606. Totenismo tribal
Nunca dejan de sorprenderme ciertas acciones de nuestros representantes políticos o institucionales. Hace nada un alcalde nombró a un pulpo hijo predilecto de un pueblo por no se qué aciertos predictivos, y ayer, el máximo representante del Estado se acerca a una tumba a pedir no se que cosas.
Efectivamente, ayer, día 25 de julio – y para los católicos día de Santiago Apóstol- , el jefe del Estado, el Rey Juan Carlos I, estuvo en Santiago de Compostela. Allí asistió a una ceremonia católica por la que en el denominado año santo o jubilar, se efectúan unas promesas o votos, o peticiones en la supuesta tumba del apóstol.
El Rey de todos los españoles, por imperativo legal de nuestra Constitución, dijo lo siguiente
“Señor Santiago, te ruego nos ayudes a superar las dificultades que afecten a nuestra vida colectiva y a resolver cuanto antes la grave crisis económica que atravesamos”
Pero ¿qué demonios hace el Jefe del Estado, que es aconfesional según tengo entendido, dictando una rogativa? ¿Es que nos hemos vuelto locos?
Si el Rey es católico, lo que me parece muy bien, que acuda a los ritos de su religión, pero que lo haga a título personal y no en nombre de todos los españoles. No se cómo en pleno siglo XXI se pueden efectuar este tipo de declaración de intenciones.
Oiga señor Rey ¡Las supersticiones se las guarda usted para su palacio, que seguro que tiene capilla! A mi no me implique y no hable en mi nombre que me hace quedar como un imbécil.
¡Mira como son los españoles, pidiéndole a un muerto que les ayuda en la crisis económica! ¿No sería mejor que les metieran mano a las SICAV?
¡Esto es España: toros, paella y procesiones! Y cuando se intenta hacer algo mas verosímil te llaman ateo, hereje, rojo o lastres cosas. Y, sí, sería lo mismo si hubiera ido a una mezquita, sinagoga o iglesia mormona. No tiene derecho a hacer esas bufonadas en nombre del Estado.
© Alfonso Merelo 2010
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