas orgónicas y bióticas.
Ondas que, dadas sus características, tienen que dar, además de la contracción muscular, gustirrinín porque si no se explica su poco uso. Ya se sabe que todo lo bueno es inmoral, ilegal o engorda.
Y digo yo ¿quien ha sido el descubridor de estas ondas? Que salga pero ya
¿Para cuando el Nobel de física para este noble investigador?
Yo por mi parte estoy perfeccionando una batidora que tiene traspolaciones cuánticas del firlollo septucial. Todo ello basado en la tecnología Warp. Lo que hace a mi batidora diferente es que ahora bate y ahora no bate, pero muy rápido haciendo uso del famoso efecto traspolador del tunel Einstein-Rossen-Podenski.
Pero como todavía no está perfeccionado recomiendo que todo el mundo se compre el cacharro, porque...
¿puede usted vivir sin una mísera onda orgónica en su vida?
Si no la tiene le falta algo.
Y no digamos de la onda biótica, literalmente sirve para todo.
Y digo yo, si estas ondas refuerzan los músculos ¿no reforzaran el...?
Ummmmm
Que idea.
Si sobrevivo se los cuento.
© Alfonso Merelo 2005
Ayer escuché un anuncio por la radio. El anuncio era de un aparato que te lo pegas a la barriga o a un biceps y te endiña unas descargas electricas que activan los músculos. Creo que se llama electroestimulación. Como la silla eléctrica, pero en limitado.
Que maravilla. Poder hacer gimnasia en casa, sin moverte y viendo deuvedeses de Buffy, Galáctica o de Casablanca si se tercia. Aunque las primeras, por lo del fantástico, se ajustan mejor al maravilloso aparatito.
Pero ahí no queda la maravilla, porque además de ponerte los abdominales iguales a los de un culturista cualquiera- preparaos este verano-, el aparato incluye una innovación que ha de revolucionar la física de partículas.
El técnico que presentaba el aparato -se llama mariposa maestra pero en inglés (el aparato, no el técnico que se llama Ramiro)- anunció las maravillas de unas ondas exclusivas de revolucionario diseño llamadas orgónicas y bióticas.
Ondas que, dadas sus características, tienen que dar, además de la contracción muscular, gustirrinín porque si no se explica su poco uso. Ya se sabe que todo lo bueno es inmoral, ilegal o engorda.
Y digo yo ¿quien ha sido el descubridor de estas ondas? Que salga pero ya
¿Para cuando el Nobel de física para este noble investigador?
Yo por mi parte estoy perfeccionando una batidora que tiene traspolaciones cuánticas del firlollo septucial. Todo ello basado en la tecnología Warp. Lo que hace a mi batidora diferente es que ahora bate y ahora no bate, pero muy rápido haciendo uso del famoso efecto traspolador del tunel Einstein-Rossen-Podenski.
Pero como todavía no está perfeccionado recomiendo que todo el mundo se compre el cacharro, porque...
¿puede usted vivir sin una mísera onda orgónica en su vida?
Si no la tiene le falta algo.
Y no digamos de la onda biótica, literalmente sirve para todo.
Y digo yo, si estas ondas refuerzan los músculos ¿no reforzaran el...?
Ummmmm
Que idea.
Si sobrevivo se los cuento.
© Alfonso Merelo 2005
2 comentarios
V. -
LVH -