Super Size me
Hacía ya un tiempo, como dos años, que esta película estaba rondando mi cabeza para ser vista, pero hasta este fin de semana, gracias a OJO el vídeo bajo demanda de ONO-, no había tenido la oportunidad de echarle un ojo, valga la poco sutil redundancia.
Hombre, uno estaba predispuesto a tragarse, otra sutilidad poco sutil, el reportaje, muy panfletario, puesto que mis gustos culinarios no se encaminan hacia la comida basura, o rápida, que, aunque se identifiquen los calificativos, no es lo mismo. La comida basura es la que hacen ciertas multinacionales de la hamburguesa y pizzas variadas. Comida rápida puede ser un panaché de verduras asadas y no es comida basura. Así que no identifiquemos faast food con basura, aunque lamentablemente el 90% de ésta lo sea.
Bueno, sigamos con la película-reportaje sobre el mayor emporio de las hamburguesas mundiales: el conocidísimo McDonalds.
¿Quién no ha estado nunca en un sitio así? Que levante la mano. ¿Nadie? Pues claro que nadie, a no ser que sea usted vegetariano y ni así porque es probable que haya tenido que ir a uno de esos horribles cumpleaños donde los niños van mas a por el regalo de plástico que por la comida de sabor standard. Pues la propuesta de la película es comer durante un mes de lo que proporciona ese lugar de vicio y corrupción que no nombraré mas para no darle mas publicidad al que no se lo merece.
Efectivamente, el director y protagonista Morgan Spurlock se pasa durante la mayor parte del metraje comiendo ingentes cantidades de hamburguesas, nuggets de pollo, cocacolas gigantes, patatas fritas, helados o tortitas con siropes y natas variadas. Vamos, una dieta, en la que sólo se ve un par de veces comiendo ensalada, absolutamente especializada en hidratos de carbono, grasas, proteinas y azucares. Previamente al experimento, el conejillo de indias voluntario pasó por una serie de analíticas y revisiones médicas para comprobar su estado, que resultó ser bueno en general.
La gracia de la película consiste en ir comprobando cómo se deteriora el cuerpo a base de meterle está barbaridad de comida digamos que poco recomendable. Pese a lo panfletaria que pueda llegar a ser, que lo es, expone de una manera clara cómo se alimenta a la población USA y como este tipo de comida está omnipresente desde la adolescencia en la dieta.
Y todo esto viene a cuento por el revuelo que ha causado que la Ministra de Sanidad Elena Salgado, o mejor la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, le diga a otra cadena que retire la publicidad agresiva de su hamburguesa XXL, que es evidente que aspira a que todos tengamos la talla XXL del calificativo hamburgueseril.
Y ¿por qué ese revuelo? ¿Es acaso una tontería que el mismo recomiende a los ciudadanos hábitos saludables de alimentación? Hombre, que es un Ministerio de Sanidad ¿qué quieren que aliente el consumo masivo de esa bazofia? Cuando el Ministerio hace campaña contra la droga nadie chista y ¿con las hamburguesas sí? Pues aunque sólo fuera porque el estado se ahorraría una pasta en tratamientos contra el colesterol, deberíamos mostrar apoyo. Si, ya sé que es el chocolate del loro, pero por algo se empieza.
Aunque me temo que da lo mismo la campaña que hagan. Independientemente de lo que se diga la respuesta por parte de los mismos va a ser siempre la misma. ¡Mientras que no lo diga yo, tú no tienes derecho a decir nada que me has ganado las elecciones con tus malas artes y con cientos de muertos a tus espaldas!
Y lo malo es que esta auténtica canallada dialéctica está calando en muchos, muchísimos españoles, que ya no distinguen la realidad del mundo alternativo Dickiano que están diseñando los a lo mojón y compañía.
© Alfonso Merelo 2006
7 comentarios
Lynnsinhill -
José Angel -
Manuel Nicolás -
Pero en cuestión de haburguesas solo digo que no me gustan. Prefiero, claramente, el salmorejo.
Sí, he comido en esos sitios que mencionáis y actualmente solo los utilizo cuando no hay nada más que echarse a la boca (los cumpleaños de mis hijos se celebran en casa, bajo pena de extrañamiento)
Y en cuanto a los "mismos" y los "otros", lo siento pero aunque sea una realidad, estoy en mi derecho a cuestionar el bipartidismo existente. No me gusta y crea sectarismo. Y no me da la gana tener que adscribirme a uno o a otro.
Un saludo:
Manuel
PD: Aunque tarde y mal, Don Argalfonso, enhorabuena por su ignotus.
AMS -
Con repecto a la comida el tema es que toda esa publicidad es mas falaz y falsa que un euro de madera. Eso es lo que tiene que cuidar la administración. El caso de BK es diferente, como bien dices, y sólo es reprobable porque se comprometieron a no hacer una cosa que después hicieron. La competencia tiene cosas peores y no se les dice nada poruqe lleos no se adhirieron al compromiso voluntario de buenas prácticas.
Los pecados capitales están muy bien, la verdad y no seré yo el que diga eque el estado debe inmiscuirse. Pero siento profunda aversión y asco hacia la comida basura. Donde esté una buena hamburguesa hecha en casa, que se quite cualquier multinacional del mundo hamburgueseril.
Carlos Atanes -
AMS -
Carlos Atanes -
Y en el caso que nos ocupa, el de la comida basura, si tildamos de panfletario el documental de Spurlock (que lo es, desde luego, y no sólo eso, también inconsistente: ¿cómo si no explicar la delgadez de ese otro tipo que sale, que lleva años alimentándose exclusivamente de hamburguesas?... Spurlock es, desde mi punto de vista, casi tan panfletario e inconsistente como Michael Moore), si lo tildamos de panfletario, decía, ¿por qué no hacer lo mismo con la iniciativa de Sanidad?... Yo, desde luego, lo hago. Así como tildo de ineficaces las campañas anti-droga que mencionas, o las de seguridad vial (que a tanta ineficacia prolongada durante tantos años a ver si la vamos a tener que llamar también panfletarismo). Ningún gobierno de los habidos hasta ahora, y éste no es una excepción, puede presumir de no haber ejercido nunca la demagogia.
Por cierto, que alguna comida basura (no digo toda, digo alguna) está para chuparse los dedos. ¡Fariseo quien diga lo contrario!
Un abrazo.