Se acabó lo que se daba
¿Qué aficionado a esto de la fantasía y la ciencia ficción se resiste a ver esta nueva entrega de La guerra de las galaxias?
Yo no, desde luego.
Así que ya he cumplido el ritual del buen friki; he visto el famoso episodio III, la venganza de los Sith.
¿De que se vengan, por cierto?
¿Que les hicieron los Jedi para que se cabrearan tanto?
Poca cosa. Creo que los aniquilaron a casi todos.
Del episodio III ya tenía referencias. Mi primer acercamiento fue en la Hispacón gaditana, donde, en un acto improvisado, pudimos ver el trailer recién bajado de internet. Y, por descontado, estos dos días desde el estreno han sido de abrumadora información a través de la red.
Desde luego el que vaya al cine desconociendo lo que va a ver es que está en otro mundo.
Pero vayamos con lo que es la película.
Mucho se ha comentado ya sobre la misma desde diversos puntos de vista, desde el del fan mas acérrimo al detractor mas insidioso; cada uno aporta su punto de vista con lo que resulta muy difícil decir nada que no se haya dicho.
Puesto que no soy un experto en La Guerra de las Galaxias y tampoco un crítico cinematográfico, tendré que recurrir sencillamente a contar mis impresiones que son totalmente subjetivas.
Habría que iniciar esta reflexión afirmando que esta película es el acontecimiento cinematográfico del año. Independientemente de sus valores, hay que reconocer que, gracias a toda la perfecta planificación de marketing de los estudios Lucasfilm, La venganza de los Sith resulta de imprescindible visionado para todos en todo el mundo. Es como un partido Barça Real Madrid; el que no lo ve no tiene tema de conversación. Los fans son muchos, pero los espectadores generales gustan de este tipo de películas y casi se ven obligados a verla.
¿Qué ofrece la última entrega de la saga galáctica?
La verdad es que multitud de alicientes hacen de esta película un gran espectáculo para los sentidos.
En primer lugar, la música de Jonh Williams es probablemente la mejor banda sonora que haya compuesto, porque, pese a que existen muchos pasajes de otras cintas, como no podía ser menos, la sincronización con las imágenes y la excelente adecuación de los pasajes musicales a éstas, hacen que la música realce y se convierta casi en protagonista de muchas de las escenas.
Podíamos decir que técnicamente es casi perfecta.
Los efectos especiales superan todo lo visto hasta ahora.
Si eliminamos las inconsistencias científicas, lo que narra visualmente la película es brillante, apabullante y de factura mas que lograda.
Desgraciadamente una película ha de ser algo mas que una secuenciación de brillantes efectos especiales. Ha de tener una historia, a poder ser coherente, y contar con unos actores que la sostengan. La historia existe, pero sólo se limita a intentar contar algo que ya sabíamos y que cada uno había interpretado a su manera. ¿Cómo la resuelve Lucas? Pues bastante ramplonamente ya que el paso decisivo, la gota que colma el vaso, que trasforma a Anakin en Vader es bastante débil y está mal planificado y ejecutado.
Pero no es sorprendente, porque es exactamente lo mismo que había hecho en El retorno del Jedi: Los lamentos de alguien en peligro que mueven el corazón de Vader. En un caso el del canciller Palpatiene que, con una vaga promesa de salvar a su amada Padmé, consigue volver al reverso oscuro a Anakin, y en el segundo, o primero secuencialmente, son los lamentos de su hijo, un hijo que no conoce y al que no debe tener mucho cariño. En ambos casos la moraleja es la misma pero al revés: la seducción del mal (el ángel caído) y la redención del pecado en último extremo, filosofía que es, claramente, la cristiana.
Si la historia es así de sencilla, el descenso a la inmoralidad o la seducción del poder fácil y oscuro, ésta deberías ser contada con habilidad y con unos actores que han de tener la suficiente valía para hacernos creíble lo que les sucede. Desgraciadamente George Lucas es un pésimo director de actores. Si alguno de ellos ha destacado en la Saga Galáctica ha sido por meritos propios y no por los del director. Harrison Ford creó un personaje muy valido en la primera entrega y Irwin Keshner hizo un buen trabajo con los actores en el Imperio contraataca, de manera que ésta resultó la mas brillante de toda la saga. George Lucas es un genio, pero un genio en lo visual y en los efectos especiales (aparte de su habilidad para el merchandising), en lo demás es patentemente un director limitado. Sólo hay que fijarse que la planificación de todas las películas es exactamente igual desde la primera. Los cambios de escenas se hacen una y otra vez del mismo meodo. Saltos de escena y continuas vueltas a encadenar las que hemos dejado minutos antes. Esta técnica no es nueva ni mala, pero cuando se emplea en seis películas, curiosamente mucho menos en las dos que no ha dirigido, dice mucho de la capacidad de innovación en este aspecto del director.
Esta limitación se hace patente cuando los actores son mediocres y están mal dirigidos. En esta entrega el personaje principal es el de Darth Vader-Anakin. El peso de las escenas es suyo y su presencia se hace constante en casi todo el metraje. El problema es que el actor que interpreta al personaje es muy limitado en sus registros dramáticos y, unido a la limitación del director para exigirle mas, produce un resultado pobre. Hayden Christensen no es actor para interpretar un drama. Es un joven al que el papel le viene mas ancho que alto. Sencillamente no da la talla. Sus replicas a Palpatine, que si hace bien su trabajo tal vez demasiado histriónico cuando ríe- son pasmosas por su sencillez de registro.
Además estarían todos los pequeños fallos de continuidad que, si no tuviéramos las otras cinco películas en la chepa, no importarían, pero que a los fans o aficionados le rechinan un poco, por mucho que se intenten explicar.
Desgraciadamente nos quedamos con un final de la saga que no es el que debería haber sido, por supuesto la película es impecable visual y musicalmente hablando y dará mucho que hablar, pero... hay ese pero.
© Alfonso Merelo 2005
Este enlace es muy recomendablepor su redefinción del guión
Yo no, desde luego.
Así que ya he cumplido el ritual del buen friki; he visto el famoso episodio III, la venganza de los Sith.
¿De que se vengan, por cierto?
¿Que les hicieron los Jedi para que se cabrearan tanto?
Poca cosa. Creo que los aniquilaron a casi todos.
Del episodio III ya tenía referencias. Mi primer acercamiento fue en la Hispacón gaditana, donde, en un acto improvisado, pudimos ver el trailer recién bajado de internet. Y, por descontado, estos dos días desde el estreno han sido de abrumadora información a través de la red.
Desde luego el que vaya al cine desconociendo lo que va a ver es que está en otro mundo.
Pero vayamos con lo que es la película.
Mucho se ha comentado ya sobre la misma desde diversos puntos de vista, desde el del fan mas acérrimo al detractor mas insidioso; cada uno aporta su punto de vista con lo que resulta muy difícil decir nada que no se haya dicho.
Puesto que no soy un experto en La Guerra de las Galaxias y tampoco un crítico cinematográfico, tendré que recurrir sencillamente a contar mis impresiones que son totalmente subjetivas.
Habría que iniciar esta reflexión afirmando que esta película es el acontecimiento cinematográfico del año. Independientemente de sus valores, hay que reconocer que, gracias a toda la perfecta planificación de marketing de los estudios Lucasfilm, La venganza de los Sith resulta de imprescindible visionado para todos en todo el mundo. Es como un partido Barça Real Madrid; el que no lo ve no tiene tema de conversación. Los fans son muchos, pero los espectadores generales gustan de este tipo de películas y casi se ven obligados a verla.
¿Qué ofrece la última entrega de la saga galáctica?
La verdad es que multitud de alicientes hacen de esta película un gran espectáculo para los sentidos.
En primer lugar, la música de Jonh Williams es probablemente la mejor banda sonora que haya compuesto, porque, pese a que existen muchos pasajes de otras cintas, como no podía ser menos, la sincronización con las imágenes y la excelente adecuación de los pasajes musicales a éstas, hacen que la música realce y se convierta casi en protagonista de muchas de las escenas.
Podíamos decir que técnicamente es casi perfecta.
Los efectos especiales superan todo lo visto hasta ahora.
Si eliminamos las inconsistencias científicas, lo que narra visualmente la película es brillante, apabullante y de factura mas que lograda.
Desgraciadamente una película ha de ser algo mas que una secuenciación de brillantes efectos especiales. Ha de tener una historia, a poder ser coherente, y contar con unos actores que la sostengan. La historia existe, pero sólo se limita a intentar contar algo que ya sabíamos y que cada uno había interpretado a su manera. ¿Cómo la resuelve Lucas? Pues bastante ramplonamente ya que el paso decisivo, la gota que colma el vaso, que trasforma a Anakin en Vader es bastante débil y está mal planificado y ejecutado.
Pero no es sorprendente, porque es exactamente lo mismo que había hecho en El retorno del Jedi: Los lamentos de alguien en peligro que mueven el corazón de Vader. En un caso el del canciller Palpatiene que, con una vaga promesa de salvar a su amada Padmé, consigue volver al reverso oscuro a Anakin, y en el segundo, o primero secuencialmente, son los lamentos de su hijo, un hijo que no conoce y al que no debe tener mucho cariño. En ambos casos la moraleja es la misma pero al revés: la seducción del mal (el ángel caído) y la redención del pecado en último extremo, filosofía que es, claramente, la cristiana.
Si la historia es así de sencilla, el descenso a la inmoralidad o la seducción del poder fácil y oscuro, ésta deberías ser contada con habilidad y con unos actores que han de tener la suficiente valía para hacernos creíble lo que les sucede. Desgraciadamente George Lucas es un pésimo director de actores. Si alguno de ellos ha destacado en la Saga Galáctica ha sido por meritos propios y no por los del director. Harrison Ford creó un personaje muy valido en la primera entrega y Irwin Keshner hizo un buen trabajo con los actores en el Imperio contraataca, de manera que ésta resultó la mas brillante de toda la saga. George Lucas es un genio, pero un genio en lo visual y en los efectos especiales (aparte de su habilidad para el merchandising), en lo demás es patentemente un director limitado. Sólo hay que fijarse que la planificación de todas las películas es exactamente igual desde la primera. Los cambios de escenas se hacen una y otra vez del mismo meodo. Saltos de escena y continuas vueltas a encadenar las que hemos dejado minutos antes. Esta técnica no es nueva ni mala, pero cuando se emplea en seis películas, curiosamente mucho menos en las dos que no ha dirigido, dice mucho de la capacidad de innovación en este aspecto del director.
Esta limitación se hace patente cuando los actores son mediocres y están mal dirigidos. En esta entrega el personaje principal es el de Darth Vader-Anakin. El peso de las escenas es suyo y su presencia se hace constante en casi todo el metraje. El problema es que el actor que interpreta al personaje es muy limitado en sus registros dramáticos y, unido a la limitación del director para exigirle mas, produce un resultado pobre. Hayden Christensen no es actor para interpretar un drama. Es un joven al que el papel le viene mas ancho que alto. Sencillamente no da la talla. Sus replicas a Palpatine, que si hace bien su trabajo tal vez demasiado histriónico cuando ríe- son pasmosas por su sencillez de registro.
Además estarían todos los pequeños fallos de continuidad que, si no tuviéramos las otras cinco películas en la chepa, no importarían, pero que a los fans o aficionados le rechinan un poco, por mucho que se intenten explicar.
Desgraciadamente nos quedamos con un final de la saga que no es el que debería haber sido, por supuesto la película es impecable visual y musicalmente hablando y dará mucho que hablar, pero... hay ese pero.
© Alfonso Merelo 2005
Este enlace es muy recomendablepor su redefinción del guión
20 comentarios
AMS -
Pd.
Si sobrevivo le invito a un ribeiro o albariño en la hispacón de Vigo. Para que vea que no soy rencoroso.
amalia -
Fidel -
AMS -
Jota -
AMS -
AMS -
Te aseguro que me ducho todos los días y me cepillo los dientes 4 veces, cuatro, al día. No se por qué te doy asco lo verdad.
Me ha dolido mucho eso que me has dicho. Estoy deprimido.
Alberto A-P -
AMS -
Y al apestado :) decirle que no se peocupe. Que tampoco es vital. Lo del cyberpunk ya es otra cosa :)
Juaki -
Si que es que seré un apestado toda mi vida. Primero me gusta el cyberpunk y ahora esto...
Tobias Grumm -
Eso es lo que hace grande Star Wars.
AMS -
GAN -
Se puede ver por que pasas un buen rato y en eso consiste esto del cine, el gran problema es que si situamos esta pelicula en la saga y la comparamos (como siempre) con la trilogia original pues esta claro que adolece de los mismos defectos que sus dos predecesoras.
Aun así pasará a la historia del cine y se convertirá en cine de culto para todo tipo de fans y frikis varios.
No eres un crítico de cine, pero la critica bien podria merecer una columna en cualquier revista especializada.
AMS -
Y por ejemplo Palpatine tiene un risa, que no se si será así en el original, que parece sacada de una pelicula de entregas de serie Z, Pierre Noduyuna lo hacía mucho mejor.
blake doyle -
Digamos que soy de los que sienten rabia que una "trilogia como la original" no tenga unas precuelas igual de dignas, y que el fanatismo en si mismo no es lo mio
AMS -
MJ -
Pero si la música y los efectos especiales son tan buenos iré entonces al cine, porque en video no merecerá la pena verla, en pantalla pequeña estos efectos pierden mucho. Y la música, tambien gana en la sala por cierto.
Saludos Alfonso, martillo de herejes!! ;)
María
AMS -
Yo tampoco le veo la CF por ningun lado. Pero no he hablado de eso, sino de lo que me parece como peli.
Borja:
Va ser eso. No tengo ni idea de cine. Pero como veo las películas tengo derecho a opinar ¿o no?
Si tienes algun argumento diferente estoy abierto a que me lo cuentes y a cambiar mi punto de vista si me convences.
borja -
LU -