545. Diario de viajes 2009 II. Bremen y Hamburgo
Desde Berlín viajamos a Bremen a través de Hannover en un viaje que al principio fue un tanto caótico. La hauptbanhoff de Bremen, eso es estación en alemán (de las pocas cosas que he conseguido aprender en ese idioma), estaba a muy pocos metros de nuestro hotel el Swisshotel Bremen, aparentemente el mejor hotel de la ciudad. Y digo aparentemente porque, si bien el hotel es muy lujoso, sus 5 estrellas son merecidas, nos alojaron en la 6ª planta y ahí se oían constantemente un rumor sordo de los motores procedentes del aire acondicionado. Lo demás excelente sin duda.
Bremen es una pequeña ciudad que tiene un casco histórico realmente impresionante. La mark platz, donde se encuentra el ayuntamiento, es el centro del turismo guiri. Los viajeros que gusten de alguna cosita mas deberán visitar el barrio de Schonn que es pequñito pero con un encanto de cuento centroeuropeo fantástico. Está lleno de bares y de tiendas de recuerdos (abstenerse de comprar nada so pena de pagarlo mas caro que en el corte inglés equivalente allí ).ç
Otro lugar a visitar es la orilla del río wesser que tiene como característica el estar preparado cual paseo marítmo cualquiera con todos los bares y terrazas de verano que quierna ustedes. Allí, en una esquina está el Bar Celona que, como indica su nombre, es catalán y tiene tapas y comidas españolas, además de las cervezas y variados platos de por allí.
Si les gusta pasear deben de ir al Burguer Park que se encuentra detrás de la estación pasado el centro de congresos. Allí hay un hotel “Hotel Park” que recuerda sobremanera al hotel de “El resplandor” tanto por su ubicación como pro su aspecto. Se encuentra allí, en el medio del bosque, entre los oscuros y frondosos árboles. Una delicia, vamos..
Para comer puedo recomendar dos lugares: El Friss que se encuentra en una pequeña calle comecial y el Ratskeller, una bodega debajo del ayuntamiento. En el primero hay pato y carnes muy buenas, el pescado es poco sabroso pero con las diferentes salsas que se añaden se puede tomar, sobre todo el salmón. El segundo está en una enorme cava debajo de aayuntamiento con unos reservados que parecen vagones de tren en miniatura. Hay una gran carta de vinos, por lo extensa, y comidas regionales. Allí probé un vino blanco dulce, tipo Diamante para situarlo, que muy frío, como me lo sirvieron, es bastante aceptable. Por otra parte les recomiendo el siguiente plato “Bromer knipp krosgebratene hajergrützwwurst”. Esto consiste en carne de buey picada sazonada y, supongo que, asada, envuelta en cereales que se tuestan en una plancah por los dos lados formando una costra crujiente. Se acompañaba de compota de manzana y de pepinillos, ensalada y patatas con bacon. Realmente bueno y con eso les aseguro que comen dos.
Abandonamos Bremen rumbo a Hamburgo en un Intecity que en poco menos de 45 minutos nos llevo a la estación central de esa ciudad. Nada mas llegar se tiene la impresión de estar en un lugar de ambiente conocido, y es que las ciudades con puerto importante tiene todas un parecido que las une. Es la ciudad mas “canalla” de las que hemos visitado y la mas “caótica”. El hotel, el NH Hamburg City, es un cuatro estrella aceptable con un buffete correcto por unos 100 euros la noche incluyendo el desayuno. Las habitaciones son enormes, casi 40 m2 cada una, y muy tranquilo, ubicado en Feldstrass a pocos metros de una boca de metro, valga la redundancia, que te lleva a cualquier sitio. Los tickets de metro, en alemán o inglés, valen para todo el día 5,30 € y te permiten viajar por la zona 1 que es la del Centro de Hamburgo; hay para mas zonas pero mas caros, no conviene hay que todo lo visitable se encuentra dentro de esa tarifa.
Es obligado pasear por la Rathaus Plazt y alrededores. El ayuntamiento y los lagos Alter mayor y menor, separados por dos puentes son uno de los centros de la ciudad de Hamburgo. El ayuntamiento es una joya de la arquitectura barroca. Es inmenso y tiene unas 600 estancias, ellos dicen que mas que el palacio de Buckinham, con amplio patios y bóvedas impresionantes. Es la sede del burgomaestre, el alcalde, y del senado y el parlamento regional. Se puede visitar siempre que no haya sesiones de trabajo, con guías en alemán, inglés o francés.
Saliendo del ayuntamiento nos encontramos con el lago pequeño y la zona de arcada debajo de los edificios laterales al lago. Eso está lleno de bares que sirven comidas a todas horas. No esperen que estén cerrado a las cuatro de la tarde, pero si a la nueve o diez como máximo, así que ojo si quieren cenar. Hay un restaurante en un embarcadero de los múltiples canales que cruzan la ciudad, El Ponton, en el que se cena agradablemente por 30 o cuarenta euros dos personas (Ese será el promedio para un par de cervezas y un plato gigante para cada uno en Alemania en cualquier sitio, si toman vino doblen la cantidad).
En Hamburgo el símbolo es la iglesia de St. Michel. Subiendo a su torre se tiene una perspectiva de la ciudad desde las alturas. Se domina el puerto, toda la parte antigua, los canales y los lagos. Es un punto de visita obligado, así como ver la bóveda y la iglesia. La bóveda sirvió de refugio durante los bombardeos y ahora es sala de conciertos en ocasiones. La iglesia se está reconstruyendo en este momento pero es una iglesia luterana que mas parece un teatro, tipo Odeón de los años 30, que una iglesia similar a las católicas.. Cerca de allí se encuentra la iglesia del San Nicolai, destruida casi en su totalidad en un raid aéreo aliado dentro de la operación Gomorra. Se ha conservado como memorial a todas las víctimas de la guerra. En una esquina hay una estatua cuya base está formada pro los ladrillos de un campo de concentración. Hay que ver la Chile House, cuya importancia está en el diseño expresionista de la casa que constituye el edificio mas antiguo de la zona de negocios de Hamburgo.
Si vamos a hacer un recorrido por le puerto hay que fijarse en el Fischmarket, un antiguo edificio de 1703 que es, los domingos, una fiesta desde las 5 de la mañana con la subasta de pescado mas famosa del país, o eso dicen porque yo no la vi al llegar un martes y marchar un viernes. Por allí cerca está el primer túnel del Elba que cruza el río a unos 30 metros de profundidad y durante 500 metros. Los coches y los caminantes y ciclistas son subidos y bajados en los dos extremos por ascensores. El paso es gratuito para los peatones, pero que se abstengan los claustrofóbicos.
El paseo por el río se puede hacer en barco pro unos 9 euros. Además se puede uno dar unas vueltecitas por los canales sorteando las exclusas, En ese paseo se ven los canales de la ciudad “Del puerto” que estuvo al margen de la fiscalidad hasta la década de los 80 por lo que para entraren ella hacía falta pasar las aduanas correspondientes. Ahora es una zona de oficinas, de museos y de loffts de lujo. Cerca de allí está la calle Diets que conserva los edificios mas viejos de Hamburgo, aunque sólo son tres son tela de viejunos.
Si nos encontramos por la zona del lago menor, hay que visitar las galería comerciales, no para comprar pero si para ver la arquitectura de las mismas cuidadas al máximo con todo lujo de detalles. En una de ellas encontramos un bar que tenía unos mariscos bastante aceptables en relación calidad precio.
Para rematar los tres días en la ciudad hanseática (en todos lados puedes ver ese nombre) al lado de nuestro hotel estaba la feria DÖM que es casi una mezcla entre feria gastronómica y feria de “cacharritos” como montañas rusas y esas cosillas. En los bares predominan las salchichas y los asados de carne y también los champiñones y algunas especialidades parecidas a los pinchitos. Para los dulceros decir que había todo tipo de garrapiñadas y de bollos, berlinas, rellenos de todo lo que se le antojara. Probamos unos dulces típicos llamados “Schimalbrugo Schalzkucher” que3 es una masa frita a la que se le glasea con azúcar.
Esa fue nuestra última noche en Hamburgo. Pro la mañana tomamos un tren a Berlín y un taxi al aeropuerto. Y ya está. ¿Ya está? ¡pues no!. Ahora viene el tiempo de la protesta. Y es que parece que los complejos de los españoles nos superan a la hora de hablar de nuestro país y sus logros. ¿Servicios en Alemania? Aceptable y ya conté que en Berlín la restauración es sobresaliente. Amabilidad también excelente, pero por ejemplo los trenes no son ni mucho menso una maravilla. De momento se viaja hacinados en ellos y aunque compres una reserva no te garantiza que puedas ir sentado o en tu asiento. Hoy nos han cambiado el tren de un intercity exprés (un ICE) a un intercity (IC) que tiene mas capacidad de trasporte. Al desaparecer el ICE mi reserva no valía para nada y he hecho la mitad del camino en pie al lado de un servicio. Un compañero de viaje me comentaba que eso era normal los fines de semana y que no sabñias en que tren te ibas a montar. Por si fuera poco el aeropuerto de Tegel es tercermundista. Una vez pasados los controles de seguridad te hacina en una pequeña terminal que tiene una tienda churri churri y una barra de bar con cuatro bocadillos y dos mesas. Y después nos quejamos de la T4, a la que cunado esto escribo aún no he llegado. Calculo que estaremos sobre los Pirineos mas o menos.
(NB. en la T4 media hora hasta que salieron las maletas.)
De todos modos la nota que saca Alemania en este viaje es de notable alto, sin duda.
En la próxima entrega hablaremos de la Cerveza alemana y sus múltiples marcas.
© Alfonso Merelo 2009
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