LA SILLA VACIA
Como todos sabemos, ayer dejó de existir el Papa Juan Pablo II.
Este último Papa ha sido un de las figuras más influyentes de la segunda mitad del siglo XX. El ser el primer dirigente de la poderosa Iglesia Católica le proporcionó la posibilidad de influir sobre millones de personas, cosa que aprovechó.
El carácter de Juan Pablo II parece que ha sido bastante autoritario.
Poseía unas ideas muy marcadas doctrinalmente y las siguió hasta su muerte.
Además, mantuvo una extraña ambivalencia en sus actitudes. Mientras que en el plano dogmático se mostraba como un ultra conservador - no a casi todos los avances en derechos individuales (homosexuales, libertada sexual...) o científicos como la investigación genética o con células madre, en el ámbito social sus ideas fueron muy avanzadas y progresistas destacándose como un defensor de los mas necesitados de los trabajadores o de la defensa a ultranza de la paz y contar al guerra, de todas, oponiéndose tanto a las barbaridades del comunismo soviético, como a las de los norteamericanos recientemente.
No a la guerra fue su máxima.
Fue, en este aspecto, una de las personas que mas han contribuido a intentar mejorar este mundo de manera constante. Su apoyo a las revindicacines de los trabajadores polacos cuando fue obispo de Cracovia, fueron el comienzo de sus actividades en pro de la democracia y las libertades, al menos en lo que fuera el sector comunista.
Un gesto, por el que siempre se le recordará fuera de la comunidad católica, consisitió en pedir perdón a los judios por que la Iglesia no hubiera hecho mas por ellos en la II Guerra Mundial.
Estos últimos meses, años, fueron de sobresaltos para él. Su mala salud, consecuencia del atentado sufrido, ha sido el motivo para que observáramos espectáculos mediáticos patéticos, protagonizados por una persona que no podía valerse por si misma y que debiera haber sido sustituida hacía ya tiempo. Es posible que la liturgia o la legislación eclesiástica impida el retiro de un Papa, pero hacer apología del sufrimiento, tal y como se ha hecho, me parece que no conduce a hacer mas grande la figura Papal o la imagen de la Iglesia. Aunque hay que reconocer que la Iglesia Católica basa sus iconos precisamente en el sufrimiento. El mensaje de la Iglesia parece que no es la Resurrección de Cristo sino su tortura en la cruz. En vez de un mensaje alegre, la resurrección en definitiva la posibilidad de cambiar hacia mejor- se nos da un mensaje tétrico en un ejercicio sádico y triste. Desgraciadamente ese es el aspecto que ha prevalecido estos últimos meses con el Pontífice. Apología del sufrimiento y arropara el, supuesto, complejo de mártir que el Papa decía tener.
Descanse usted en paz. Se le recordará por sus buenas acciones que fueron muchas.
Y si está usted en lo cierto, y yo equivocado, dígale a quien corresponda que deje de comportarse como un niño malcriado con sus juguetes. Que la humanidad merece un poquito de respeto, haga usted el favor.
© Alfonso Merelo 2005
Este último Papa ha sido un de las figuras más influyentes de la segunda mitad del siglo XX. El ser el primer dirigente de la poderosa Iglesia Católica le proporcionó la posibilidad de influir sobre millones de personas, cosa que aprovechó.
El carácter de Juan Pablo II parece que ha sido bastante autoritario.
Poseía unas ideas muy marcadas doctrinalmente y las siguió hasta su muerte.
Además, mantuvo una extraña ambivalencia en sus actitudes. Mientras que en el plano dogmático se mostraba como un ultra conservador - no a casi todos los avances en derechos individuales (homosexuales, libertada sexual...) o científicos como la investigación genética o con células madre, en el ámbito social sus ideas fueron muy avanzadas y progresistas destacándose como un defensor de los mas necesitados de los trabajadores o de la defensa a ultranza de la paz y contar al guerra, de todas, oponiéndose tanto a las barbaridades del comunismo soviético, como a las de los norteamericanos recientemente.
No a la guerra fue su máxima.
Fue, en este aspecto, una de las personas que mas han contribuido a intentar mejorar este mundo de manera constante. Su apoyo a las revindicacines de los trabajadores polacos cuando fue obispo de Cracovia, fueron el comienzo de sus actividades en pro de la democracia y las libertades, al menos en lo que fuera el sector comunista.
Un gesto, por el que siempre se le recordará fuera de la comunidad católica, consisitió en pedir perdón a los judios por que la Iglesia no hubiera hecho mas por ellos en la II Guerra Mundial.
Estos últimos meses, años, fueron de sobresaltos para él. Su mala salud, consecuencia del atentado sufrido, ha sido el motivo para que observáramos espectáculos mediáticos patéticos, protagonizados por una persona que no podía valerse por si misma y que debiera haber sido sustituida hacía ya tiempo. Es posible que la liturgia o la legislación eclesiástica impida el retiro de un Papa, pero hacer apología del sufrimiento, tal y como se ha hecho, me parece que no conduce a hacer mas grande la figura Papal o la imagen de la Iglesia. Aunque hay que reconocer que la Iglesia Católica basa sus iconos precisamente en el sufrimiento. El mensaje de la Iglesia parece que no es la Resurrección de Cristo sino su tortura en la cruz. En vez de un mensaje alegre, la resurrección en definitiva la posibilidad de cambiar hacia mejor- se nos da un mensaje tétrico en un ejercicio sádico y triste. Desgraciadamente ese es el aspecto que ha prevalecido estos últimos meses con el Pontífice. Apología del sufrimiento y arropara el, supuesto, complejo de mártir que el Papa decía tener.
Descanse usted en paz. Se le recordará por sus buenas acciones que fueron muchas.
Y si está usted en lo cierto, y yo equivocado, dígale a quien corresponda que deje de comportarse como un niño malcriado con sus juguetes. Que la humanidad merece un poquito de respeto, haga usted el favor.
© Alfonso Merelo 2005
2 comentarios
AMS -
LVH -
Servidor no es ni creyente (al menos no de manera ortodoxa) ni, mucho menos, practicante pero a Dios lo que es de Dios.
Un artículo muy interesante Alfonso, honrado y directo.