Hay que fastidiarse
El jueves pasado, día 21 de abril de 2005, se ha votado en El Congreso de
los Diputados, una propuesta de modificación del artículo 44 del Código
Civil en la que se modifica la definición de matrimonio, hasta ahora
"unión de marido y mujer", por una nueva redacción que la convierte
en "unión de cónyuges". Se añade un segundo párrafo que dice: "el matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o diferente sexo". Aparte ha habido otras pequeñas modificaciones en otros artículos para adaptarlos a la nueva nomenclatura.
Esta modificación ha enconado otra vez los ánimos, y van... ni se sabe.
El caso es que, descontando los votos del PP, y algún diputado democristiano de CIU, todos los demás grupos parlamentarios han apoyado la reforma. También descuento a la diputada Celia Villalobos que ha votado afirmativamente, lo que le va a suponer sin ningún género de dudas una multa por parte de su grupo parlamentario. La derecha parece creer que ese matrimonio no es un derecho. Parece que fuera una obligación o lo que es peor un pecado. Porque en el fondo no se trata de reconocer o no unos derechos, mas bien se trata de que sigue existiendo una fobia hacia los homosexuales a los que siguen considerando enfermos, en el mejor de los casos, y degenerados en el peor. Si partes de esa premisa la solución es obvia: se prohíbe y se ponen toda clase de trabas no vaya a ser que estos maricas se crean crean personas. Deben de creer que el gay o lesbiana debería estar penando su comportamiento, escondiéndose y purgando por algo que les parece no sólo repugnante sino contra natura. Contra la natura impuesta por su dios particular en no se que código.
Por eso la reacción mas visceral de todas ha sido la del Vaticano. A través de su órgano de prensa L´observatore Romano ha incitado a los funcionarios españoles a practicar la objeción de conciencia y negarse a celebrar esas bodas, incluso si por ello perdieran su empleo. Que yo recuerde el Vaticano, a parte de ser la sede de la Iglesia Católica, es también un país independiente y su presidente o primer ministro es el Papa. ¿Qué dirían si por ejemplo el Rey de España dijera al gobierno Italiano que le parece muy mal que Berlusconni gobierne ese País y que incitara a la rebelión y a la desobediencia a sus funcionarios? Sería grotesco. Pues igual la postura del Vaticano que debe desconocer que los funcionarios españoles no pueden desobedecer una ley. No es una cuestión de moral o de objeción de conciencia, es que es una ley de obligado cumplimiento. Como ciudadano de este estado me molesta mucho que un representante de otro país diga lo que tengo que hacer. Me molesta con Bush y me molesta con usted, Sr. Ratzinger.
No se entiende que el matrimonio homosexual perjudique a una determinada religión. ¿En qué? ¿Creen que será el derrumbe de su religión? Sólo puedo entender que sea miedo. Miedo a lo nuevo. Miedo a lo diferente. Miedo a que eso diferente que no controlan, debido entre otras cosas a su sempiterna torpeza, no sea campo abonado para seguir con sus manejos.
Si no lo llegan a entender peor para ustedes. Es una lástima su cortedad de miras, pero que le vamos a hacer. Cada uno llega hasta donde llega, y ustedes no dan mas de sí. Habrá que perdonárselo. Vaya. Esto último es justo lo que ustedes no hacen.
© Alfonso Merelo 2005
los Diputados, una propuesta de modificación del artículo 44 del Código
Civil en la que se modifica la definición de matrimonio, hasta ahora
"unión de marido y mujer", por una nueva redacción que la convierte
en "unión de cónyuges". Se añade un segundo párrafo que dice: "el matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o diferente sexo". Aparte ha habido otras pequeñas modificaciones en otros artículos para adaptarlos a la nueva nomenclatura.
Esta modificación ha enconado otra vez los ánimos, y van... ni se sabe.
El caso es que, descontando los votos del PP, y algún diputado democristiano de CIU, todos los demás grupos parlamentarios han apoyado la reforma. También descuento a la diputada Celia Villalobos que ha votado afirmativamente, lo que le va a suponer sin ningún género de dudas una multa por parte de su grupo parlamentario. La derecha parece creer que ese matrimonio no es un derecho. Parece que fuera una obligación o lo que es peor un pecado. Porque en el fondo no se trata de reconocer o no unos derechos, mas bien se trata de que sigue existiendo una fobia hacia los homosexuales a los que siguen considerando enfermos, en el mejor de los casos, y degenerados en el peor. Si partes de esa premisa la solución es obvia: se prohíbe y se ponen toda clase de trabas no vaya a ser que estos maricas se crean crean personas. Deben de creer que el gay o lesbiana debería estar penando su comportamiento, escondiéndose y purgando por algo que les parece no sólo repugnante sino contra natura. Contra la natura impuesta por su dios particular en no se que código.
Por eso la reacción mas visceral de todas ha sido la del Vaticano. A través de su órgano de prensa L´observatore Romano ha incitado a los funcionarios españoles a practicar la objeción de conciencia y negarse a celebrar esas bodas, incluso si por ello perdieran su empleo. Que yo recuerde el Vaticano, a parte de ser la sede de la Iglesia Católica, es también un país independiente y su presidente o primer ministro es el Papa. ¿Qué dirían si por ejemplo el Rey de España dijera al gobierno Italiano que le parece muy mal que Berlusconni gobierne ese País y que incitara a la rebelión y a la desobediencia a sus funcionarios? Sería grotesco. Pues igual la postura del Vaticano que debe desconocer que los funcionarios españoles no pueden desobedecer una ley. No es una cuestión de moral o de objeción de conciencia, es que es una ley de obligado cumplimiento. Como ciudadano de este estado me molesta mucho que un representante de otro país diga lo que tengo que hacer. Me molesta con Bush y me molesta con usted, Sr. Ratzinger.
No se entiende que el matrimonio homosexual perjudique a una determinada religión. ¿En qué? ¿Creen que será el derrumbe de su religión? Sólo puedo entender que sea miedo. Miedo a lo nuevo. Miedo a lo diferente. Miedo a que eso diferente que no controlan, debido entre otras cosas a su sempiterna torpeza, no sea campo abonado para seguir con sus manejos.
Si no lo llegan a entender peor para ustedes. Es una lástima su cortedad de miras, pero que le vamos a hacer. Cada uno llega hasta donde llega, y ustedes no dan mas de sí. Habrá que perdonárselo. Vaya. Esto último es justo lo que ustedes no hacen.
© Alfonso Merelo 2005
7 comentarios
Garo -
suerte
LVH -
Por suerte, esta protesta por parte de una minoría (al fin y al cabo eso es lo que es) antitolerante sólo queda en pataleta que ridiculiza más aún a los peperos y democristianos de sempiterna via estrecha.
Juaki -
AMS -
Alberto A-P -
Alberto A-P -
Respecto a la Iglesia, creo que es miedo mezclado con un poquito de soberbia. Sinceramente, como católico no creo que Dios esté en contra de que los homosexuales se casen y hagan una vida como la del resto de los mortales. Si nos ha dado la capacidad de amar, que puede sobre todas las demás funciones del ser humano, si nos permite morir de amor, ¿por qué iba a condicionarlo a factores meramente físicos?
Por si os interesa el apunte, ni en la DSM-IV, ni en la CIE-10 (las clasificaciones de enfermedades de la Asociación Americana de Psiquiatría y de la OMS) aparece la homosexualidad clasificada como enfermedad. Por otro lado, hay un movimiento de homosexuales americanos que reclaman su derecho a ser tratados de su "patología" por los seguros médicos.
Juaki -